Si el Conde del Guácharo ganara las primarias y luego competiría por la presidencia, sería una gran trompetilla de los ciudadanos hacia una dirigencia que lleva tiempo riéndose de ellos tanto en el gobierno como en la oposición.
Enfrentamiento político donde le convendría al cómico llevar a su oponente al terreno del humor, sitio difícil donde Nicolás Maduro apenas podría competir vendiendo las bondades de su gobierno como el salario mínimo, el estado de escuelas y hospitales o mostrando esos videos donde supuestamente visita zonas populares sin escoltas, mientras por su parte Er Conde podría aclarar, como le preguntó Henrique Capriles » en dónde estuvo él en todos estos años de lucha de la gente. Cuando los maestros estaban en las calles, o la gente luchando contra la dictadura, ¿dónde estaba él?».
Lo cierto es que hasta este extremo hemos llegado luego de ese «Songo le dio a Borondongo, Borondongo le dio a Bernabé..» en que se convirtió la ¿estrategia? de los partidos de oposición, destruyéndose entre todos sin pensar un segundo en el lamentable espectáculo que estaban dando frente a quien era su público cautivo, show que culminó frente a una sala vacía, el terror de cualquier humorista o político. Con algunos pocos líderes punteando en las encuestas y otros con porcentajes lamentables de aceptación, Benjamin Rausseo (a) Er Conde del Guácharo se ha ido colando entre los palos y, según Datanálisis, ocupa el primer lugar del favoritismo popular, mientras Datincorp le da el segundo lugar detrás de Maria Corina Machado, a quien Nicolas Maduro ya bendijo como su «opositora favorita» para el 2024.
Rivalidad que Er Conde anhela y predijo desde 2019, cuando declaró:
«A mí cuando me dicen “por qué no te vas”, yo digo: ¿por qué no te quedas? Todos los cómicos, los comediantes, se han ido. Los únicos que quedamos somos Maduro y yo».
Y tanto temor parecen tener tanto el chavismo como la oposición a enfrentar al cómico, que ya han comenzado a recircular una vieja foto donde Rausseo aparece de lo más sonriente al lado de uno de los sobrinos de Cilia Flores, Efraín Campos Flores. La foto fue tomada en 2015, en un avión privado supuestamente de Pdvsa, donde el sobrino Flores muestra a cámara una chicha marca «Derconde», con la imagen del personaje en la bolsa. Imagen que entonces no desmintió Rausseo y al contrario, la justificó señalando que él se había retratado con un gentío, a pesar de que en esa foto lucía más cercano al sobrino Campos Flores que con el resto de personajes con los que también se retrató.
Queriendo venderse como un outsider -aunque una vez se lanzó sin éxito estimulado por Hugo Chávez-, una sorpresiva elección a su favor podría confirmar una de las dos premisas venezolanas más lamentables en situaciones semejantes: 1) Cualquiera lo puede hacer mejor que Nicolás Maduro. 2) Siempre se puede estar peor.
Basta con imaginar un debate entre ambos -quizás la única manera de que Maduro consiga algo de rating-, para suponer que finalmente los venezolanos podremos soltar las carcajadas que se merecen algunos políticos sin el temor de que nos envíen a la cárcel por incitación al odio, otro de los «beneficios gubernamentales» que Maduro podría explicarle al Conde frente a las cámaras de VTV, donde jamás amenazan a nadie ni incitan al odio ni se burlan de ningún opositor o de los maestros y médicos en protesta.
La misma carcajada que lanzaremos cuando quizás veamos a Er Conde dándole órdenes al Alto Mando Militar para apaciguar a los militantes del Psuv cuando se lancen a las calles exigiendo el aumento del salario mínimo o que pongan el agua en el barrio La Bombilla. Eso si va a ser una gozadera.
publicado original epor Elizabeth Fuentes en El Cooperante
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