Carlos Raúl Hernández: Legalmente rubia

La Fiscal Ortega matiza la situación política. Con serenidad, sin estruendo ni destemplanzas, devuelve a la Fiscalía funciones que le corresponden en un país civilizado. Su sex-appeal político basa en que lleva las palabras hasta el borde, con sutil toque de pudor, y no se extralimita como es la regla por aquí. Asume sus funciones como sus colegas en Perú, Salvador o Argentina, por no decir Brasil donde los poderes, luego de decapitar a la Presidenta, están a punto de detonar el más grande escándalo de corrupción en la historia latinoamericana. El proceso Odebrecht, la primera gran multinacional socialista del continente será medalla de oro de corrupción continental y se coloca en competitividad con las grandes pestilencias del mundo. Casi todos los países de la región serán afectados cuando estalle el escándalo.

El caso lo construye pacientemente  el Ministerio Público de Brasil en una pesquisa que ya lleva dos años.  A la Fiscal de Venezuela la tienen sitiada, los organismos regulares le niegan información sobre brutalidades contra la ciudadanía  durante la movilización por elecciones generales 2017, pero ella la recibe por los caminos verdes. Así pudo desbaratar los falsos números de heridos y detenidos en las movilizaciones, y la endeble coartada en el caso del estudiante asesinado por impacto de una lacrimógena en el pecho. Algunos de su bando comienzan a infamarla, pero dentro y fuera del país su imagen crece y se convierte en efigie de equilibrio y sensatez, virtudes tan escasas en el sistema político como los diamantes. La opinión que emitió sobre el proceso constituyente fue meramente política, pero sabemos que desde el punto de vista jurídico la propuesta es un ornitorrinco.
Sin mañana
“Ud. que se hace el copete y yo que se lo rebajo” dice Florentino. Le baja el copete al gobierno al increparlo con lo que piensa la mayoría de los bolivarianos, a los que pretenden tocarles su Constitución, su vellocino de oro. Ella tiene a favor ser una figura histórica del chavismo, pertenecer al inner circle de Chávez, gozar de amplio respeto en la FF.AA, y quién sabe si se exagera al pensar que uno de los fines principales de la tal constituyente es desaparecerla de la cartografía. El balance de los estrategas del gobierno los conduce a una peligrosa jactancia por sus victorias fácticas frente a  los gestos de sacarlos desde 2014 con movilizaciones de calle, derivadas en guarimbas. Les ardía la ponzoña por el ascenso sostenido de las fuerzas opositoras, que alcanzó una mayoría demoledora el 5D. Hablan de “sacarse el clavo” con la constituyente. Según Mario Puzzo “odiar al enemigo quita frialdad para derrotarlo”.

La rabia les nubla el pensamiento estratégico  y les hace ver las cosas con visión de pollito, grano a grano, hormiga por hormiga. Ciertamente se han lucido hasta ahora al abatir tan grande amenaza estratégica que pondría en jaque hasta la Quinta Flota de  EEUU civiles en las calles y muchachos en escaramuza con la GN, y por eso asombra que haya tantas bajas como en combates de guerras regulares. Pero deberían saber que pese a tales victorias sobre no-amenazas, navegan el Andrea Doria y ganan altercados menudos mientras la estructura de la nave colapsó. Crece la ingobernabilidad porque no saben, ni les interesa qué hacer con el hambre generalizada, y aunque logren gloriosas victorias militares contra estudiantes y amas de casa armados del 350, el río de rabia truena, salvo en un pequeñísimo sector de privilegiados. No hay mañana.
Pedro Navaja, matón de esquina…
Los complicados meandros de esa caricatura llamada constituyente, peligrosa porque se hace real como los pulp fiction japoneses de Tarantino, llevarán la oposición a abstenerse. Y no por falta de ductilidades que apunten a los movimientos reales de la política y desdeñen las ideas fijas, sino porque está concebida para que solo participen los camaradas. Pero alguien debería estar atento porque pueden presentarse catalizadores, fenómenos que induzcan interesantes sorpresas, en virtud de la falla geológica que resquebraja los fundamentos del gobierno. Es posible que el desengaño chavista se haga sentir y le dé algunas sorpresas desagradables al gobierno. Los esfuerzos por hacer cada vez más excluyentes las condiciones de la “constituyente” la harán posiblemente el episodio más grotesco de la política venezolana y sus costos serán incalculables. En el lenguaje político había una pintoresca categoría: los submarinos.

En procesos de votación, militantes de una tendencia se hacían elegir delegados en las listas de la opuesta. En el triunfo de Chávez en 1998 el submarinismo se hizo épico. Los partidos del status, AD, PV, Copei, con las operaciones electorales acarreaban sus electores a las mesas, solo para que terminaran votando por “el comandante”. En este caso el REP es desconocido, lo decide el gobierno, pero pueden llevarse sorpresas. Una de las leyes de la termodinámica dice que no hay espacios vacíos en el universo y que el lugar de un cuerpo ausente lo ocupa otro. Hay que estar atentos ante la posibilidad de que nazca una nueva tendencia crítica en el chavismo, porque otros de sus grupos disidentes lucen integristas, mormones, hablan un lenguaje que los divorcia de su base natural y eso pudiera condenarlos a la grupusculización. La constituyente privada parece una lápida.

@CarlosRaulHer