Todas las semanas suben el precio de la carne

Carnicería

Las lluvias, el gasoil, las fallas eléctricas y los “tributos” en las alcabalas, se suman al precio del producto que paga el consumidor

por Humberto Contreras/La Nación

Cada semana está aumentando el pecio de la carne en los mercados y carnicerías de la ciudad. De la carne de res, porque la de cerdo se mantiene más o menos estable, y la de pollo a veces baja, debido a la fuerte competencia que le hace la entrada de pollo colombiano.

Desde diciembre los precios de la carne no han hecho más que subir y subir. Cada semana, o mejor, cada vez que compramos, está más cara, 500 pesos, mil pesos por kilo. La carne de primera, ahora se está vendiendo al público en 20 bolívares el kilo; la de segunda en 19 y la molida en 18. Pero casi seguro, que, en una semana, los precios cambian.

Conversamos con cuatro expendedores de carne al detal, en sus respectivos establecimientos. La coincidencia en los argumentos que nos expusieron, fue similar a la de su negativa a identificarse o a la gráfica. La explicación fue similar: ¡No queremos problemas!

Como el secreto de la fuente es un derecho, tanto de quien declara, como del periodista, juntamos toda la información, pues como dijimos, nos fue dada con similitud de detalles.

Todas las semanas sube la carne, es la expresión común. Siempre llega a precio distinto. Por ejemplo, la semana pasada vendimos el kilo a 18 bolívares y ahora está en 20. La tenemos a 20 la de primera, 19 la de segunda, y 18 la molida. Otro dijo, en orden inverso, que sus precios ahora son 18, 20 y 22. Y seguramente, señalaron, la semana que viene sube un poco más.

Las causas del aumento

Por supuesto cada dueño de carnicería debe buscar la forma de proveer el producto a su negocio. Unos compran directamente al matadero. Allí “estamos comprando la carne de toro, en 13 mil pesos por kilo la res completa, al cambio, unos 16 bolívares. El novillo se compra en 13 mil 500. La vaca es más barata, aunque no mucho.

Otros la compran a mayoristas de carne, que intermedian el servicio del matadero, y la transportan al local de la carnicería. Y unos terceros, compran las reses directo al productor ganadero, y se encargan de llevarlas al matadero. En todos los casos, el precio va subiendo cada día.

Pero las causas del aumento de precio en el producto, son variadas, dicen nuestros entrevistados. Una excusa es que ha habido escasez de producto, porque supuestamente las lluvias han afectado mucho el campo, la producción ganadera.

Entonces, los pocos finqueros que tienen un “ganadito” y lo han cuidado, que lo ha movido para darle seguridad y le ha alimentado bien, pues está pidiendo plata por lo que han cuidado. Y el que tiene vacas por allá, que ya no se las come ni la sabana, como dicen, pues nadie se las compra porque no es rentable.

— “Y si les queda algún torito bueno, lo venden caro”, dijo un entrevistado. Ahora, dicen que, si mejora la situación de las lluvias, probablemente baje el precio, pero yo no creo, porque aquí nunca baja nada, afirma.

Otras causas: Gasoil y alcabalas

No conseguir oportunamente el gasoil, que es el combustible que usan los camiones transportadores de ganado, afecta el precio. Los camiones fleteros y los de productores que mueven su propio ganado, tienen que pagar el gasoil a precios exagerados, a los revendedores del combustible.

En las bombas, siempre dan prioridad a los camiones del aseo o de otras instancias oficiales, al igual que otros que, parece, pagan extra. “Yo estuve la semana pasada desde las siete de la mañana en cola para cargar gasoil e irme a traer unas reses para mi carnicería, y a mediodía cerraron el suministro. El litro de gasoil entre los revendedores, está exageradamente caro, pero hay que comprarlo, para poder movilizar el ganado.

Otra causa que parece común a todo tipo de transporte de alimentos o mercancía, nos las relató un entrevistado: A partir del costo elevado de movilizar los animales, se elevan también los precios, por el pago de las coimas que cobran en cada alcabala que se consigue en las vías por donde se desplaza el transporte de ganado.

Afirma que hay alcabalas del ejército, de la guardia, de la policía nacional, de la policía estadal y ahora también del Faes. “Cada día se suman más, y al final, es el consumidor el que paga los platos rotos de todo esto”.

Además, hay que sumar los costos adicionales en las carnicerías, que además del sueldo de los empleados, y el pago de los servicios, los costos de insumos, como las bolsas, el mantenimiento de los equipos, el cuarto frío, etc., y otros, y lo más costoso, el gasoil para las plantas eléctricas, que deben usarse casi a diario para evitar que la carne se dañe en las vitrinas, debido a las constantes y largas fallas de electricidad, aunque no siempre se puede evitar.

Disminuyen las ventas

La suba de la carne claro que nos afecta, señala cada uno por separado. Estamos vendiendo menos, porque la gente se queja y compra menos. “Si antes vendíamos unas cinco reses semanalmente, ahora solo llegamos a dos. Al menos en mi negocio, dijo una dama. Y creo que a los demás les pasa igual, porque cuando la gente escucha el precio, cambia la decisión de la cantidad a comprar.

Como dato adicional, coinciden en que el cochino también ha subido de precio, pero el pollo no. Desde diciembre mantiene el precio. Más bien ha bajado un poco, porque ha entrado mucho pollo de Colombia, por lo que a las grandes empresas que lo distribuyen, más bien les ha tocado que, por lo menos, mantener el precio, porque no pueden competir con el precio tan barato del pollo traído de Colombia.

En resumen

Es una infinidad de obstáculos y medidas arbitrarias que se atraviesan en el camino entre la finca y el consumidor de carne, lo que, en cada paso, va encareciendo el producto. Es decir, el precio que paga el consumidor, es la suma de todos esos pagos que se hacen para poder tener en la vitrina de la carnicería, el producto bueno y disponible para el consumidor final.

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