Después de 14 años sin un espectáculo de música llanera y 15 años de abandono de la Manga de Coleo, la ciudad de El Tigre, en el estado Anzoátegui, está viviendo un renacimiento cultural bajo el liderazgo de su alcaldesa, Lilys Osuna. Con un compromiso inquebrantable para garantizar el bienestar y el progreso de los tigrenses, este viernes 6 de septiembre se dio inicio oficialmente al Festival 2024 en homenaje a la Virgen del Valle, una celebración que ha revitalizado el corazón de la comunidad.
La Alcaldesa Osuna ha dejado claro que su gestión va más allá de lo político, destacándose como un ejemplo de gobernanza que enaltece y rescata las tradiciones, la cultura, el turismo y el deporte. Su capacidad para transformar la ciudad es evidente en cada evento, como el reciente festival, donde se conjugaron esfuerzos para ofrecer un espacio donde los tigrenses y visitantes pudieron disfrutar del talento nacional, regional y local, así como de la religiosidad que une a los venezolanos en torno a la Virgen del Valle.
Con muestras de fe, devoción y sacrificio, El Tigre disfrutó la Segunda Peregrinación «Yo Camino con Vallita», que partió de la Catedral Nuestra Señora del Valle hasta el Paseo de la Virgen y la develación de la imagen restaurada de la Santa Madre con el fin de brindar un espacio digno de veneración a los tigrenses.
El homenaje fue más allá de las ya tradicionales misas, caminatas por distintos sectores con la Reina de los Mares y otras atracciones. Sin desmeritar a ninguno de los artistas, la participación de figuras como Edgardo Ramírez y el coplero Alí Cabello, sumaron un toque especial a la velada. Ambos resaltaron no solo por su talento, sino también por el cariño y la conexión que lograron establecer con el público. Estos artistas, junto a otros talentos emergentes, son una muestra del resurgir cultural que El Tigre ha experimentado bajo el liderazgo de Osuna.
Uno de los momentos más emotivos del festival fue la presentación de Emily Galaviz, una joven de tan solo 17 años que se perfila como la nueva estrella de la música llanera. Su actuación dejó una huella imborrable en los presentes, quienes no tardaron en ovacionar y reconocer su talento. Galaviz, con su frescura y pasión, ha demostrado que el folklore venezolano sigue vivo en las nuevas generaciones, un símbolo de esperanza para la continuidad de nuestras raíces.
Pero el festival no solo ha sido una celebración de la cultura y el arte. Alcaldes de otros municipios del estado, se han sumado a la iniciativa, lo que demuestra el impacto positivo de esta gestión. El trabajo colaborativo es clave para que este tipo de eventos se extiendan por todo el país, fortaleciendo el sentido de identidad y pertenencia.
El VallitaFest 2024 no solo es un homenaje a la Virgen del Valle, sino también una reafirmación de los valores culturales, deportivos y religiosos que definen a El Tigre. En un país que a menudo enfrenta desafíos, estos espacios son una bocanada de aire fresco que nos recuerdan quiénes somos y hacia dónde podemos avanzar si trabajamos juntos.
Las actividades deportivas, son un pilar fundamental para la juventud y el desarrollo de la comunidad. Bajo esta nueva administración, se ha revalorizado el deporte local, como una pieza clave del bienestar social, por ello, en el marco de estas celebraciones se disfrutó entre otros de torneos de padel y Beach tennis.
En este contexto, es importante pedirle a la Reina de los Mares, a nuestra Virgen del Valle, que continúe bendiciendo a El Tigre, a todos los tigrenses y a los venezolanos donde quiera que se encuentren. Que su protección nos guíe en los tiempos venideros, y que, con su luz, podamos seguir recuperando lo mejor de nuestra tierra.
En definitiva, la gestión de Lilys Osuna nos muestra que es posible combinar tradición y modernidad, fe y progreso, cultura y desarrollo. Que su ejemplo inspire a otros gobernantes a seguir el camino de la reconstrucción y el resurgir cultural, porque Venezuela merece más líderes comprometidos con el bienestar de su pueblo.