La posibilidad de diálogo en Venezuela se vio hoy reforzada luego de que el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición aceptaran que un representante de la Santa Sede participe en el mecanismo que tiene como fin ayudar a resolver los problemas por los que atraviesa la nación caribeña.
El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Ernesto Samper, dio a conocer la información, en compañía de los mediadores -el ex jefe de Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente Martín Torrijos (Panamá) y el dominicano Leonel Fernández- luego de sostener encuentros con oposición y Gobierno.
“Hemos encontrado una aceptación en las partes para que esta tarea (…) se vea acompañada por el Vaticano; me parece que es una buena noticia que haya una aceptación conjunta de esta solicitud”, dijo Samper a la prensa cuando finalizó su reunión con el jefe de Estado venezolano en la sede del palacio presidencial de Miraflores.
La presencia del Vaticano es una de las condiciones que había puesto la oposición venezolana para poder sentarse a la mesa con el Gobierno, aunque también han exigido el cambio a Venezuela de la sede de las reuniones, el final de las detenciones “ilegítimas”, la exigencia del revocatorio y el reconocimiento del Parlamento.
Sobre estas últimas exigencias se desconoce si se ha producido algún entendimiento.
Samper y los tres expresidentes también se reunieron con una delegación de la oposición venezolana en la que participaron, entre otros, los opositores Julio Borges, jefe de la bancada opositora del Parlamento y Luis Florido, presidente de la Comisión de Exteriores de la Cámara.
Por otro lado, el presidente del Parlamento venezolano, el opositor Henry Ramos Allup, aseguró que el ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero medió para que el Supremo no emitiera una sentencia que frenara el referendo revocatorio en el país caribeño.
A juicio de Ramos Allup, el ex jefe de Gobierno español, que ha participado activamente en las reuniones exploratorias para el diálogo, se ha mostrado “muy respetuoso” en la mediación por lo que no cree que Zapatero esté a favor de ningún bando político.
“Por lo menos en mi presencia ha sido un mediador que respeta la propuesta que hemos hecho”, afirmó.
Asimismo, anunció que durante el fin de semana la oposición decidirá si acepta participar en el diálogo con el Gobierno de Venezuela que impulsa la Unasur.
Ramos Allup hizo este anunció luego de revelar que el lunes pasado recibió una carta del secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, en la que este le pidió que, en su condición de presidente del Legislativo, atienda la invitación a dialogar formulada por Maduro en cinco ocasiones.
“Esta carta todavía no la he respondido, pienso hacerlo este fin de semana”, dijo el opositor a los periodistas en la Asamblea Nacional (AN, Parlamento).
“La respuesta a esta correspondencia será en términos de aceptar el diálogo o no aceptarlo, y en ambos casos habrá una motivación exhaustiva”, indicó el jefe parlamentario que además aseguró que la decisión será tomada junto a un grupo de representantes de la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Por su parte, Maduro consideró que tras las últimas reuniones se está “abriendo un camino” para el diálogo político que ha convocado con la oposición de su país.
“Hemos pasado revista de lo positivo del diálogo, del intercambio de opciones, propuestas (…) agradezco cómo se está abriendo un camino hacia lo que tiene definitivamente que consolidarse: un proceso de diálogo político”, dijo el mandatario desde la entrada de la sede del Gobierno en Caracas.
Aseguró que el diálogo con la oposición se dará para hablar sobre los problemas de los venezolanos y en función de “reforzar” y “defender” la paz del país.
Maduro señaló además que la próxima semana “continuará esta agenda de contactos, encuentros y buenas noticias”.
El grupo de mediadores, integrado por los tres expresidentes y Samper, tenía previsto ofrecer hoy una rueda de prensa sobre el resultado de sus gestiones, que finalmente fue suspendida, lo que llevó a pensar que, de nuevo, se registraban obstáculos para la concreción del diálogo en Venezuela. EFE