En una entrevista de Sebastiana Barráez con Carlos Ortega, este no guardó nada, y lo soltó todo.
Me tomó de sorpresa que no conserve la costumbre venezolana de llegar tarde. Al percatarme que faltaban 15 minutos para las 10, di por terminado el desayuno y me dispuse a buscar en mi habitación del hotel el grabador, la libreta y el bolígrafo. Al dirigir una rápida mirada al lobby, mientras espero el ascensor, la figura algo calvicie, de cabello blanco y lentes con montura negra, llama mi atención. Me acerco y pregunto con duda: ¿Carlos Ortega? Se levanta de inmediato y mirándome con curiosidad, sonríe y responde: soy yo.
Diez minutos después estábamos instalados en un área apartada del lobby de ese hotel de la capital peruana. Lima estaba muy fría y mi entrevistado se cubría con una bufanda, tratando de atajar el aire helado que se colaba por una rendija.
Ahí estaba frente a mí el otrora poderoso sindicalista y presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV). Ya no tiene aquel ímpetu que lo caracterizó durante el paro petrolero, pero Carlos Alfonso Ortega Carvajal sigue apostándole a los retos. “Yo me voy para mí país. Estos huesos que cargo en mi cuerpo no se van a quedar ni en Estados Unidos ni en Perú; estos huesos van para Venezuela”.
Llegó a ser uno de los líderes sindicales más importantes del país. Aunque está enraizado en Falcón, nació en San Cristóbal, estado Táchira y tiene esa vena combativa que llevaron a tantos andinos al poder. En su historia están registradas muchas luchas al frente de la Federación de Petróleos (Fedepetrol).
Cuando Agustín Blanco Muñoz, en el libro “Habla el que se fue”, le preguntó a Carlos Ortega si existía algo peor que el chavismo, él le respondió: “si, existe algo peor, esa dirigencia de oposición”.
Es de los que considera que no se hizo una alianza entre la Oposición y el sector militar “por el odio visceral que existe entre el sector civil y la Fuerza Armada”.
Maduro debe dejar estar buscando fantasmas en la oposición venezolana –le recomienda-, que busque su alrededor que ahí tiene a quienes realmente lo enfrentan. “Rafael Ramírez es uno de los principales hampones y ladrones que tiene Venezuela, que acabó y destruyó a Pdvsa”.
Está seguro que no morirá en el exilio y que muy pronto regresará a Venezuela.
¿Aún estando Maduro en el poder?
(Silencio corto) Aún estando Maduro en el poder o de que uno de sus camaradas lo tumbe. A Maduro se le da una sopladita y se cae. A él lo sostiene en el poder el general Padrino (G/J (Ej) Vladimir Padrino López).
¿Por qué cree eso?
El día que Padrino deje el Ministerio de la Defensa, estoy seguro que Maduro se queda huérfano. Y sospecho que a Padrino le queda poco tiempo ahí; él, por vergüenza, por sus hijos y por su familia, debería irse del Ministerio. Si yo fuese un oficial me daría pena tener a un Ministro de la Defensa que permitió la destrucción de la Fuerza Armada. ¿Para qué tenemos una Fuerza Armada que se hace llamar defensora de la patria? Esos militares son unos parásitos, corruptos, narcotraficantes, aliados al terrorismo.
Hay un grupo de militares que es todo eso que usted dice, pero hay otro que no. Además, hay cerca de 200 militares señalados por conspiración, por traición a la patria, es decir por estar contra el gobierno.
Ah claro, claro. No podemos generalizar, en eso usted tiene razón.
Señor Ortega, para un muchacho es fácil tomar un morral y comerse el mundo, pero con la edad no es sencillo hacer eso. ¿Cómo ha sido vivir fuera del país?
No es fácil estar en condición de asilado o refugiado. Todos los días pienso y quiero estar en mi país. Tengo dos asilos; primero el de 16 meses en Costa Rica, producto de mi amistad con el partido Liberación, sobre todo con Luis Alberto Monge. Luego vino mi detención en Venezuela y la fuga de Ramo Verde, hasta llegar al asilo aquí en Perú, por mi amistad con el presidente Alan García. En mi caso particular no tuve apoyo político partidista, como otros dirigentes en el exilio.
¿Cómo se sostiene económicamente?
Al principio, con las asesorías a algunas empresas sobre todo en el sector petrolero, tanto en Costa Rica como en el Perú, pero con la caída de los precios del petróleo se vino a menos la actividad petrolera He recibido mucho apoyo de amigos y familiares. Nunca he dejado de trabajar por la libertad de mi país.
