Aunque pueden formar parte de una dieta equilibrada, si no queremos sufrir deficiencias nutricionales no debemos basar nuestra alimentación en productos crudos, ya que no nos aportan todo lo que necesitamos
Hacer cambios en la alimentación es una de las mejores decisiones que podemos tomar cuando queremos bajar de peso.
Una dieta reducida en calorías y con un elevado contenido de frutas y verduras es clave para perder kilos y obtener la figura deseada.
El problema es que la falta de información y las dietas mal diseñadas están haciendo que muchos cometan graves errores en este proceso.
Si bien muchas suelen dar resultados en poco tiempo, traen consigo una serie de efectos secundarios que deberían ser tenidos en cuenta por todos.
Este es el caso de la popular dieta de alimentos crudos conocida como “raw diet”, que hace algún tiempo se hizo popular por ofrecer una alternativa “saludable” para quemar grasa.
Está basada en vegetales crudos sin procesar, además de frutas, germinados, nueces y otros alimentos que no requieren cocción alguna.
Aunque al principio puede funcionar para desintoxicar el cuerpo y reducir medidas,con el tiempo produce debilitamiento del sistema digestivo, inflamación y deficiencias nutricionales.
Debido a esto, es importante informarse bien al respecto y descubrir por qué no se recomienda como plan de alimentación regular. ¡Presta atención!
1. Deficiencia de vitamina B12
Las personas que se limitan a comer alimentos crudos tienen una alta probabilidad de padecer deficiencia de vitamina B12.
Este nutriente soluble en agua es esencial para una buena función cerebral, la producción de glóbulos rojos y la síntesis de ADN.
La cosa es que solo se produce de forma natural en alimentos de origen animal, tales como los lácteos, las carnes y el pescado.
No obstante, quienes lleven una dieta vegetariana lo pueden obtener a través de los cereales fortificados.
La deficiencia de vitamina B12 provoca síntomas como:
- Debilidad o cansancio
- Estreñimiento
- Pérdida del apetito
- Entumecimiento u hormigueo en los pies y las manos
- Problemas de equilibrio o mareos
- Depresión
- Falta de memoria
- Confusión mental
2. Problemas de colesterol
Pese a que las frutas y los vegetales influyen de forma positiva en el control de los triglicéridos y el colesterol, su consumo en exceso podría obstaculizar el HDL, también conocido como colesterol bueno.
Es un error pensar que se deben suprimir todas las grasas de la dieta, ya que los lípidos buenos son esenciales para la salud cardiovascular.
Mientras que algunos incorporan aceites de origen vegetal en sus planes de alimentación, la mayoría no lo hace, ya que estos no se producen de forma natural sino que requieren un procesamiento.
Entre los alimentos que promueven el colesterol bueno se incluyen:
- Pescado azul
- Semillas y frutos secos
- Mariscos
- Mantequilla de maní
- Aguacates
- Aceite de oliva
3. La dieta de alimentos crudos puede afectar el metabolismo
A pesar que el consumo de comida cruda se ha relacionado con una disminución en el riesgo de enfermedades cardíacas, hay varias pruebas que demuestran que también incrementan el riesgo de problemas en la función metabólica.
Los alimentos crudos son más difíciles de digerir y requieren más energía. Esto quiere decir que si el metabolismo es lento, podría hacer que la persona coma más de lo apropiado.
Por otro lado, aunque hace perder peso de forma efectiva, conduce a deficiencias que pueden provocar cuadros graves de anemia y fatiga.
4. Pérdida de la densidad ósea
Consumir menos calorías de las adecuadas también es contraproducente para la salud. Si a esto le sumamos la deficiencia de calcio y vitamina D, nos encontramos con un riesgo elevado de osteoporosis o enfermedades de los huesos.
Dado que la mayoría de las dietas de alimentos crudos son reducidas en calorías y no aportan la cantidad suficiente de nutrientes, es peligroso convertirlas en una forma de alimentación diaria.
Pese a que el calcio está presente en varios alimentos crudos, como los vegetales verdes y las almendras, no suele consumirse en la cantidad necesaria.
Por ejemplo, cada taza de brócoli crudo proporciona unos 90 mg de calcio aproximadamente, mientras que una taza de leche aporta 300 mg.
Además, para una adecuada absorción del calcio se aconseja el consumo de 600 a 800 unidades internacionales de vitamina D, la cual se obtiene de la exposición al sol, carnes, huevos y alimentos fortificados.
5. Puede ocasionar desequilibrios hormonales
Los alimentos crudos contienen componentes que pueden bloquear ciertas funciones del cuerpo, incluyendo las que realiza la glándula tiroidea.
Como consecuencia se produce una disminución en la actividad hormonal, lo cual ocasiona bocio o hipotiroidismo.
Este efecto suele ser peor cuando ya se tiene una tendencia a tiroides debilitada o con algún tipo de desorden.
El calor tiene la capacidad de desactivar este efecto, razón por la cual se aconseja cocer los vegetales antes de ingerirlos.
Conclusión
Aunque está comprobado que muchos alimentos pierden gran parte de su valor nutricional tras ser cocinados, no es conveniente basar la dieta en ingredientes crudos.
Muchos pueden incluirse como parte de la alimentación diaria, más no deben ser los únicos que la conformen.
Para bajar de peso y evitar efectos secundarios lo mejor es adoptar una dieta equilibrada siguiendo las recomendaciones del nutricionista.
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