Conciliación de élites

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Por Luis Enrique Gil Graterol: la conciliación de élites proporcionaría al país la estabilidad necesaria para superar la crisis nacional.

Gobernar es un acto de equilibrio entre los disímiles intereses nacionales; tanto de las demandas ciudadanas en particular como de los intereses creados de la sociedad organizada: empresarios, gremios, grupos de presión, entre otros. El ejercicio del gobierno no puede circunscribirse de esta manera únicamente a la pugnacidad ideológica, lo que no quiere decir que no se respeten los diferentes puntos de vista dogmáticos, sino por el contrario, que ellos puedan convivir en la diversidad de pensamientos sobre una base común.

La responsabilidad de toda crisis republicana, como la que padece Venezuela, es de su élite política. En el país llevamos treinta años de desencuentros que han dejado un saldo terrible para la viabilidad institucional, por lo que se impone la necesidad de que la élite actual rescate la verdadera noción de Estado y para lo cual es necesario un acuerdo que concilie diversas visiones y dibuje una ruta para la construcción de una plataforma nacional y soberana, porque de lo contrario se corre el riesgo (ante la precariedad de nuestra economía dependiente del sector primario) que se desdibuje una república autónoma, nacional e independiente.

La actual élite gobernante se sustenta en buena medida en el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, una realidad que debe asumirse con la debida comprensión del momento y las circunstancias. De allí que entender la impronta programática de dicho cuerpo es de vital importancia para viabilizar una solución de la crisis. Por ello, sin el concurso del sector militar, estaría negado el camino para lograr un viraje en función del interés superior de los venezolanos. La FANB en consecuencia debe entenderse y considerarse como uno de los factores fundamentales e indispensables para el retorno del orden democrático y además como el principal factor de acuerdo a su naturaleza para preservar el control territorial y soberano de la República. En este sentido proponemos dos puntos que serían claves para la construcción de una estrategia de conciliación de las élites, cuyo entendimiento beneficiaría directamente a la mayoría nacional:

INDUSTRIA PETROLERA

  • Venezuela ha llegado a los niveles más bajos de producción petrolera y sus mercados naturales lucen cerrados, además las limitaciones de Pdvsa producto de las sanciones comerciales de que es objeto amenazan seriamente su pleno funcionamiento.
  • El último informe de la firma “Barclays”, con sede en Londres y que opera a nivel mundial, alerta sobre la situación petrolera del país lo siguiente: «Debido a la pérdida de ingresos del petróleo, hemos estado esperando un descenso del 50 % en las importaciones a partir de este mes, luego de haber caído alrededor del 75 % desde el inicio de la crisis, llevándolos a niveles críticos»
  • En este sentido, es obvio que debe establecerse un pacto gerencial a largo plazo (15 o 20 años) acerca de las políticas de recuperación de Pdvsa, que facilite la conformación de una directiva en la estatal petrolera con los mejores talentos nacionales y de naturaleza plural, lo cual permitiría impulsar medidas para su eficiente y mejor funcionamiento, con exclusión del apasionado debate político partidista.
SISTEMA ELÉCTRICO NACIONAL

  • El Producto Interno Bruto (PIB) de un país es soportado en su poder energético por cuanto una industria nacional sin electricidad se desacelera y la vida de la nación reduce su productividad en conjunto.
  • De allí que la crisis energética debe ser abordada con criterio estratégico por lo que las instancias del Poder Ejecutivo: ministerios y empresas correspondientes que se encarguen de la generación y distribución de energía eléctrica, deben ser designadas de manera plural, bajos estrictos criterios técnicos y en el marco de un plan de mediano y largo plazo, sin que el conflicto de carácter político tampoco afecte sus planes y su manejo.
  • Para lograr estos objetivos es imperativa la recuperación de las plantas termoeléctricas y el aprovechamiento del reservorio de petróleo y de gas es estratégico para asegurar la permanencia en el tiempo de la cantidad y seguridad de la generación eléctrica.
  • También se impone explorar nuevas tecnologías como la generación inalámbrica de energía eléctrica, asumiendo la experiencia de estos avances en el ámbito universal de tal manera que la reserva gasífera pueda ayudar no solamente para proveer energía en el plano nacional sino también para su provechosa exportación.

El acuerdo de conciliación de élites de esta manera proporcionaría al país la estabilidad necesaria para superar la crisis nacional y haría viable la existencia y la vida de la República democrática, reduciendo el riesgo y el costo de salidas inconvenientes y traumáticas para el conflicto político nacional seriamente agravado hora por la creciente presencia de actores foráneos. Como incentivos para la salida y la superación del actual cuadro que asfixia al país, es necesario retornar a un clima de paz que facilite las actividades productivas en aras del bien común; la reactivación y estabilización de las variables energéticas con criterio de largo plazo y facilitar a las fuerzas gobernantes (chavismo-madurismo) seguir existiendo como una clara opción política con criterio de largo plazo y en función del desarrollo productivo y a los factores de la oposición la posibilidad de incidir directamente en los temas nacionales y avanzar en su ruta hacia el poder; y de igual manera a la FANB el camino para convertirse realmente en un factor reunificador y estabilizador de la vida nacional.

De esta manera el planteamiento del Estado Nacional, se traducirá en la existencia de condiciones que impulsen el progreso material y tecnológico de los ciudadanos, resguardando al mismo tiempo las riquezas estratégicas de la nación con una clara visión de futuro en términos de progreso.

Director de la encuestadora Episteme