La Conferencia International sobre Venezuela en Bogotá que había despertado ciertas expectativas, en el sentido, de reiniciarse las conversaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición, ya sea en México, en Colombia o Venezuela o cualquier otro lugar, solo terminó ratificando los tres puntos principales que se discutían en los diálogos de México y los deseos políticos de reactivación tanto de las partes venezolanas como de la Comunidad Internacional, para que lleguemos a Acuerdos fundamentales para la realización de unas elecciones auténticamente democrática y debería concretarse Acuerdos post-electorales para la gobernanza de quien gane las elecciones presidenciales en 2024, para el establecimiento de un gobierno de transición y de Unidad Nacional.
Este resultado intrascendente de la Conferencia Internacional y netamente político de exhortación a la reanudación de los diálogos entre los sectores políticos venezolanos, es posible que se debido al formato de la misma, en donde los actores políticos solo fueron referenciales en la Conferencia Internacional por los anfitriones, a menos que el objetivo del gobierno de Colombia fuera el poner nuevamente el problema venezolano sobre el tablero internacional y estos ratificaran su apoyo expreso a la reanudación de los diálogos entre los actores políticos venezolano: el gobiernos y sus satélites aliados y el de la oposición con su archipiélago. Si eso fue así, tuvo éxito pues la Comunidad Internacional ratificó claramente una vez más, el interés de que los venezolanos encontremos una solución política al caos, económico, social y democrático que hay en Venezuela y que constituye un factor perturbador en la geopolítica regional y democrática.
Sin lugar a dudas, es urgente que se reanude un diálogo honesto y sincero entre los venezolanos pero centrado no solo en lo político sino en los problemas de la gente y en donde las partes determinen lo que queremos como país antes y después de las elecciones del 2024 y se establezca la ruta que queremos, pero además, que podamos cumplirlo, ya que el formato de México no es real pues el meollo de la crisis venezolana allí no se toca solo los intereses que tiene el gobierno de Maduro de oxigeno financiero e internacional que la oposición no se lo puede resolver, porque es un problema que debe tratarse en una negociación directa con los Estados Unidos. La oposición venezolana debe dejar de ser los voceros del norte y centrarse en plantear los intereses reales políticos, sociales y económicos que nos embargan. En lo que si puede ayudarnos los americanos y la Comunidad Internacional es de servirnos de garantes de los Acuerdo a que lleguemos los venezolanos para que se cumplan, pero con las consecuencias que ello acarrea su incumplimiento.
¿Qué fue lo más interesante de la Conferencia Internacional en Bogotá? Que una vez más se ratificó el interés para que se resuelva la crisis política, económico y social de nuestro país, y que el Diálogo y la Solución sean entre venezolanos. Cuando nos piden elecciones con condiciones electorales libres, justas y democráticas es porque reconocen implícitamente, incluida las partes políticas venezolanas, de que en Venezuela no hay una verdadera democracia y el propio Pdte Petro lo ratifica cuando nos exige, que hagamos “elecciones libres y que nos incorporemos a la Comisión de Interamericano de Derechos Humanos y al sistema regional de la OEA”.