¿No se siente responsable, junto a otros, de aquel paro petrolero que no sólo impacto al país sino que quemó una estrategia importante de lucha?
Yo sí asumo la responsabilidad que tengo y como presidente de la CTV fijé una posición muy clara en el seno ejecutivo y ante los organismos empresariales, académicos, estudiantes y medios de comunicación. Lo del paro no fue una decisión solo de Carlos Ortega, la gente lo solicitaba a gritos en aquellas grandes marchas de calle. A mí me insultaban y hasta me escupían porque no convocaba al paro. Y se convocó cuando todos los factores de la sociedad venezolana se pusieron de acuerdo. Ahora bien, hubo factores que participaron el 11 de Abril y en el paro petrolero, con doble cara, porque estábamos súper infiltrados
¿Quiénes?
Factores políticos. Mira Sebastiana, realmente en Venezuela tuvimos oposición hasta el 11 de Abril, después Chávez, con su chequera, hizo lo que le dio la gana con propios y extraños. Compró a unos cuantos de esa dirigencia política que el país sabe quiénes son.
Yo, por lo menos, no lo sé y como parte del país quiero saberlo.
Serás la única periodista que no lo sabe.
Pues no lo sé y quiero saberlo. ¿Quiénes son?
Tienes, por ejemplo, el caso de Henry Ramos; lo discutí mucho con él, le dije que esa no es la Acción Democrática (AD) que el país ha conocido estando en oposición ante un régimen dictatorial como la del señor Chávez. No hubo manera de que cambiara su línea de conducta y no lo digo con intención de destruirlo, sino porque es la realidad. En la única oportunidad en la que hablé con Chávez fue saliendo de un programa de televisión; fueron más de dos horas frente al canal. La mayor parte de esa conversación giró en su interés por conocer a PDVSA y me manifestó que él no le temía a nadie en la oposición venezolana, sólo a los adecos, ‘porque son terribles en la oposición’.
Volvamos a la pregunta. ¿Ramos Allup y quién más?
Te voy a citar sólo dos casos, ése y el de Julio Borges. ¿Acaso se ha identificado absoluta, total y plenamente con los problemas que sufren los venezolanos? No. Es indignante que el gobierno señale a Julio Borges de estar comprometido en el supuesto magnicidio, en una alianza con los militares. ¿Acaso los militares van a aliarse con Borges, cuando tienen una cantidad de compañeros de armas detenidos, porque supuestamente Borges los delató? Y el gobierno nos quiere hacer creer que Borges está implicado en el supuesto magnicidio.
¿En esos casos de Ramos Allup y Julio Borges hay pruebas de que hayan sido comprados por el gobierno y no una acción que pudiera considerarse negligencia, estupidez o que falta de osadía para enfrentarse al enorme monstruo que es el poder?
No puede haber osadía o valentía porque se le entregaron a esos delincuentes y eso es como cuando se negocia con la Mafia y luego se pretende salir. ¿Negligencia en dirigentes curtidos como estos? El único interés de esta dirigencia es la vía electoral, para que los delincuentes del CNE, cometan fraude tras fraude. Desde que a Capriles no le reconocieron el triunfo y él no lo reclamó ‘para evitar derramamiento de sangre’ como dijo, no ha habido paz en el país. Chávez dijo que conduciría a Venezuela al mar de la felicidad como en Cuba y a eso condujo al país. Hemos sido, de una manera u otra, cómplices de estos delincuentes y eso no podemos negarlo.
¿Señor Ortega, dígame quiénes, de la dirigencia opositora, está seguro que no han negociado con el Gobierno?
En el caso de María Corina no ha sido chantajeada y tampoco Andrés Velásquez. Gracias a Dios, los que estamos actuando con mayor transparencia y honestidad, somos más
Entonces la conclusión es que el país ha sido víctima de un gobierno que usa cualquier recurso para quedarse en el poder y de una oposición que no ha sabido estar a la altura y parte de ella se vendió al gobierno. Ante la tragedia que vive el país han sido muchos años de silencio. ¿Por qué sólo menciona a dos y protege a los otros?
No los estoy protegiendo.
¿Cuál es la situación de dirigentes como Antonio Ledezma, Leopoldo López, Enrique Capriles Radonski, Luis Florido, Carlos Ocariz, entre otros?
