Luego de dos décadas perdidas, el gobierno en los últimos dos años aceptó paulatinamente las transacciones en divisas, ha permitido la apertura de los casinos, así como el regreso del Centro Comercial Sambil en La Candelaria a sus dueños. Ojalá este sea el comienzo del regreso de los bienes expropiados y la rectificación de una política destructiva, que en un momento aclamaban todos los adeptos a Chávez que coreaban a viva voz “así es que se gobierna”.
De la misma manera hemos visto de vuelta los peajes, aunque más para llenar las arcas públicas, que para mantener las carreteras. Desde los extremos ya vemos a unos decir “tanto nadar para morir en la orilla” y a otros “es mejor tarde que nunca”. Sin embargo, nuestra invitación es a dejar la pelea que ha sido a lo largo de estos años como dice un dicho “arar en el mar”, y enfocarnos en avanzar, en planificar un mejor futuro.
Con la objetividad que nos caracteriza debo decir que todas estas decisiones son positivas para la generación de empleos, y en el caso del C.C.Sambil para el desarrollo comercial de esta zona de Caracas. Sin embargo, no es suficiente sino viene acompañada del compromiso al respeto de la propiedad privada y la no intromisión obstructiva del Estado en la economía.
Como lo he dicho en artículo anterior; este año es la prueba real del crecimiento económico y desde Unidad Visión Venezuela aspiramos y esperamos como me lo preguntaba en otro artículo más reciente que titulé: ¿Rumbo a la sensatez? que así sea.
Nuestra invitación es a continuar esa ruta en la que se estimulen las inversiones, para que así pueda crecer la producción; terminar de dejar atrás esa economía de controles que tanto daño nos hizo y avanzar a una economía de estímulo que genere confianza y por ende garantice la productividad.
Hay otro elemento que debe ir de la mano, para que esto pueda ser factible y es la inversión inmediata en la recuperación de los maltrechos servicios públicos. Se debe comenzar con la electricidad, ya que en la actualidad no hay generación de energía eléctrica suficiente para satisfacer el crecimiento de la actividad en ninguna área. Por ello hemos venido viendo cómo se han incrementado nuevamente los racionamientos eléctricos y apagones, que afectan al ciudadano de a pie y no genera condiciones para un crecimiento robusto de la economía.
Recientemente escuchamos a Maduro decir que “se veían bonitas las banderas de EEUU y Venezuela juntas”; esto, luego de la reunión que se diera entre los gobiernos de ambos países; que pudiera rendir beneficios para cada nación según sus intereses.
En resumen, el respeto a la propiedad privada y la recuperación de los servicios públicos son indispensables para el desarrollo económico del país, así como poder contar con una educación de calidad. Hay que evitar que se siga produciendo la fuga de cerebros, -esta- sin lugar a duda debe ser una prioridad a tratar en la mesa de diálogo nacional.
Omar A. Ávila H.
Diputado a la Asamblea Nacional
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