Por lo menos seis principios activos utilizados para quimioterapias están agotados en los principales hospitales del país, publica El Nacional.
LISSETTE CARDONA
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Los padres de niños con el padecimiento, hospitalizados en el Oncológico Luis Razetti, en Caracas, señalan que el carboplatino, utilizado para tratar cáncer de ovarios, pulmones, cuello y cerebro; el topotecan, aplicado en el tratamiento de pulmón; la doxorrubicina liposomal, indicada para la leucemia, cáncer de ovario, el sarcoma de Kaposi y mielomas, y el etopósido, aplicado también en el pulmón, no llegan al centro de salud desde hace varios meses y las farmacias privadas, como Badan, tampoco los tienen.
Otro grupo de fármacos indicados de manera conjunta con los antineoplásicos para contrarrestar su nocividad tampoco están disponibles. La lista la encabeza el mesna, que se usa para reducir el riesgo de cistitis hemorrágica causada por inflamación de la vejiga, lo que a su vez ocasiona sangrados; el cardioxane, indicado para la prevención de la cardiotoxicidad; el antiinflamatorio e inmunosupresor desametaxona y el granocyte o lenograstim, que se usa para aumentar la producción de neutrófilos o glóbulos blancos.
Varios de los fármacos son entregados a través de las farmacias de alto costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en las que no se consiguen con regularidad, denuncian los pacientes.
“La vida de mi hijo está en riesgo. Exijo al gobierno que solucione esto cuanto antes. Los tratamientos no son sustituibles y los pacientes no pueden esperar”, dijo la madre de un afectado, que pidió no ser identificada.
A la lista de materiales que escasean en ese hospital especializado en cáncer se suman los yelcos, las bombas infusoras e inyectadoras. La crisis se agudizó a mediados de julio por la falta de aquellos con medidas especiales para la dosificación de los tratamientos para niños.
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