Por los logros del Socialismo del Siglo XXI, bien podrían sus cultores cambiarle el nombre. *Neoliberalismo Salvaje* les va mejor.
Han logrado, lo que los discípulos de Adam Smith y David Ricardo, han añorado sin éxito.
Desregular las relaciones laborales, destruir los sindicatos, pulverizar el salario, privatizar los espacios públicos…
Sobre eso volveremos, pero hoy queremos comentar un logro de este gobierno con 22 años en el poder: *La Privatización de la Política*
Al introducir en la Constitución de 1999, la prohibición del financiamiento público de los partidos políticos, se construyó un discurso justificador bastante cercano a la pacatería purista, propia de la antipolítica.
Dejó de financiarse legalmente a los partidos que obtuvieran alta votación, dejando abierta la puerta trasera de la corrupción como forma de financiar a los partidos que alcanzarán espacios de gobierno. Por supuesto, quienes controlan el Gobierno Nacional se reservan la mayor tajada.
Pero además, cuando prohíben el financiamiento público de los partidos políticos, privatizan de hecho la política y la arrojan en manos del mejor postor, como en la lógica liberal, que tanto objetan.
Las Organizaciones Con Fines Políticos, quedan sin posibilidad de financiar campañas, de tal manera que se va erosionando, la sana costumbre de buscar en su seno los mejores y más capaces candidatos, los que tienen más posibilidad de ganar o la mejor oferta electoral o las mayores cualidades para gobernar… Y, la escogencia se reduce a buscar «un candidato que pueda financiar la campaña electoral»
Se abre la puerta a empresarios bien intencionados, pero también a cazadores de renta que quieren poner la mano al erario público, a narcotraficantes, a oportunistas, a incapaces.
Los partidos dejan de ser un espacio que filtra candidaturas «inconvenientes» para transformarse en Casas de Subasta de Candidaturas.
Adiós a los mejores, bienvenidos los que tienen plata para comprar Candidaturas y operadores políticos. Parece que a la sociedad solo le queda apostar a la posibilidad de un candidato con plata y condiciones para gobernar.
La suerte nos ampare.
La otra posibilidad es meter en la agenda, el debate para el retorno al financiamiento público de las Organizaciones con fines Políticos.