Restan solo días para las elecciones parlamentarias y es mucho el afán por anticipar resultados. Encuestadoras de prestigio trabajan a marchas forzadas, realizan estudios de opinión y ofrecen pronósticos.
Datanalisis, IVAD, Datincorp, Hinterlaces, Varianza, consultoras de las más reconocidas del país, coinciden en afirmar que el descontento es generalizado y que este se convierte en intención de voto por los candidatos opositores, otorgándoles ventaja, a la fecha, que va desde veinte y cinco hasta cuarenta puntos.
Reviso ahora la última Omnibus de Datanalisis con trabajo de campo terminado el 23 de Octubre, nivel de confianza del 95 % y error máximo admisible de +/- 3,04 %.
La evaluación negativa de la situación del país trepa hasta 90,2 % con el 67,8 % cargándole la responsabilidad al oficialismo y un 75,1 % calificando como mala o muy mala la gestión de Nicolás Maduro, con lo que la de este es la peor evaluada en las últimas cinco décadas; ni siquiera Luis Herrera al final de su mandato –que hasta ahora había sido el presidente con peor calificación- cosechó tales números.
La salida, no hay duda, es electoral, democrática y pacífica, porque así lo afirma el 87,1 % de los entrevistados con su disposición a votar, anticipándose que los próximos comicios serán los de mayor participación popular en la historia reciente de Venezuela.
A la pregunta “En caso que el próximo domingo se realizaran elecciones de diputados entre los candidatos del oficialismo y de la oposición, ¿por quién votaría usted?”, el 61,4 % de los que responden indican que votarán por los candidatos opositores, 24,8 % por los oficialistas y 13,8 % por candidatos alternativos con lo que, a la fecha, la oposición aventaja por 36,6 puntos al oficialismo, lo que permitiría alcanzar entre 108 y 111 parlamentarios, logrando las dos terceras partes de la Asamblea Nacional.
El pasado fin de semana mantuve contacto con todos los candidatos principales –y algunos suplentes- a diputados en Monagas y Delta Amacuro, entidades donde cabalgo en el activismo, y a todos dije lo mismo: “la oposición tiene hoy la mejor oportunidad que jamás se le ha presentado, desde 1998, para obtener una gran victoria popular e iniciar con tal el proceso de cambio que demanda la gran mayoría de los venezolanos, pero nada más peligroso que embriagarse en el triunfalismo y creer que todo está hecho porque enfrentamos a un adversario inescrupuloso, capaz de cualquier cosa por continuar usufructuando el poder”.
Este lunes a los integrantes del comando de campaña de la MUD en Monagas y el martes a los del Delta, les señalé: “Todo indica que ya existe una matriz de opinión inmodificable a favor de los candidatos opositores por lo que más que captar votos lo que debe hacerse es enfocarse en enseñar a votar, encuadrar a los partidarios en las estructuras de movilización, preparar adecuadamente al personal electoral y alistarse para defender el voto a todo evento”.
En una ocasión, siendo líder juvenil, asistí a una plenaria en Caracas en la cual intervino el legendario fundador de Acción Democrática Rómulo Betancourt. De sus palabras, nunca he olvidado una frase que pronunció: “La organización siempre se impondrá a la emoción”.
No hay duda que el pueblo quiere un cambio y eso incluye a muchos que creyeron en Hugo Chávez pero que entienden que Maduro botó el legado y hoy arruina al país, pero para que el cambio sea posible hay que privilegiar a la organización.
Se aproxima una hora crucial, definitoria del futuro de Venezuela, de los venezolanos y las venezolanas. Es inmensa la responsabilidad de quienes hoy representamos la alternativa de cambio y es necesario dar lo mejor nuestro para que el 6 de Diciembre sea el inicio de un nuevo tiempo.