El embajador de Venezuela en Roma, Isaías Rodríguez, renunció a su cargo mediante una carta enviada al primer mandatario, Nicolás Maduro.
Rodríguez, quien además es miembro de la actual Asamblea Nacional Constituyente, alega problemas serios de salud para dejar su función diplomática.
El embajador, que fue constituyente en 1999, vicepresidente ejecutivo de la República y fiscal general de la República, venía solicitando hace tiempo ser relevado de la función en Italia. Lo hizo en conversaciones con el canciller Jorge Arreaza. En esta ocasión decidió presentar su dimisión directamente al jefe del Estado.
Aparte de varias crisis hipertensivas y de dolores crónicos en la espalda, Rodríguez, de 77 años, ha tenido discrepancias con varios ministros. La más reciente está relacionada con el pabellón venezolano en la Bienal de Venecia.
El embajador había sido partidario de que Venezuela no estuviera presente en esta oportunidad en la célebre feria mundial, habida cuenta de la deuda con los trabajadores locales de Milán, Nápoles, Roma, Santa Sede y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Los compromisos pendientes montan a cuatro meses, alquileres, servicios y pagos a la previsión social, atrasos generados por el bloqueo financiero de Estados Unidos y sus aliados europeos.
En su carta al presidente Maduro, Rodríguez le ratifica plenamente su solidaridad y admiración por la lucha que ha desplegado frente a las agresiones de un imperio en declive.
“Con fe absoluta me he aferrado al chavismo, cual una tabla en este océano de contradicciones que rodea su Gobierno. He llegado, sin embargo, a comprender definitivamente que no puedo convertir el agua en vino, ni resucitar a los muertos. Muchos de sus discípulos tienen muy poco de apóstoles, y es cuando todos nos preguntamos ¿si es la iglesia o dios quien está fallando?”, expresa en uno de sus pasajes.
“Créame que me siento orgulloso de haber sido su embajador y su compañero, y que, en este momento, siento como si me quitara una de las tantas contracturas que tengo (son tres) en la columna. Renuncio, Presidente, a mis dosis de insomnio, estrés, aflicción y a las víboras con cabeza triangular que desde hace mucho tiempo lo acompañan”, añade la carta, reseña LaIguana.TV