David Bonyuet: Manual de la perfecta anti-oposición

david bonyuet

El mundo no lo entiende, pero Venezuela está secuestrada por unos sanguinarios narco-terroristas que están dispuestos a matar a quien sea con tal de mantenerse en el poder. La insistencia de mediaciones está totalmente fuera de lugar. El régimen nos está dando PAO PAO y si no lo entienden, eso significa que tenemos la Perfecta Anti-Oposición. El peor enemigo de una dictadura es un pueblo unido y la mejor aliada de las tiranías es un pueblo dividido. Ejemplos sobran, no solo en Venezuela, sino allá por donde pasó las barbas del sátrapa Castrista. 

 

Ningún tirano sale con las tiernas palabras de la razón y mucho menos dejará el poder amablemente para que los juzguen imparcialmente. Aquí el cartel de los criminales rojo rojitos sabe que deben afincarse al poder, como sea, con lo que sea, con todo lo que puedan: para ellos, perder el poder significa la cárcel y mucho peor perder todo lo que inmoralmente se han robado.  La historia solo la escriben los que están vivos, pero en Latinoamérica, la están escribiendo sólo los muy vivos.

 

El régimen ha minado a la oposición para hacerla totalmente disfuncional. El manual de la perfecta anti-oposición se ve a pepa de ojo:

 

1.- En la desunión está el desastre. Ninguna tiranía que se aprecie va a permitir que exista una sólida unidad y si por casualidad se llegara a formar, lo importante es inundarla de partiduchos de segunda. Una unidad con falsones ya tiene un cáncer por dentro y siempre sembrarán Rosales para distraer a la población.

2.- ¿Cuánto vale un miserable? Siempre hay un Sánchez de poca monta. Como muchos saben, Escarrá vale su peso en oro para balancear la justicia al lado de la injusticia: no hay nada mejor que poner un vocero “imparcial” a dar informaciones parcializadas, así como inventar encuestas con datos falsos.

3.- Destruir los liderazgos. Las dictaduras no pueden competir con un liderazgo individual, por eso buscan diluirlo, inhabilitarlo, meterlo preso, a toda costa evitarán que un solo individuo aglutine la fuerza y esperanza del pueblo. Lo mejor es crear múltiples liderazgos, para evitar que uno solo sea la voz cantante, nada mejor que crear un coro desafinado.

4.- Promover una sola solución. ¿Cual es la forma más fácil para que nunca te saquen del poder? Muy sencillo: promover muchas soluciones, todas excluyentes y que cada parcela de poder luche por imponer el suyo. Ninguna tiranía va a permitir una sola “Salida”. Ningún político quiere apoyar la idea del otro aunque todas pudiesen llevarse conjuntamente de la mano.

5.-  Sembrar miedo. Para evitar que una salida pueda llegar a tener éxito, lo importante es empezar a crear miedo. Aquí el régimen tiene todas las de ganar: desde presos políticos, torturas, grupos de exterminio, secuestros, sabotajes, sicariato, la lista de atentados contra la población no tiene fin. También despiden y quitan los derechos de cualquiera que se manifieste contra el régimen: ¡no pueden trabajar en el Estado los que no quieran estar jorobados!  Hay miles de inocentes con procedimientos judiciales abiertos por desear una mejor Venezuela, pero ni un solo imputado por la muerte de miles de enfermos en los hospitales: ¡esto es terrorismo de Estado!

6.- Inventar acusaciones de violencia. Obviamente, ¿que mejor papel puede tener un verdugo que el de ser víctima de lo que él hace con profunda alevosía?  Y lo mejor de todo es usar las actuaciones del punto anterior y acusar a la oposición de ser ellos los que causan la violencia. El mundo no sabe que las armas que el gobierno dice tiene la oposición en realidad fueron entregadas por el chavismo mesmo a los colectivos armados.

7.- Crear comandos de ataque y grupos de simpatizantes. Nada mejor para crear violencia que grupos civiles armados dispuestos a cometer delitos con toda la impunidad del Estado. Lo mejor de todo es que una oposición distraída en los puntos anteriores no buscará eliminar estos comandos de ataque que siempre estarán disponibles para seguir cometiendo delitos con la licencia del Estado. Siempre será fácil reunir borregos que lamen las botas del dictador, así como asociaciones de “víctimas de la Guarimba”, para justificar la dictadura. La estrategia es crear héroes de criminales como Zamora y criminalizar inocentes como Leopoldo para evitar que otros luchadores salgan a la calle.

8.- Guerra informativa: La peor desgracia para una dictadura es un pueblo bien informado. Lo importante es cortar todos los centros de información fidedigna y llenarlas de información ‘veraz’ (“verás que todo es mentira”). ¿Acaso hay algún ciudadano que crea que existe una guerra económica? La realidad no importa siempre y cuando puedan culpar a otros.

