El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) presentó este miércoles 27 de diciembre su informe Historia del Pranato en Venezuela en el que se precisa que ésta no termina si carece de una conclusión cierta y una debida y oportuna información al país por parte del Estado acerca de la localización de «los líderes negativos» que dirigían dichos recintos carcelarios.
En un recorrido histórico por casi 20 años, el OVP expone algunos de los hechos de mayor relevancia que, de acuerdo con la investigación, propiciaron y permitieron el desarrollo de la figura del «pran» dentro de diversas cárceles del país, al tiempo que asegura que esto ocurrió «con el consentimiento del Estado».
La organización defensora de los derechos humanos de los privados de libertad destaca que, con el cambio de representantesministeriales en diferentes épocas, los acuerdo con los líderes negativos fueron heredados por los nuevos titulares de ministerios encargados de los asuntos penitenciarios.
Entre los nombres que se destacan en el informe están los de los exministros Jesse Chacón, Pedro Carreño Escobar, Ramón Rodríguez Chacín, Tareck El Aissami e Iris Varela, siendo los dos últimos los períodos en los que se consolidó el pranato en el país.
«A partir de septiembre del año 2008, el pranato evolucionó rápidamente por el nombramiento de Tareck El Aissami como ministro del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia (2008-2012)», reseña el documento.
Previo a la creación del Ministerio para Asuntos Penitenciarios, los temas carcelarios eran tratados en el Ministerio de Interior y Justicia.
Con El Aissami frente al ministerio y teniendo a su cargo la Dirección General de Custodia y Rehabilitación, «se otorgaron voluntades en la práctica penitenciaria que antes no existían, como cambios en los horarios de visitas, que desnaturalizaron las prisiones».
«En su gestión se observó como familiares comenzaron a pernoctar en las cárceles, y si antes llevaban bolsas de comida y ropa limpia para el privado de libertad, ahora ingresaban maletas para mudarse», se lee en el documento.
El informe también señala que, durante el período regido por El Aissami «se normalizó la celebración de fiestas de larga duración, en las que participaban personas externas, y consumían alcohol y drogas, que empezaron a fluir libremente», lo que derivó en la entrada irregular de bienes y servicios, que contribuyó en la creación de una economía próspera dentro de los recintos penitenciarios que evolucionó hasta la actualidad.
En casi dos décadas desde la instauración del pranato en Venezuela, el Observatorio Venezolano de Prisiones, encontró que «la opacidad de información ha sido una política de Estado característica», que influyó desde el inicio en las cifras de fallecidos y heridos por violencia intra-carcelaria exacerbada, al no ser informados oportunamente.
«Lamentablemente, lo que se conoce del pranato en nuestro país es solo la punta de un iceberg, porque erigir estos imperios criminales no es algo que se hace en poco tiempo, y tampoco puede pasar desapercibido por las autoridades, y menos de la máxima autoridad del ministerio», destaca el informe.
Los pranes de las siete intervenciones
De acuerdo a la información del informe, que fue presentado por el director del Observatorio Venezolano de Prisiones, Humberto Prado, todos los pranes de los centros penitenciarios se evadieron con antelación de los recintos. La mayoría fue visto abandonar las respectivas cárceles en carros, sacar algunos animales y prender fuego a muchas de sus pertenencias.
Aquí algunos detalles del informe que resaltan de cada uno de las siete intervenciones que el gobierno llevó a cabo este año.
Centro Penitenciario de Aragua (Tocorón)
• Población penal: 3.000
• Fugados: 1.400
• Recapturados: 128
• Pago de vacuna: $20 mensuales
• Ingreso mensual por vacuna: $50.000
• Pran: Héctor Rusthnford Guerrero Flores «Niño Guerrero».
Internado judicial de Carabobo (Tocuyito)
• Población penal: 2.113
• Pago de vacuna : $20
• Ingreso mensual por vacuna: $40.000
• Pran: Néstor Richard Sequeras Campos alias «Richardi»
Internado Judicial José Antonio Anzoátegui (Puente Ayala)
• Población penal: 1.511
• Pago de vacuna: $20
• Pran: Luis Manuel yegue Mendoza alias «Pata e queso»
• Ingreso por vacuna: $30.000 mensual
Internado judicial de Monagas (La Pica)
• Población penal: 1.496
• Pago de vacuna: $20 mensual
• Pranes: Pedro González Mata alias «El rapidito» y José Jefferson Clavijo Rosendo
• Ingreso por vacuna: $ 10.000 mensual para cada uno.
Internado Judicial Ciudad Bolívar (Vista Hermosa)
• Población penal: 1.228
• Pago de vacuna: $20
• Pranes: Wilkins Rafael Roomero Maluenga, alias el «Wilkins» ; Geovanny Alejandro Navas Ochoa, alias «Pan» y Edicson Gonzáles, alias «Chichí».
El cobro de esta vacuna era una de las más caras al ubicarse el pago en $ 80 mensual. Según el OVP, si el pago era el bolívares debía pagarse el doble por lo que las ganancias para este trío era de 96 mil dólares al mes.
Internado judicial de Trujillo
• Población penal: 503
• Pago de vacuna: $ 20
• Pran : Álvaro Enrique Montilla Briceño, el «Loro».
• Ingresos por cobro de vacunas: $ 9.000 al mes.
Internado Judicial de Yaracuy (La Cuarta)
• Población penitenciaria: 503
• Pago de vacuna: $ 40
• Pran; Fredy Barboza el charro
• Pago de vacuna: 18 mil al mes
Fuente: Tal Cual.