No hay dudas que la ingeniera, Jacqueline Faría, es una alta funcionaria de los gobiernos revolucionarios con algo de mala suerte y mucho de pavosidad. Lo digo porque, a pesar de no ser hablachenta, y guardar más bien cierta compostura a la hora de direccionar sus ataques a la oposición, pues pasará a la historia, no por hacer sino por hablar, y justamente, naderías que, por chimbas, la han hecho quedar como una soberana embustera.
La primera fue aquella de marzo del 2005 cuando, siendo ministra del Ambiente, le cursó una invitación a Chávez y a Daniel Ortega para que se bañaran en El Guaire en el 2008.
Es como si viera a Chávez, en cadena de y televisión, anunciando al mundo tan magno acontecimiento: “Daniel, te invito a que nos bañemos juntos en El Guaire el próximo año (…) La invitación es de la ministra Jacqueline Faría, yo voy a ir y los invito a todos”
Pero pasó el tiempo, Jacqueline pasó después por muchos ministerios y muchos cargos, Chávez siguió siendo presidente, pero aspirando a gobernar toda la , y en 2013, todos saben lo que pasó.
Menos Jacqueline, que se mantiene en las suyas, prometiendo y anunciando lo imposible, como ese del viernes pasado de que “las colas, de verdad, son una sabrosura”.
Ya sabemos en que circunstancias hizo la exministra de casi todos los ministerios tan pasmoso acontecimiento, y de la misma estirpe de aquel de que El Guaire sería navegable en el 2008, pero esperemos de que, al menos, fue porque pasó unos minutos en una .
Aunque…¿por qué no apostar que un y una noche, pero eso si, bajo un con potente aire, degustando vino francés, o escocés 18, pasapalos de caviar Beluga y esos infaltables guardespaldas que rodean a todos los altos funcionarios del régimen para aislarlos de pedigüeños.
Y así, no digo que las colas, sino una regata por El Guaire es de verdad… Sabrosa”.
Por Manuel Malaver / @MMalaverM