Henry Berroteran: El fenómeno del niño

“Este Niño sí que es un fenómeno climatológico natural” Solía decir su papá, el huracán Hugo, un huracán de máxima categoría que solía arrasar con todo a su paso.

 

Fijate negro, le comentaba el huracán Hugo al profesor Makako. Mi Niño es tan arrecho que aprendió a manejar el autobús del Metro por toda la ciudad, y ahora pienso regalarle el autobús de La Patria con un coñazo de jodedores a bordo para que goce un bolón conduciendo esa vaina en retroceso por todo el país. Eso sí, cuando veas que el autobús no da más, le sirves de copiloto mesmo, okey.

 

Fue así como se dio origen a la tenebrosa saga del devastador huracán Hugo y su travieso hijo El Niño, un natural fenómeno climatológico responsable del racionamiento eléctrico, la falta de agua y la ruina de un país entero, un país bizarro en donde andar al revés y conducir en retroceso parece ser una norma cotidiana, así qué lo primero que hizo este grandulón y terrible carajito, fue arrancar ese autobús dando marcha hacia atrás continuando la labor destructiva de su progenitor.

 

Apenas comenzó a retroceder, se llevo en atropellada casi fulminante al Sr. Bolívar quien todavía se encuentra en terapia intensiva sin posibilidades ciertas de recuperación ya que no se consiguen los medicamentos necesarios. Más adelante le metió mamarro é coñazo a la camionetota del Ministro de Energía Eléctrica quien se encontraba fiscalizando lo del racionamiento eléctrico en un Centro Comercial y dando declaraciones de cómo El Niño afectaba solo a El Sistema Eléctrico Nacional a pesar de sus andanzas por toda Latinoamérica, ah, y de retruque le dio a un cisterna de Hiodrocapital que utilizan para repartir agua por todo el país. En su alocada carrera por huir del sitio, se llevó por el medio a un grupo de viejitas que hacían una interminable cola junto a los bachaqueros del Bicentenario que trataban de conseguir algunos productos regulados o artículos de primera necesidad. A otros que también hacían su cola desde las tres de la madrugada para comprar una batería para su carrito, los zampó de cabeza en el Centro Comercial. Eso sí, a quienes no ha podido joder ni de vaina porque se  esconden cada vez que lo ven venir como un borracho con su autobús en retroceso, es a las señoras copetudas conocidas como corrupción, inseguridad, inflación, anarquía, devaluación, impunidad e incapacidad. Esas sí que se han cagado en el alma de El Niño y de sus bizarros compatriotas

 

Ahora bien, ese fenomenal Niño resultó multado el pasado 6 de Diciembre por un pueblo valiente que aprendió las penosas resultas de otorgar una licencia de conducir a un Niño travieso e irresponsable que se niega a pagar y a reconocer la legitimidad de una multa que lo inhabilita moralmente a continuar conduciendo el autobús de La Patria, y ahora, después de haberle fundido la máquina, piensa meterle no se cuantos nuevos motores para ver como carajo lo pone a andar nuevamente. Por cierto, los jodedores ya comenzaron a saltar del autobús.

 

¡ Lo cierto es que este Niño es un verdadero desastre natural !!!!

 

ING. HENRY A. BERRROTERAN…