Bueno, te lo tomo como válido, incorpóralos a la lista. ¿Luis Florido puede ser un hombre de Oposición? Ellos no están identificados en lograr la estabilidad del país.
¿Ninguno de los mencionados?
Antonio Ledezma sí es un comprometido con el país. En reuniones con Ramos Allup en Miami, le pedí convocar a la gente, organizar un frente de oposición y llamar a la gente a la calle. Su respuesta fue: ‘por mucho esfuerzo que hagamos para convocar a la gente a la calle, la gente no nos para, eso no es como cuando tú estabas allá que pegabas cuatro gritos y la gente se te pegaba atrás. Ahora la gente no va, no asiste’. Le dije que no importaba, porque no pueden pretender que en las primeras de cambio asistan miles de personas, lo importante es arrancar.
¿Cómo es su relación con esos sectores opositores que integraban la MUD?
Algunos llaman para consultar algo. Pero con la directiva de AD no tengo comunicación.
¿Tiene comunicación con Ramos Allup?
No, no, al contrario, hemos tenido encontronazos muy duros. Yo no he cambiado de posición, incluso soy más radical que ayer.
¿Cuándo conoció a Nicolás Maduro y cómo fue su relación con él?
No diría que con Nicolás Maduro, porque yo tenía buena relación con todo el movimiento sindical, porque yo actué en el seno de la dirigencia sindical con mucha autonomía en defensa de los trabajadores y sus familias, por lo que nunca permití injerencia política frente al movimiento sindical y a los trabajadores.
Eran los tiempos de la poderosa fracción sindical de AD.
Si y le di entrada y cabida a mucha gente.
No me respondió la pregunta sobre cuándo y cómo conoció a Nicolás Maduro.
Lo conocí cuando trabajaba en el Metro y tuvimos buena relación.
¿Fue Maduro un buen dirigente sindical en el Metro?
Yo creo que él no fue ni buen dirigente ni buen chofer de los buses del metro. (Risas)
¿Y desde que Maduro llega a la Presidencia ha tenido contacto con él?
No, con el único que tuve contacto fue con Aristóbulo, quién me llamó dos veces, después de haber perdido las elecciones en la CTV. José Khan era el de ellos el que iba a la CTV, cuando se pretendió una alianza entre AD y el Movimiento Quinta República, que yo rechacé enfáticamente.
¿Ha tenido contacto con Diosdado?
No, gracias a Dios, he tenido mucha suerte de no tener contacto con él.
Cuando se sentaba a emitir aquellos reportes junto con Fedecámaras y la Gente del Petróleo, ¿qué hacía usted como representante de los trabajadores en la misma mesa del sector empresarial al que adversaban? ¿Se sentaban y olvidaban las diferencias entre ustedes?
Cuando se produce esa alianza circunstancial entre el movimiento obrero y el empresarial, dejé claro que yo seguiría actuando en favor de los trabajadores y sus familiares. Nos aliamos, porque después que Chávez gana, hubo estampida de dirigentes, así que uno de los objetivos fue llenar el espacio que la dirigencia política había abandonado. Sabíamos para dónde nos llevaba el difunto Hugo Chávez, lo que no sabíamos era que parte de esa dirigencia política opositora iban a acompañar el desastre del país.
¿Por qué el 11 de Abril aquella marcha se dirigió hacia Miraflores y la dirigencia civil permitió que los militares intentaran tomar el poder?
Chávez estaba caído y los militares lo sabían. Yo desconocía que íbamos para Miraflores y nos sorprendió el gran volumen de gente que se incorporó a la marcha y que pidió ir a Miraflores. Dije allí: ‘de ser necesario vamos a Miraflores’. Reconozco que ahí faltó un operador político, porque 28 diputados del oficialismo estaban listos para firmar y nombrar a Alejandro Armas, presidente de la Asamblea Nacional. Esa oportunidad se perdió desde el punto de vista político y los militares creían que tenían a Dios agarrado por la chiva. Hubo graves errores militares. Los muertos del 11-A son del difunto, porque la Oposición no tenía armas, pero sí había gente de las FARC y colectivos disfrazados de guardias nacionales
¿En qué momento ustedes se repliegan y los militares logran imponerse?
