La marcada escasez de harina de trigo y otros insumos ha provocado que diversas panaderías situadas en Valencia se hayan visto obligadas a explorar alternativas paras satisfacer a sus clientes, entre ellas la venta regulada del pan canilla y en ocasiones especiales por encargo.
Los proveedores del cereal y levadura tienden a despachar la mitad de la materia prima indispensable para que los establecimientos mantuvieran abiertas sus puertas, dijo Daniela Boscán, encargada de una panadería situada en la avenida Bolívar Norte. La trabajadora explicó que anteriormente recibían cerca de doce sacos de harina de trigo cada mes y que ahora sólo le despachan seis sacos. En la puerta se lee un cartel que dice: «No hay Pan».
En otra panadería ubicada en la urbanización Prebo sus propietarios decidieron copiar el modelo de venta que experimentan sus competidores que consiste en vender solo dos canillas de pan por persona. A sus viejos clientes se les atiende por encargo. En diversos establecimientos sus dueños han optado por dejar de vender pan dulce y ahora solo se dedican a preparar panes salados como canilla, campesino y francés.
La preparación de panes para perros calientes y hamburguesas también se encuentra paralizada. Los fabricantes de tequeños, empresas que en su mayoría funcionan en las parroquias del centro de Valencia, se han visto afectados por la escasez de harina de trigo. Algunas incluso han paralizado sus actividades. El descontento y las quejas de los compradores es habitual pues aseguran que el tamaño del pan canilla cada vez se reduce más mientras que aumenta de precio.
Con información de Marianela Rodríguez/El Universal