El pasado domingo 13 a las 8:30 de la noche Venezuela se paralizó. Desde tempranas horas los productores del programa «Los InformantesTV» decían por las redes sociales: «La mamá de Nicolás Maduro es colombiana, por ende él también lo es, según la constitución de nuestro país».
Los 140 caracteres se regaban como la pólvora, nos llamábamos unos y otros: «Esta noche se devela la verdad, Maduro es colombiano, lo dicen sus paisanos, no me lo pierdo». Las cadenas de chats invitando a ver el programa de Caracol no cesaban. Llegó la hora y se ratificó lo que ya sabíamos… Maduro no es venezolano.
Entrada ya la madrugada Facebook, Twitter, Instagram, páginas web retransmitían el notición. Y es que no fue esta vez un grupo de venezolanos quienes aclaraban la nacionalidad del extranjero que ocupa Miraflores, eran los propios colombianos.
El lunes siguiente la cosa iba in crescendo a tal punto, que en la noche, Nicolás Maduro tuvo que hablar y, aprovechando el espacio en TeleSur conducido por su ex-ministro de información, expresó ser mucho más que caraqueño y/o venezolano, porque es «bolivariano, latinoamericano y caribeño» agregando que mostrar el acta de nacimiento que tanto se le solicita, «es perder el tiempo». En cuanto al lugar de nacimiento de su madre sólo atinó a comentar: «Mi familia es de frontera» no aclaró si de la frontera para acá o de la frontera para allá, y añadió que no hablaba de su madre por respeto. Cosa rara que alguien no quiera hablar de su mamá.
Pero la verdad es que doña Teresa de Jesús Moros Acevedo, es colombiana del Norte de Santander probado por acta que se encuentra en la Registraduria Nacional de Colombia. Ya desde el año 1994, fecha en la que ésta falleciera, Maduro trataba de ocultar el verdadero lugar de nacimiento de su madre cuando declaró falsamente ante la primera autoridad civil del municipio autónomo Sucre, Pablo Pérez Fusperguez, al realizar el acta de defunción, que ésta era «natural de Rubio, estado Táchira». Mintió Maduro entonces, miente ahora y mentirá siempre… es su naturaleza.
Nuestra Carta Magna exige de manera indubitable para ejercer el cargo de presidente de la república «ser venezolano por nacimiento y sin otra nacionalidad». Si Maduro tuviese las dos condiciones sería muy sencillo demostrarlo presentando una Partida de Nacimiento válida y un certificado de no poseer otra nacionalidad. La solicitud convertida ya en clamor nacional, no «es perder el tiempo», es deber del primer empleado del país mostrarla y nuestro derecho como venezolanos solicitarla.
La Asamblea Nacional, con mayoría calificada para la fracción de la Mesa de la Unidad Democrática, otorgada por millones de venezolanos el pasado 6 de diciembre no puede evadir el tema, como sí lo hacen Maduro y su régimen. Si lo hicieran, se podrían dar por cierta algunas de las hipótesis que algunos analistas ventilan:
1.- Que aspirantes a candidaturas presidenciales por la MUD poseen doble nacionalidad.
2.- Maduro debe terminar el periodo hasta el 2019, desgastarse junto con el chavismo aunque arrase con lo que nos queda de país.
3.- No saber cómo enfrentar el vacío de poder y conflicto jurídico producto de declararse nulos todos los actos de Maduro desde que ejercía como canciller, ya que, según nuestra constitución, de poseer doble nacionalidad, estaba impedido de ejercer el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores, también. Y,
4.- Temor a una incursión militar.
Ninguna justifica darle largas a este asunto. En el país hay suficiente talento, profesionales preparados y dispuestos a trabajar por la reconstrucción institucional, social, económica y política de Venezuela. Algunos están afiliados a partidos políticos, otros no, pero todos debemos ser militantes por y para Venezuela. Lo que nos está faltando, amigo lector, es voluntad política para encarar el reto.
Sin embargo, ya comienzan a levantarse algunas voces. Este martes, diputados de Voluntad Popular han declarado que se dirigirán a la Junta Directiva del parlamento para que este tema sea discutido en plenaria, ya que existen elementos suficientes de duda sobre la nacionalidad de quien ejerce la presidencia de Venezuela.
El tema se debe abordar sin más demoras. Lo que no puede continuar, es tener un extranjero a las órdenes de Cuba gobernando a Venezuela por más tiempo, esa es la más peligrosa y explosiva de todas las amenazas que nos acechan.