Yo no llegue al final de la marcha, porque recibí varias llamadas de un amigo general advirtiéndome: ‘salte de la marcha porque llevas a varias personas a tu alrededor que llevan instrucciones de matarte’. Me retiré con los miembros del comité ejecutivo hacia la CTV. Estando ahí me llamó la profesora Marta Colomina porque ‘en el centro de Caracas están matando a la gente’. Chávez estaba encadenado en TV. Le pido a la profesora Colomina que hable con la gente de los medios para que partan la imagen. Ella cree que no le harán caso y yo llamé a Alberto Federico Ravel y él me dice que debe hablarse con las demás plantas. Le dije: ‘Ya hablé con ellos, pero la microondas la tiene Globovision’. Y Ravel me dice: ‘dame 5 minutos y la parto’. Así se partió la imagen ese día.
¿Cómo fue, en ese proceso de la caída de Chávez, la actuación de Cisneros?
Yo no me reunía con Cisneros, aunque sí con la directiva de Venevisión, principalmente con Víctor Ferreira. La única vez que me reuní con Gustavo y Ricardo Cisneros fue el 11-A, en Venevisión, cuando estábamos todos allí, incluyendo a Pedro Carmona. Los militares me llamaban desde el Fuerte Tiuna pero no quise ir, pues les dije que si querían reunirse con nosotros vinieran a Venevisión donde estaba la representación de la sociedad civil: partidos políticos, Iglesia, Fedecámarás, CTV, ONGs. Los hermanos Cisneros me proponían que me fuera para el Fuerte Tiuna y me colocaban como lo más grande, ese día pasé por la luna, Plutón y Neptuno. Pero yo no caí en eso y les dije que fueran ellos. Después, cuando yo estaba preso, Gustavo Cisneros quiso descalificarme e incluso amenazarme y yo le respondí con mucha firmeza a través de un escrito que hice público.
¿Según su experiencia política y sindical, por qué la revolución se mantiene en el poder?
Por el apoyo de los militares, especialmente del Alto Mando Militar, constituido por narcos y corruptos en su mayoría y por el apoyo de sectores y delincuentes políticos que dicen ser de oposición. ¿Dónde está la postura contundente y radical para defender a ese pueblo que se está muriendo de hambre? Lo otro, que influyó, fue el montón de dólares provenientes de la renta petrolera con el cual se compró a propios y extraños, pero los dólares se acabaron y las individualidades de oposición que se plegaron a este régimen no tienen manera de salirse, porque la caída de este régimen los va a arrastrar a ellos también.
Entonces usted va a seguir en el exilio.
No, no, de verdad que no, a medida que transcurre el tiempo me siento más cerca de estar en mi país Aunque la gran pregunta es ¿qué vamos a hacer después? ¿Vamos tras el récord de los Castro? ya llevamos 20 años en esta situación.
Tampoco en Venezuela hay un Fidel Castro.
Y el que pretendió serlo se murió, no sé si para mal o para bien. Yo no le deseo mal a nadie, pero me entró un fresquito, como a los demócratas del país y el mundo. El daño que le hizo ese señor al país es muy grande.
¿Cuál es la solución entonces?
A mucha gente no le gusta, pero no hay salida electoral con esos cinco rectores que obedecen al poder ejecutivo. Tampoco existe la posibilidad de una alianza cívico militar, aunque se han hecho los intentos. Para salir de esta tragedia que vive Venezuela cualquier vía es válida. Y yo me identifico, absoluta y plenamente, con la intervención internacional. Los que están en contra, sobre todo muchos de oposición, dicen que eso traerá muertes; es a esos los que ves ahorita montados en las elecciones municipales. Los presidentes de la región que condenan una intervención militar, sólo lo dicen de la boca para afuera. Hay que ver el problema que nosotros le hemos creado a Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y a muchos países de la región. Yo estoy seguro que ellos están de acuerdo con una intervención, porque no estoy hablando de invasión. Invadidos ya estamos. Maduro no gobierna Venezuela, lo hacen los cubanos.
No se respondió la pregunta que hizo sobre aquellos que hablan de los muertos como consecuencia de una intervención extranjera.
Por supuesto que van a haber y van a desaparecer unos cuantos. ¿Pero dejamos eso aquí o podemos hacer el sacrificio? He propuesto que si es necesario regresar al país y trabajar clandestinamente, lo vamos a hacer. Desde que Capriles ganó las elecciones y se las dejo quitar, hasta la presente fecha, pasan de 350 mil los muertos en el país. ¿Seguimos aceptando que ellos sigan en el poder en detrimento del pueblo?
¿Qué le responde a los dirigentes del gobierno qué consideran que quienes llaman a la intervención militar es porque no les importa, porque están fuera del país, porque no tienen sus hijos en Venezuela y que las bombas no son mata chavistas sino que matan a cualquiera?
