David Bonyuet: En Autodestrucción

El mundo entero está sorprendido de lo que ocurre en Venezuela: el único país del mundo que paraliza sus actividades por una sequía y después colapsa porque llueve. O sea, las cosas están mal porque no hay y después están mal porque si hay. El problema básico no se ha resuelto: lo que está verdaderamente mal son los que están en el poder. ¿Será que demasiada holgazanería no sirve de nada? Después de todo, los países que progresan son los que más trabajan… por algo será. 

 

Nadie entiende como un país con una economía y aparato productivo tan maltrecho es capaz de mandar ayudas a otros países cuyos indicadores económicos están muchísimo mejores. Tenemos tres años consecutivos como el país más miserable del mundo. Da vergüenza decirlo, pero ahora los venezolanos están huyendo a Haití, porque allá al menos pueden comprar lo que necesitan para vivir: ¡comidas y medicinas!

 

Todos los expertos económicos vaticinan que Venezuela alcanzará cuatro dígitos de inflación: la peor en toda su historia y el peor desempeño en toda Latinoamérica. Esto es autodestrucción premeditada con cinismo rojo maquiavélico. A los venezolanos nos han lanzado en la poceta chavista y han bajado la palanca. Estamos inmersos en la mie.da más hedionda del legado: el pueblo está desesperado, descorazonado y destrozado. Ya muchos adultos están medio comiendo para permitir que sus hijos coman algo.

 

Instigando odio y destilando envidia… Diosdado Cabello llama “malnacidos” a los opositores en su programa “Con el Mazo Dando” en el canal pagado por todos los venezolanos. Igualmente se atrevió a decir que “desde que llegó la revolución se acabaron las atrocidades aquí en Venezuela”; debe ser que un supermercado lleno y abastecido es una atrocidad a ese pobre diablo que gozo de las viviendas del INAVI.

 

Amén de los hospitales colapsados y la escasez de comidas y medicinas que están diezmando la población, el Padre José Palmar denunció que “después de ocho meses de cerrada la frontera el 70% de los comercios en la zona están en total quiebra y la población está en ruina social”, en lo que constituye el único caso de autodestrucción nacional por un gobierno que dice llamarse democrático.

 

Quien dude que esto va para peor, solo debe escuchar la amenaza de Maduro: “seremos los constructores de un nuevo sistema económico”, ¿y acaso ha sido capaz de construir algo que funcione? A pesar del evidente fracaso, Maduro sigue con la amenaza: “decidiré acciones para seguir construyendo Patria”. Ya las madres lloran en las colas con sus hijos en brazo: ¡no les alcanza para dar de comer y sus hijos se están muriendo!  Sin embargo, Maduro llamó “asquerosas” las expresiones de la oposición que rechazan la ayuda humanitaria a Ecuador.  Mientras los bebés en los hospitales mueren como pollitos por la falta de recursos enviados al extranjero.  Según los chavistas, eso no importa, porque hay Patria.

 

Lo verdaderamente preocupante, es que lo peor todavía no ha llegado. Ninguna dictadura ha caído sin reventar la sociedad pasiva que aguantó en silencio. Ricardo Hausmann lo denuncia muy claramente: “el peor año de la historia de Venezuela será este 2016” y todavía es que queda fondo para seguir cayendo.

 

Los que prefieran esperar lentamente a una solución “por la vía normal”, les recuerdo que no hay nada que impida que Maduro se quede eternamente por la vía “ilegal”, después de todo el CNE, el TSJ y las FAN viven arrodillados a sus pies. La inacción al igual que la reacción muy lenta solo profundiza el desastre.  En cada cola, en cualquier calle, se siente el rumor de la gente: ¡hay que sacar a Maduro! (y cada vez lo dicen con más arrechera).

 

El cronograma de cortes eléctricos no es para que la gente sepa cuando se le va ir la electricidad, sino para que el hampa sepa hacia dónde atacar. Después de todo el principal colaborador de la criminalidad en el país es el Estado mesmo. Cada vez que corten la electricidad en tu vecindario, salgan a trancar todas las vías: ¡si no hay beneficios al pueblo, que no haya paz al des-gobierno! Si no lo quieren hacer por el país, recuerden: con las calles trancadas los colectivos tampoco podrán asaltarte.

 

Si en tiempos de bonanza, con un barril de petróleo por encima de $100 no fueron capaces de ampliar el servicio eléctrico, hoy en día es tarea IMPOSIBLE: cualquier presupuesto que hubiese ya se lo rasparon…se están robando todo a manos llenas y descaradamente. La Revolución Energética, al igual que la Patria Segura y la Soberanía Alimentaria murieron ahogadas en la soberbia de la incompetencia roja rojita. Nuestro peor pecado será acostumbrarnos a toda esta desgracia.

 

¿Saben por qué Maduro no puede mandar al TSJ a invalidar el exceso de lluvias? … ¡eso mismo pueblo!: si entre todos SALIMOS Y NO NOS DETENEMOS, no hay ni dictadura ni tiranía que aguante. #LaSolucionVzlaEsCalle

 

David Bonyuet @DBonyuet