David Bonyuet: La renovación de la democracia 

En una acción tardía, pero definitivamente perversa, el Comité Nacional de Enchufados (CNE) decide anteponer una anticuada y abandonada norma administrativa de renovación de partidos antes que efectuar unas regionales obligatorias que exige la constitución desde el año pasado. El objetivo es obvio: retrasar cualquier posibilidad democrática obstaculizando el proceso con artimañas podridas. El venezolano se ha acostumbrado tanto a vivir mal, a comer mal, a enfermarse mal, que ahora una mala democracia es absolutamente normal.  El Cardenal Jorge Urosa Savino dice una gran verdad: “lo que se vive en el país ya es una dictadura”. 

 

Héctor Rodríguez confesó que “Venezuela está en capacidad de producir los alimentos que consume”, obviamente ellos no han hecho nada a propósito (o a propósito se han robado todo lo que había).  Para enfrentar la imaginaria guerra económica Nicolás Maduro invita cordialmente al “hipócrita, perverso y malvado” sector panadero, para que produzcan pan de la nada, pues Fetraharina advierte: “mientras no se resuelva la escasez de materia prima no hay ni habrá pan”. Entonces ¿a quien hay que meter preso?

 

Mientras el indocumentado insiste en decir: “CNN que no se metan en los asuntos de los venezolanos.  Yo quiero a CNN bien lejos de aquí. Fuera de Venezuela”… por denunciar los lazos terroristas del vicepresidente Tareck El Aissami. La verdad es que los venezolanos estamos gritando por todos los medios: ¡FUERA EL CHAVISMO!  La AN va a tener que permitir la entrada de la DEA para que vean como las ratas salen huyendo de Miraflores.

 

Cuando el Gremio médico tiene que ir a la Fiscalía para pedir una investigación contra el Ministerio de Salud por epidemia de difteria es evidente que la salud del país necesita renovación. Nicolás Maduro y todo su gabinete es culpable de todas las muertes en los hospitales; el chavismo no tiene ni el perdón de Dios.

 

Aunque parezca insólito, ahora el indocumentado promete que dará a “empresas locales” lo que no construyó Odebrecht, o sea, reconoce públicamente que hubo un soberano desfalco a la nación, pero se lava las manos ofreciendo derrochar más dinero en contratos a sus amigos. ¿Cómo es posible que la Fiscalía y la Contraloría se hagan los ciegos en tan monumental soberano robo? Si no se hizo cuando hubo dinero, ¿cómo van a hacer ahora que no hay recursos?

 

Leopoldo López nos dice a todos los venezolanos: “nuestro peor adversario no es Maduro ni la élite corrupta sino la desesperanza”.

 

Este sábado 18 de Febrero: ¡todos a la calle! Con pasión, esperanza y arrechera: ¡FUERA EL CHAVISMO! 

 

David Bonyuet   @DBonyuet