Voy a responder la pregunta, pero déjame decirte que fui de los primeros que salió para el exilio y me atacaron mucho, pero yo hice por mi país lo que debía hacer. Cuando salí fue porque esos malandros del Gobierno, junto con algunos de la Oposición, habían planificado matarme. Ahora bien, quienes tratan de descalificarnos, digan qué han hecho por el país, porque lo único que han hecho es llenarse los bolsillos cuando la torta se les sirvió. Si esta operación se da, como espero que se dé, veré a cada uno de nosotros en mi país, una vez que estos hampones salgan del poder, trabajando para reconstruir a Venezuela, para que Pdvsa vuelva a ser lo que medianamente fue, igual que haremos con las empresas de la zona del hierro, para que las universidades vuelvan a ser lo que fueron.
Pero no me ha respondido la pregunta.
No es que los vamos a fusilar, pero a los primeros que hay que ponerle los ganchos, es a los traidores. ¿Cuántos niños mueren ahorita por desnutrición, cuántos venezolanos por falta de atención y este espiral inflacionario? Claro que una intervención trae víctimas, pero yo prefiero que haya 10 víctimas a que tengamos cinco mil que mueran de hambre. A quienes están en el poder, no les importa los niños, los ancianos, ni los enfermos. Los venezolanos y la comunidad internacional no deben permitirle un minuto más a esa gente seguir en el poder.
¿Usted cree que Estados Unidos tenga disposición de intervenir a Venezuela?
No lo sé, pero sí puedo decir que si ellos no toman una decisión, más temprano que tarde, le va a traer consecuencias nefastas para los Estados Unidos.
No creo que EEUU intervendría en Venezuela por altruismo, porque como imperio actúa si sus intereses están comprometidos y hasta ahora Estados Unidos no tiene razón para intervenir en Venezuela.
No solamente Estados Unidos, sino también los cubanos, los chinos y los rusos. ¡Claro que tienen intereses de tipo económico! Pero en el caso de Estados Unidos también los hay de tipo político porque un gobierno, como el que hay en Venezuela, atenta contra la paz, incluso de los Estados Unidos. Los que están metidos en nuestra frontera, defienden el narcotráfico
La guerrilla está en Venezuela, no por razones ideológicas sino porque somos para ellos un gran negocio y más ahora que están en la zona del oro. En el exterior hay gran cantidad de gente qué respalda a los grupos que manejan la caída del gobierno y hay mucha gente a quien le conviene que continúe la crisis en Venezuela porque en caso contrario se les acaba el negocio. ¿A qué país le estamos doliendo como país?
Estoy absolutamente de acuerdo contigo. En el país hay dirigentes, tanto del gobierno, como de la oposición, que no quieren que esta situación se resuelva. Hay una serie de figuras de oposición que andan montados en negocios turbios y buscando financiamiento, cuyos recursos uno no sabe a dónde van a parar. Aún así debo decir que hay gente a nivel internacional con valores y principios interesados en defender a Venezuela. Que me demuestren que sino es a través de una intervención ¿cómo salimos de esto? Tiene que venir la ayuda internacional y esa intervención va a servir para sacar a los invasores y para que la Fuerza Armada recupere la dignidad que han perdido.
Ahora aparece Rafael Ramírez, vendiéndose como un dirigente honesto e incluso aspira a ser presidente de la República. ¿Quién es realmente Rafael Ramírez?
Es un personaje nefasto. Rafael Ramírez, junto con Hugo Chávez, son los grandes responsables de la desgracia que vive Venezuela. Es un caradura. Menos mal que su compañerito Diosdado Cabello le dijo hace unos días que él no se había ido limpio de Venezuela y le advirtió que con él no se metiera. Con Rafael Ramírez empezó el declive de la empresa petrolera.
¿Qué hizo?
Esa es la pregunta, ¿qué hizo con esa cantidad de dinero que entró cuando los altísimos precios del petróleo? ¿Dónde está la inversión en las refinerías, en el Complejo Refinador Paraguaná, en las empresas? Acabó con todo y se dio a la tarea de vender plantas o unidades de la industria petrolera en buen estado como si fueran chatarra. Contratos que se pagaron y nunca se ejecutaron. Será tan bandido Ramírez que debería estar preso, junto con su familia, porque él y su entorno familiar fueron corruptos. Lo que sucede es que el difunto lo defendía.
