“En un gobierno bien constituido, la guerra, la paz y las alianzas son discutidas en tanto cuanto sirvan, no para la satisfacción de unos pocos sino para el bien común”. Nicolás Maquiavelo.
Hace pocos días aseveré que el socialismo es una ficción. En este orden de ideas, hoy aseguro que en Venezuela el federalismo también es una mentira; pues es falso que nuestro país se rija por un Estado Federal.
A mi juicio, existe un Estado centralista, presidencialista y los avances que se hicieron para que eso cambiara, a finales de los años ochenta, período que cuando se eligieron por primera vez gobernadores y alcaldes, lamentablemente terminó cuando Hugo Chávez asumió la Presidencia de la República.
Con la institución de un nuevo proceso político en nuestra nación, culminó el programa que inició la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), creado en 1984 por el presidente de ese entonces Jaime Lusinchi, para examinar la reforma del estado venezolano y su sistema político, que tenía que ver además con la necesidad de reformar y reducir el Estado, de llevar a un número mínimo a los ministerios, trasladar competencias a los estados y municipios, permitir la recaudación local y potenciar su economía, así como la posibilidad de aprobar una Ley de
Hacienda Pública Estadal.
Este concepto de Estado Federal, que marcó al país durante la Guerra Federal para denominar a la República, en la actualidad es falso y hay que cambiarlo. Tenemos que mirar hacia un estado moderno, hacia un estado más pequeño, que se ocupe de los asuntos básicos; vale decir, educación, salud y seguridad social, entre otros.
Hay que mirar hacia un Estado que tenga una economía social de mercado muy poderosa, que mediante una política gubernamental eficiente tengamos la posibilidad de recuperar industria petrolera y desarrollar una industria
petroquímica que nos permita diversificar nuestra economía.
Yo hablé en su momento de la ejecución del Plan Guácharo para Monagas, que es un programa perfectamente aplicable para toda Venezuela. A través de este proyecto, propuse para este importante estado oriental del país ir hacia la construcción de un aeropuerto internacional de cargas, así como promover el desarrollo industrial y la recuperación del sector agrícola, mediante el otorgamiento de incentivos y seguridad al sector de productos cárnicos, como el ganado bovino, caprino, bufálicos y frutícola, para que con la creación de un puerto de aguas profundas lograr exportar múltiples productos, así como solicitar la designación de esta región como una zona económica especial, para ir hacia el desarrollo y fortalecimiento de las potencialidades económicas y la generación de empleos sólidos.
En este sentido, extiendo la invitación a cada uno de los gobernadores y alcaldes del país a reconocer y explotar las potencialidades que tiene cada región, haciendo valer las obligaciones contempladas en la Constitución Bolivariana de Venezuela; al mismo tiempo, solicito, con mucho respeto, al presidente Nicolás Maduro retomar el proceso de descentralización.
Por otra parte, es vital que Venezuela vaya en busca del restablecimiento de todas las relaciones diplomáticas y comerciales, que le permita a cada venezolano vivir mejor. Por ejemplo, el Aeropuerto Internacional de Maiquetía no puede seguir siendo un elefante muerto; asimismo, los aeropuertos regionales no pueden seguir siendo lugares fantasmas. Tenemos que reactivar toda la actividad portuaria y aeroportuaria, permitir que cada venezolano viaje a donde quiera y como quiera. Además, que el pasaporte venezolano vuelva a ser un documento personal poderoso como lo fue nuestra moneda en su momento, que no requería visa para ninguna parte del planeta.
Presidente, permita que cada uno de nosotros podamos ser felices, lo cual tiene que ver con la posibilidad de acceder a lo que cada uno a nosotros aspiramos; vale decir, a un mercado, un automóvil, un pasaje, viaje y demás
cosas cotidianas.
Es importante que aterricemos y comprendamos la importancia de dar respuesta a las necesidades más simples de los venezolanos, a lo que hace falta la gente, que no otra cosa que el funcionamiento cabal de los servicios de telefonía, agua, luz, salud, educación y tranquilidad, y en esa tranquilidad también están los sectores en la media, que viajan, que quieren poder ir a ver a los hijos que están países o que esos hijos quieren venir a visitar a sus padres.
Diversos especialistas han señalado que el humanismo cristiano tiene como centro del universo al ser humano y eso de verdad, no hay nada más relevante el mundo que el ser humano, por lo tanto, es imperante tener un gobierno que genere el bienestar de sus conciudadanos.
Quienes hemos decidido trabajar en política lo hemos con la convicción que es el hombre, la mujer, el niño, la niña, el ser humano en sí, lo más valioso de la política, precepto que debe ser rescatado por todos los que hoy se dedican a esta tarea.