Puede que Maduro no sepa quién fue Teodoro Roosevelt (1858-1919), tampoco que fue presidente de Estados Unidos (1901-1909), y mucho menos que fue el creador de una diplomacia que se llamó del “Gran Garrote” o “Big Stick”.
Y era que, míster Roosevelt, antes de sentarse a conversar le caía a “garrotazos” a los países, de modo que, independiente de los acuerdos que se negociaran a posteriori, tenían que quedarse con los “garrotazos” que le propinaba el también conocido como forjador de la fase más agresiva del imperialismo norteamericano.
Sin duda alguna que, la misma diplomacia que 115 años más tarde ha desempolvado un presidente venezolano llamado Maduro, el cual, le cayó a “garrotazos” a 20 mil colombianos que deportó de Venezuela, se fue de gira de placer mientras llevaba a cabo su hazaña, y ahora, transcurrido un mes, quiere sentarse con el presidente, , para que apruebe la agresión.
Eso, por lo menos, es lo que ocurre mientras el mundo no sale de su asombro por tan cínica violación de los derechos humanos y el gobierno del presidente, Santos, instrumenta “una diplomacia” que pone en evidencia al pichón de Teddy Roosevelt que cría plumas en la región.
Pero ya está descubierto, fichado como el jefe de un estado fallido y forajido, para quien existen agresiones para la oposición venezolana y los gobiernos democráticos del continente, mientras “mece la cuna” de violaciones del espacio aéreo neogranadino”, insulta a gobiernos como el de y amenaza con que sus próximos atropellos serán contra quienes no acepten que, como un gobierno soberano, puede dar “garrotazos soberanos”.
Nos imaginamos lo contento que estará en el más allá el del “Big Stick” si se enterará que, en América Latina, le ha nacido un imitador con probabilidades de superarlo, pues, primero golpea, ofende y acorrala a los “enemigos” y después los invita a conversar.
Es lo que llama “diálogo”, pero nunca antes de aplicar el primer manotazo…como míster Roosevelt.
Por Manuel Malaver / @MMalaverM