«Golpe de Estado es la salida»
Con este artículo los espero en El Helicoide o en Ramo Verde, me da igual, aunque preferiría El Marite, más cerca de mi gente. Paz y Bien. https://t.co/ELvtDs288d
— Padre José Palmar (@PadreJosePalmar) January 25, 2017
EL ARTICULO:
Se ha dicho a menudo que un «golpe de estado», es la vacuna más eficaz contra otro «golpe de estado». En Venezuela desde abril del 2013 hay un autogolpe de estado en cámara lenta y de manera solapada. El totalitarismo no puede renunciar a la violencia, si lo hace, dejaría de ser fascismo para convertirse en un cadáver de tiranía. La dictadura no puede abrirse institucionalmente al camino electoral, si lo permite, dejaría de ser un gobierno de facto para transformarse en un caciquismo tolerante y vulnerable.
Esta poquedad política llamada “chavismo” no llegó totalmente al poder por la vía electoral. Este asalto a Miraflores fue desde la trama golpista de la intentona militar del 4-F. Unos sanguinarios militares de pacotilla, escasos de talento para un generalato y sin idoneidad para ocupar puestos de honor en la cadena de mando, se lanzaron a la aventurilla revoltosa de llegar al poder por la vía de las armas. El fracaso militar del 4-F demuestra la torpeza táctica de los que se montaron en dicho suceso que dejó un saldo de 200 muertos y cientos de heridos. Estoy seguro que si no hubiese hablado el simplón comandante de Hugo Chávez esos minutos por RCTV el 4-F, los frustrados golpistas serían parte del obituario del «Monumento al soldado desconocido».
El desmedido error de la oposición partidista en Venezuela es creer que están luchando contra políticos de clásica investidura estadista, estos malandros forrados en dólares no son políticos, ni mucho menos unos demócratas, son delincuentes investidos de autoridad. Estos pandilleros seudosocialistas se amparan en el contubernio con los corruptos militares para delinquir como narcotraficantes y enriquecerse con el erario nacional. Pensar que la salida será democrática, pacífica y constitucional, es como pensar que una diarrea de leche piche se cure con “agüitas de mamanbí”. Llevamos casi dos décadas de esfuerzos fallidos y de luchas infructuosas.
Siempre hemos repetido que algún día saldrán estos rateros del poder y que los dos “talones de Aquiles” del chavismo quedarán vírgenes. Las dos debilidades de este narcorégimen son, una la improvisación como política de estado, y dos, la mentira como estrategia de gobierno. Mientras no se desmantele cada chucuta improvisación condenada a que el idiota extranjero de Nicolás Maduro la pueda recular y no se demuele la falsedad de sus embustes con la verdad sin cortapisas, estos mequetrefes seguirán sometiendo a Venezuela. Exigir un cronograma electoral al que tiene apenas un 18% en las encuestas como partido oficialista, con un nivel de popularidad de su pseudo líder que cayó al 15%, y que además son los dueños, amo y podertenientes del CNE, es una fantasía de ciencia ficción.
Con marchas inofensivas, fraudulentas y promotoras de autofotos no llegaremos a ninguna meta de liberación. Son inofensivas porque los destinos no generan solución; y son fraudulentas porque convocan para llegar a un sitio letal y en la sobremarcha la cambian para arribar a un lugar manso. Y peor como sucedió recientemente en Maracaibo el 23-E, que marcharon en toletes de división con agendas distintas, craso error, pagaran caro por esta torpeza divisionista. Algunos pensaran que cómo es posible que un sacerdote piense en el golpe de estado como salida para la crisis venezolana. Les pregunto: ¿Con estos violadores de la Carta Magna se pudiera pensar en alguna vía constitucional para que abandonen el poder? Yo, respondo por ustedes: No encuentro ninguna ruta pacífica, democrática y rápida. Ni siquiera la muerte física nos libera de este yugo infernal, siempre afirmamos que aun muriendo el extinto traidor de Sabaneta la crisis continuaría, y de peor calamidades.
Todas las tácticas de lucha del pueblo venezolano han sido agotadas, explotadas y sobre utilizadas. Los cacerolazos que tuvieron su nivel de presión, ya no suenan; los pancartazos que alcanzaron su grado de impacto, ya no se escriben; los banderazos que marcaron pauta en las acciones de calle, ya no ondean; las marchas que lograron su supremacía en las protestas, ya perdieron el poder de convocatoria; y los comunicados, sean de la MUD, de los partidos, instituciones, ONGs y hasta los emitidos de procedencia religiosa, se transformaron en letra muerta de una realidad innegable y archiconocida. Lo único que nos da cierta esperanza son los procesos electorales, pero en este país después de la negación al referendo revocatorio y la postergación de las regionales, es de clara sospecha que no habrá más nunca una oportunidad de comicios para dirimir nuestras diatribas políticas.
Los “golpe de estado” en el siglo XX tuvieron una altísima satanización en nuestra Patria Venezuela, primero porque emergían como caprichos de caudillos que se apoderaban del poder para robarse los recursos de la Nación como si fuese un botín de guerra, y segundo, porque se mantenían en las mieles del poder a fuerza de acciones sanguinarias, persecución y acoso político. Estos narcotraficantes con charreteras y casacas rojas se colaron por la vía electoral, y en realidad se comportan como dictadores apertrechados con armas, dinero y placeres, son unos resentidos sociales que se encaramaron en Miraflores y que califican con excelente mérito para que se les saque a patadas de los palacios de gobierno.
El meollo del asunto es que los que dan los «golpes de estado» son los militares que gozan de mando en las tropas armadas, y aquí en Venezuela los primeros bandidos son los miembros de las FANB cuya línea de superioridad las tienen los castristas cubanos, el Secretariado de las FARC y los extremistas árabes que de manera arribista llegaron a la cima a través de las triquiñuelas que ofrece el armamentismo, narcotráfico y el lavado de dólares. A decir verdad, estamos entrampados, el país está contra la pared atacado por dos espadachines, unos que te punzan con los filos del totalitarismo salvaje (los narco rojos), y otros que te rasguñan con las navajas del utilitarismo político (los partidos de la oposición). Si no te agarra el dictador rojo, te engancha el negociador azul. Por mi parte, insisto que la salida es por la fuerza de la calle y el ímpetu del estallido social, los que compartan este criterio, bienvenidos, los que no, salgan rápido a carnetizarse para que no pierdan tiempo, antes de que las focas se les adelanten en las colas.
Como esta pelea es una batalla espiritual, es una lucha del Bien contra el mal, roguemos a Dios que consolide este derrumbe del poder, y de una vez por todas nos libere de este yugo maligno para que podamos abrir senderos de justicia para vivir en paz. Que la Virgen de Fátima advocación mariana para exterminar el terrorismo en la humanidad, toque con sus manos nuestra tierra coromotana para que la salida, que por ahora es de facto, se avizorice por caminos de equilibrio, entendimiento y bienestar. Dios les bendiga a todos. Hasta la próxima. Amén.
*Cura de barrio, locutor y periodista.