Parece sospechoso que funcionarios del gobierno hayan respondido con mucha timidez a los ataques de Ramírez, incluso cuando ellos saben que él vive en Roma y no precisamente con estrecheces económicas.
Lo que sucede es que todos comieron de Pdvsa. Yo me sacrifiqué por mi país, por los trabajadores, por sus familias. Una persona que era mi amigo fue José Vicente Rangel.
Con razón que usted está en el exilio con ese tipo de amigos.
(Risas) Yo tenía muchos amigos en el gobierno y cuando yo estaba en el exilio me llamaban escondiditos y me mandaban carticas. El caso es que José Vicente me dijo ‘los que tienen interés en matarte es la gente de oposición, no nosotros’. Una vez Chávez tuvo interés en reunirse conmigo fui a la casa de José Vicente para discutir la posibilidad de que esa reunión fuera en Miraflores o en la CTV. Se cayó porque el PPT, sobre todo esa señora o señorita María Cristina Iglesias, amenazaron a Chávez con abandonar la alianza si esa reunión se daba.
Dudo que Chávez se dejara chantajear por María Cristina u otro. José Vicente ha sido un operador político en la Oposición, porque no es el primero en decir que JVR ha funcionado para montar reuniones y para advertirle a la Oposición que está siendo amenazada por sus compañero opositores. Esa tesis de que los quieren matar, tampoco es la primera vez que la escucho, es la misma que habría usado Diosdado para convencer a Leopoldo López. Parece una política del gobierno para crear dudas entre los propios dirigentes de oposición. ¿Usted tuvo la certeza de que sectores opositores quisieran liquidarlo?
No, de la Oposición, la verdad que no. Del gobierno, si. Carlos Fernández y yo estábamos sentenciados en Venezuela.
Para esta última pregunta quiero que le ponga corazón al responderla.
Claro que sí.
¿Cómo se fugó usted de Ramo Verde (RV)?
( Tartamudeo) La evasión, porque no fue una fuga, salimos dos coroneles un capitán y yo. Sin la ayuda de los militares de RV no hubiésemos podido evadirnos.
Ahora póngale el corazón que prometió.
Hubo una cierta identificación y admiración del personal militar de bajo rango hacia mí. Incluso el director del penal tenía mucha confianza conmigo, aunque él no tuvo nada que ver con mi evasión, pero perdió el ascenso y estuvo detenido por ese caso.
¿Cómo fue esa salida?
Por la puerta principal.
(Risas) Usted sabe que esa no es la respuesta que espero. Así que no me maree.
(Risas) Eso fue a cinco minutos para las 12 de la medianoche del 13 de agosto 2006. Nosotros teníamos las llaves de todo el penal, incluyendo la dirección, subdirección, enfermería, celdas y parque de armas. Se había montado una operación para copiar las llaves una por una con ayuda de familiares.
¿Y qué pasó?
Salimos uniformados, aunque yo lo hice incorrectamente. No se vaya a reír. No me puse las botas y a causa de los mocasines 13 perros que había allí se fueron detrás de mí. Solo teníamos cinco minutos, que era el tiempo del cambio de guardia, y el custodio iba al parque de armas a hacer chequeo y a registrar todo. El capitán consintió a los perros mientras yo caminé hacia la salida.
¿Y los funcionarios de la puerta?
No había nadie, porque estaban en el cambio de guardia. Los militares que salieron conmigo estaban de guardia. Lo malo es que cuando salimos, la gente que nos iba a buscar, no aparecía
(Risas) Eso no fue como en las películas.
Y tampoco podíamos echarnos para atrás. ¿Tú conoces Ramo Verde?
Sí, por supuesto.
Nos fuimos por la orilla, bajando por la calle asfaltada, por si acaso venía alguien y tuviésemos que tirarnos. Por fin logré comunicarme y ahí supe que uno de los comprometidos se había rajado. Le dije al que quedó: ‘vente que nos vamos contigo’. En la casita que hay, antes de llegar a Ramo Verde, nos metimos hasta que llegó la persona en la camioneta Blazer en la que nos fuimos.
¿Usted salió por tierra por la frontera?
No, yo salí por Falcón.
Ah, por agua.
Cuando regrese para el referéndum revocatorio, llegué a Venezuela en un yate. Ya en tierra me dieron un carro. Busqué a un compadre que tenía una cava de pescado y como en todas las alcabalas es seguro que paran la cava yo iba detrás en el carro y así pase por todas las alcabalas mientras los funcionarios detenían la cava.