9.- Inundar la cotidianidad de la vida. Si no puedes estar sano o no puedes comer, ¿qué importa todo lo demás? Eso lo supo Fidel Castro y lo aplico muy bien en Cuba. Ahora la libreta de racionamiento sale en muchos otros países en donde se distribuye la miseria. ¡Aquí la llaman Carnet de la Patria! 

10.- Crear caos, tras caos.  Si los centros de des-información no son suficientes, lo importante es crear problemas irrelevantes. El billete de 100 quedará en la posteridad como la mayor perversidad de un Estado criminal. Pero también usan las OLPs para ir masacrando cualquier grupito que pretenda desconocer al régimen en los sectores pobres. Un dictador jamás va a permitir que los más pobres levanten la cabeza, pues esa es su principal fortaleza.

11.- Circular bolas. ¿Saben cuantas veces Fidel Castro estuvo muerto? ¡Todos los años! Los dictadores se han dado cuenta que nadie quiere hacer algo si ya el trabajo está hecho. Dar signos de debilidad es precisamente una tremenda fortaleza. La población nunca se mueve a dar la “estocada final”, es prefiere quedarse en casa. ¡La idea es ponérsela pancita! Es falso que la DEA vendrá por Tareck y una gran mentira que a Diosdado se lo lleva los marines. ¡Nadie va a hacer lo que los venezolanos no hemos hecho!

12.- Buscar un diálogo. Nada descalifica mejor a un enemigo, que dejarlo ver como un buen amigo. Ningún ciudadano respetable va a seguir los pasos de unos traidores así hayan sido sencillamente unos políticos pacifistas pendejos. Por eso el (des)gobierno sigue insistiendo en el diálogo: ¡necesitan quebrar a la sociedad!

13.- No hacer nada. No votar, no marchar, no apoyar, etc. La idea de la flojera sabrosa se mete con los argumentos más baratos: “votar revalida la dictadura”, “esa marcha no lleva a ninguna parte”, “ya nadie escucha los cacerolazos”, etc, etc. La gran verdad es que el resto del mundo si esta pendiente, pero sin la participación de todos ¡estamos bien perdidos!, después de todo ¿como se puede ayudar a los que no hacen nada por salvarse? Además es una tremenda curiosidad: ¿cómo es posible que haya gente trabajando tan activamente pidiendo no hacer nada?

 

Ante todo esto, sembrar la idea que un cambio pacífico es alcanzable sellará la dictadura por muchos años.  Los tiranos saben que es importante manejar la frustración social para mantenerse en el poder. Cuando el pueblo ha perdido toda esperanza, ¡ahí tendrán súbditos obedientes!

 

No hay nada más difícil para el mundo que diferenciar las triquiñuelas de una dictadura de las del un mal gobierno. Hitler se impuso en Alemania ante la mirada permisiva del mundo que prefirió mirar de lado el sufrimiento de los judíos. Venezuela vive el mismo sufrimiento con un pueblo entero que está bien jodio. ¡Ninguna diferencia!

 

Los politiqueros de siempre acaparan los medios para quejarse y luego no hacer nada. Aristeguieta Gramcko lo denuncia muy claramente: “muchos de nuestros políticos están gravemente enfermos de electoralitis”. Los politiqueros prefieren no hacer su parte, pues esperan pacientemente su chance para la silla. En vez de líderes políticos tenemos comentaristas políticos que hablan muy bonito, pero son incapaces de tomar acciones.

 

Falta un solo ingrediente para que esta dictadura sea perfecta: “¡hoy no me toca!”. Este ingrediente lo pone cada quien que está esperando pacientemente la llegada del “mesías perfecto”. Por ahí decían: “el tiempo de Dios llegará” y a casa nos mandaron a todos. Siempre saldrá alguno que dirá “ya salí la semana pasada; hoy no me toca”, pero la gran verdad es que todos los que nos quedamos tranquilos, los que nos quedamos callados, los que nos quedamos en casa, somos los que estamos dejando avanzar la dictadura.

 

Aristeguieta Gramcko (a nombre de toda Venezuela) le reclama a la MUD: “hay que correr riesgos, no hacer política de salón”. María Corina Machado denuncia con fuerza: “darle más tiempo a la dictadura es quitarle vida a Venezuela” y Lilian Tintori nos dice: “Leopoldo nos pide protestar y protestar hasta rescatar la democracia”. En Ecuador están demostrando que ante las trampas electorales no se manda a bailar salsa y los estudiantes de la UCV demostraron que no se obedecen injusticias. ¡Hay que seguir sus ejemplos! 

 

Amigos lectores, no hay duda: #LaSalida es la #CalleSinRetorno. La calle: con contundencia, sin temor ni violencia.

 

David Bonyuet  @DBonyuet