Y en medio de la pandemia que lleva al mundo entero casi cuatro meses patas arriba, nuevamente desde Estados Unidos un nuevo atropello ha hecho que, no solo de la noche a la mañana el coronavirus ya no sea lo más importante sino que millones de personas en el mundo se enterarán que existe el racismo.
Hablando con una amiga sobre el tema le dije que esto es solo la punta del iceberg y en las próximas líneas trataré de explicar el por qué lo veo así. Obviamente se trata solamente de mi opinión, sin ánimo alguno de posicionarlo como una verdad absoluta.
Más del 87% de un iceberg está sumergido, lo cual no significa que no esté allí.
La muerte de George Floyd ilustró nuevamente una de las formas más visibles de racismo.
Hay muchas otras formas en la porción sumergida del iceberg racista que causa más daño que la porción que es visible. Pasa en USA, pasa en Latinoamérica y pasa en todo el globo terráqueo en formas más o menos graves.
El racismo sistémico debe erradicarse de los departamentos de policía; en las empresas y cualquier otra institución pública o privada. No obstante, eso no sucederá hasta que las sociedades se desarraiguen de todo el racismo sistemático y sobre todo sumergido que individual y colectivamente todos tenemos. Eso requiere un esfuerzo gigante honesto de todos.