A través de la historia de la humanidad, se ha demostrado que las revoluciones se iniciaron para que las naciones se liberaran del yugo de imperios que los habían conquistado; sin embargo, las revoluciones del Siglo XX se convirtieron en insurrecciones solo para sustituir a las élites económicas, políticas y militares.
En este sentido, puedo mencionar el caso de la Revolución Norteamericana para poder deslindarse el Imperio Británico, que culminó en el año 1783, con la firma del tratado, ratificado por el Congreso de los Estados Unidos de la Confederación el 14 de enero de 1784; de igual manera, se produjo la revolución en América Latina, con la campaña liderada por el Libertador Simón Bolívar para liberar a los territorios granadinos y venezolanos del Imperio Español.
Luego, entre los siglos XIX y XX, vinieron muchas revoluciones en varios países de Europa, como la Revolución Francesa, que se produjo entre 1789 y 1799, que marcó el final definitivo del feudalismo y del absolutismo en el país, para pasar de ser una monarquía a una república.
En referencia al Siglo XX podría enumerar muchísimas; entre ellas, la Revolución Bolchevique en Rusia en 1917, la Revolución Sandinista en Nicaragua, entre julio de 1979 hasta febrero de 1990; la Revolución cubana y la Revolución Bolivariana de Venezuela, que se instauró en nuestro país con desde 1998 con la elección de Hugo Chávez Frías en 1998.
En seguida que se sustituyen esas élites y se generan las nuevas burguesías las revoluciones fenecen y se convierten en el establishment en cada uno de sus estados; por tanto, necesario que entendamos los procesos políticos y que observemos, como en el caso venezolano, que nos ocupa fundamentalmente, que tenemos que ir hacia un proceso de federalismo, hacia la búsqueda de transferencia de competencias a gobernadores y alcaldes, para que los primeros dejen de ser una especie alcaldes metropolitanos y los segundos una especie de conserjes de la ciudad, y ambos cuentadantes de nóminas precarias para pagar salarios de hambre a los empleados que están en esas nóminas.
La recuperación del proceso de transferencia competencias, otra vez la creación de la Ley de Hacienda estatal y a la posibilidad de recaudación de impuestos; permitirá a los estados con capacidad de generación de productos cárnicos, lácteos, hortalizas, granos, así como las regiones petroleras y con tierras ricas en minerales preciosos no preciosos, cada uno con su particularidad, pueda deslindarse, dejar de depender justamente el situado y no ser presos del gobierno central.
En este sentido, es importante profundizar el proceso de descentralización para que la palabra Federación, contemplada en nuestra Constitución no sea letra muerta, y podamos decir que somos un país realmente independiente y federal.
Esta es una pelea dura, larga y complicada porque Venezuela ha sido un país presidencialista desde sus inicios y, lamentablemente cuando asume el poder el presidente Chávez, todo el proceso que se había realizado a través de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), creada en 1984, fue desmontada con la llegada del proceso revolucionario. Por tal razón, reitero la invitación a todos los gobernadores y alcaldes del país a que se ponga a trabajar en el rescate de sus competencias establecidas desde los inicios del período democrático.