Hace prácticamente un año escribí un artículo que titulé: “Ni los ojitos, ni la manito”, esto a propósito que estábamos próximos a las elecciones regionales, donde a pesar de la falta de unidad, pudimos lograr a través del voto inteligente obtener el mejor resultado que hayamos alcanzado en las últimas dos décadas, logrando que hoy los sectores democráticos tengamos responsabilidades de gobierno en más de 120 alcaldías, que representan más de un tercio de los municipios del país.
Hoy, pareciera que se repite la historia en la ruta para las elecciones presidenciales. Tenemos muchos candidatos que a la postre terminarán dispersando el inmenso potencial que poseemos gracias al descontento con la actual administración.
Con la objetividad que nos caracteriza en Unidad Visión Venezuela, hacemos un llamado a los gobernadores y alcaldes de la alternativa democrática a centrarse en hacer la mejor gestión posible, para demostrar que a pesar de las restricciones de recursos impuesta desde el gobierno central, con poco se puede hacer mucho. Ejemplos ya no se circunscriben al Área Metropolitana de Caracas y algunas de las principales ciudades de Venezuela, sino que pueden ser observados en muchos municipios del país.
Hoy tenemos a gobernadores como Manuel Rosales (Zulia) y Morel Rodríguez (Nueva Esparta) entre los mejores evaluados del país, así como a alcaldes como Ernesto Paraqueima en El Tigre (Anzoátegui), Andrés Aular en San Sebastián de los Reyes (Aragua), Sulme Ávila en San Juan de los Morros (Guárico), entre otros.
Nuestro propósito de acción va a seguir dirigido en construir esa unidad necesaria para lograr el cambio de abajo hacia arriba, con esos liderazgos locales y regionales, que incluyen por cierto a algunos que pudieran estar pensando y otros que ya han anunciado su aspiración presidencial, a pensar primero en Venezuela. Por ejemplo: Henri Falcón en Lara, Octavio Orta en Guárico, Antonio Ecarri en Caracas y David Uzcategui en Miranda son piezas fundamentales para engranar estas regiones del país y garantizar el triunfo de quien sea el abanderado con mayor posibilidad de triunfo.
De igual manera, a esa dirección política que ha entendido que la gente se hartó de la confrontación, de la polarización, que quiere y se identifica con los que vienen dándole soluciones a sus problemas, razón por la cual hoy buscan de un lado desaparecer los ojitos y por el otro lado cambiarse el nombre, como si eso fuera suficiente para unos mantenerse en el poder y otros creer que pueden así lograr el cambio de imagen necesario para pasar desapercibidos como que no son los responsables de lo que ha pasado.
Urge a esa dirección política entender que ya no estamos en la Venezuela del año 2015, que hay que terminar de pasar la página del 2018 y que nos necesitamos todos. Maduro trabaja para llegar al 2030 y se nota en todas las acciones que está tomando para generar una ficción de normalidad y una economía abierta. Como lo escribía hace par de meses, hace falta una unidad con propósito, para poder desplazar a estas cúpulas nefastas responsables de haber llevado a nuestro país a los niveles de pobreza más graves de los últimos ciento cincuenta años.
El tiempo nos ha demostrado que las tácticas reactivas no resultan, que el pensamiento estratégico es el que nos conducirá por la senda de la conquista del poder. Toca pensar y actuar a largo plazo y con un plan claramente elaborado más allá de una unidad meramente cosmética.
Desde Unidad Visión Venezuela nuestro llamado es a actuar con anticipación, sería muy lamentable que producto del desencuentro, de los egos de unos pocos tengamos que calarnos 6 años más en Miraflores de quien es hoy en día la primera minoría en el país, y que es sin lugar a dudas, el principal responsable de la situación actual de la Nación, que ha llevado a que más de 5 millones de venezolanos hayan decidido abandonar nuestra Patria.