David Bonyuet: La perversa Impunidad 

Si repentinamente ocurre un saqueo en las narices de la GNB y no pasa nada, si de improviso un grupo de civiles destruye las instalaciones del TSJ ante la mirada complaciente de la PNB, si los colectivos armados asesinos entran y salen de las comandancias militares como cual perro por su casa, si un grupo de motorizados dispara sin clemencia armas de guerra y nadie investiga, pues sencillamente no queda dudas: ¡la impunidad gubernamental solo protege a los criminales!  Tanto es el abuso que Luis Almagro tuvo que gritar: “tiene que cesar ya la represión en Venezuela”.

 

El mesmo Falcón tuvo que admitirlo: “encapuchados salen del Core 4 bajo el amparo de la GNB”. Capriles también denunció: “saqueos en Los Teques son ordenados por narco cúpula madurista”. Sin embargo, Maduro pide “demandar a quienes acusen a fuerza pública de barbaridades” pues la impunidad criminal tiene rango presidencial, peor aun cuando el presimiente obtiene confesiones bajo tortura y no le preocupa esas violaciones de derechos humanos. Si alguna de las denuncias oficialistas fuese verdad, deberían permitir la entrada de periodistas extranjeros con total libertad de investigar los sucesos, pero la evidencia salta a la vista: periodista extranjero que intenta entrar o ¡es expulsado o lo meten preso!  

 

El destituido Maduro confesó públicamente que “le daremos a cada miliciano un fusil para defender a la patria” lo cual significa que dará armas de guerra a civiles que son afectos a su línea partidista para así atacar al grupo social que se le opone ideológicamente. La segregación políticamente es crimen de lesa humanidad que ningún organismo del Estado investiga. Esta dictadura nos está asesinando con premeditación y alevosía.

Aun cuando el Defensor del Pueblo condenó el lanzamiento de bombas lacrimógenas desde un helicóptero del gobierno, tanto Néstor Reverol como Diosdado Cabello intentaron encubrirlo e incluso calificaron este hecho público y evidente como una mentira, cuando existen miles de testigos y videos sobre el incidente que el gobierno se apresura en tapar. Almagro los acusó ante el mundo “el régimen de Maduro tiene las manos manchadas de sangre”, pues se ampara en los colectivos homicidas y es que armar grupos civiles para atacar a una población indefensa que está ideológicamente en contra es un crimen contra todos los venezolanos. Los jerarcas chavistas son tan cobardes que prefieren exponer a sus pocos seguidores y usarlos como carne de cañón para protegerse ellos.

 

Es imposible que toda la fuerza represiva del Estado solo ataque a los que piden un mejor país, mientras que en los robos, secuestros, saqueos, asesinatos no aparece ni un solo policía. En todo el país ha quedado demostrado que los colectivos son bandas criminales. En conclusión, el Estado es el principal promotor de la delincuencia en el país y ampara todos los delitos. El rojo rojito que manda en el país es de muerte. Tan evidente es el salvajismo estatal que Luis Almagro tuvo que gritar “paren las acciones homicidas de los colectivos en Venezuela”.

 

Resulta insólito que el Defensor del Pueblo no se pronuncie sobre la forma en que el oficialismo frecuentemente convoca a marchas en las mismas fechas, lugares y horas que la oposición en un evidente llamado al enfrentamiento y a la violencia. El gobierno intenta por todos los medios de neutralizar las marchas de la oposición favoreciendo escenarios de conflictos y motivando las hostilidades. En la oposición estamos obligados a demostrar que nosotros somos pacíficos y sobretodo queremos paz, pero sin miedo a llegar al final.

Como dicen en la calle: hemos perdido tanto que hasta perdimos el miedo, pero es que ya hemos perdido el salario que no alcanza ni para comer una semana y hemos perdido la salud que no hay en ningún hospital público. La calle se debe mantener hasta poder recuperar al país que hemos abandonado y esto es solo sacando a todos los chavistas del poder.

 

El Defensor del Pueblo y la Fiscal General no pueden negar ser coautores del genocidio que está ocurriendo en el país, pero también serán cómplices aquellos politiqueros que enfríen la calle.

 

No hay marcha atrás: ¡o ellos se van o los sacamos! 

 

David Bonyuet   @DBonyuet