“La universidad se convirtió para los jóvenes en un sueño inalcanzable”, así lo lamenta el profesor Ronald Vargas Balda, quien obtuvo el Premio Arnoldo Gabaldón de Química que otorga la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales por sus méritos académicos y aportes al conocimiento científico.
Él conoce bien la Universidad Simón Bolívar, pues en sus aulas se formó como ingeniero químico, y luego como doctor en Química. Desde hace seis años es docente, tutor e investigador en esa casa de estudios y ha podido percibir una diferencia entre los estudiantes de hoy en comparación con los del pasado, reseña El Nacional.
“Me preocupa que para los más jóvenes terminar una carrera sea un sueño inalcanzable. Eso indica un cambio generacional gigantesco con respecto a lo que era el venezolano, su formación, su cultura. Hay alumnos de segundo o tercer año que abandonan las clases para trabajar o emigrar, porque ven demasiado lejos el grado y muy bajo el beneficio económico que percibirán unas vez que hayan egresado”.
Dice que en contraste quienes están terminando sus estudios de pre o postgrado, la idea es concluir su formación. “Ellos muestran incertidumbre, pero también saben que a un profesional de calidad se le abrirán las puertas dentro o fuera del país”.
Vargas Balda destaca: “Estamos perdiendo décadas de transmisión de conocimiento, de cómo hacer ciencia en Venezuela. Habrá que incentivar el regreso de quienes se fueron, pero eso se logrará con una visión coherente de país, porque mientras sigamos así, solo nos queda la curiosidad científica y la responsabilidad social de documentar, publicar y dejar proyectos armados de una tecnología para el desarrollo que ya ha sido probada en los laboratorios de la USB. Cuando alguien quiera usar ese conocimiento, estará disponible”.