Opositores convocados por su líder Juan Guaidó marchaban este sábado hacia los principales cuarteles de Venezuela para exigir que cese el apoyo militar al presidente Nicolás Maduro, quien llamó a alistarse para un eventual ataque de Estados Unidos.
Tras una fallida insurrección militar el pasado martes, los manifestantes se acercaban a las bases para entregar o leer una proclama en la que Guaidó le pide a la Fuerza Armada respaldar un gobierno de transición encabezado por él, reconocido como mandatario interino por más de 50 países.
Vigilado por policías antimotines, un pequeño grupo leyó el pregón frente a la comandancia de la Armada en el centro de Caracas, sin incidentes, constató la AFP.
En otros puntos, opositores se congregaban para avanzar hacia las unidades, aunque no había grandes concentraciones.
En respuesta, Maduro se reunió con el alto mando mando y unos 5.300 soldados en el centro de entrenamiento El Pao (estado Cojedes, noroeste).
Allí, el mandatario socialista, sometido a una fuerte presión de Washington, les pidió a los militares «estar listos y prestos para defender la patria con las armas en la mano si algún día el imperio norteamericano osara tocar esta tierra».
La Casa Blanca no descarta una acción armada en el país con la mayor reserva petrolera, hundido en la peor crisis socioeconómica de su historia moderna.
Maduro exigió además «lealtad activa» y estar en máxima alerta frente a los «traidores», luego de que el martes un reducido grupo de militares, liderado por Guaidó y su copartidario Lepoldo López, se sublevó en la base aérea de La Carlota, en Caracas.
– Por «algo más grande» –
Guaidó recalcó el carácter pacífico de la jornada. «El objetivo es llevar nuestro mensaje sin caer en confrontación ni provocaciones», tuiteó este sábado.
Disturbios registrados el martes durante la rebelión y el miércoles en protestas contra Maduro dejaron cuatro civiles muertos, 200 heridos y 205 detenidos, según Amnistía Internacional.
El mensaje a los militares ratifica el «compromiso» del Legislativo, de mayoría opositora, con una ley de amnistía para quienes den la espalda a Maduro.
Guaidó ya había organizado en enero movilizaciones hacia los destacamentos militares para entregar el texto de esa norma.
«No creo que esto vaya a producir el quiebre militar, pero contribuye a que algo más grande ocurra pronto», dijo a la AFP Marcos Rodríguez, abogado de 24 años, alistándose para marchar hacia La Carlota.
Guaidó no logró que la rebelión provocara una ruptura en la Fuerza Armada.
La cúpula reiteró su lealtad a Maduro, tras lo cual 25 uniformados pidieron asilo en las embajadas de Brasil y Panamá, y López, quien había sido liberado de su prisión domiciliaria por los insurrectos, se refugió en la residencia del embajador de España.
Negando un fracaso, López sostuvo que esa acción «siempre se planteó como un primer paso» y que «el quiebre ha comenzado».
– Entre Trump y Putin –
La sublevación avivó las tensiones entre Estados Unidos y Rusia en torno a la crisis venezolana, sobre la cual dialogaron el viernes los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin.
Trump ratificó su apoyo a Guaidó luego de que la Casa Blanca, que ha aplicado duras sanciones para asfixiar a Maduro, asegurara que el mandatario estaba listo para huir a Cuba el martes pero Moscú lo disuadió.
Putin declaró, a su vez, que los intentos de un cambio de gobierno «por la fuerza socavan las perspectivas de una solución pacífica».
«No es de extrañar que una vez agotada la estrategia de sanciones, con el país destruido, los aliados externos se vean tentados a negociar de manera directa con el sector militar, si éste decide tomar el poder», estima el analista Luis Vicente León.
El Grupo de Lima, formado por una docena de países que respaldan a Guaidó, acordó tender puentes para que Cuba, aliada de Maduro, propicie una solución negociada.
Tras la reunión, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, cuyo país integra el Grupo de Lima, dialogó telefónicamente con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel y le transmitió el objetivo de realizar elecciones «libres y justas» en Venezuela, según Ottawa.
– «Resquebrajamiento» –
La situación en Venezuela también fue analizada el viernes en el Pentágono. El secretario de Defensa interino, Patrick Shanahan, dijo que Estados Unidos maneja opciones militares «adaptadas» a las circunstancias en el terreno.
Tras el alzamiento, Maduro dio señales de radicalización al llamar a la Fuerza Armada a no vacilar contra los «golpistas».
La Fiscalía solicitó la captura de 18 civiles y militares por su supuesta implicación en el alzamiento.
«Una opción es que Maduro intensifique la represión, que ya es bastante severa», afirma Michael Shifter, de Diálogo Interamericano. Pero advierte que la situación se puede salir de las manos si algunos oficiales se niegan a ejecutar esas órdenes, lo que provocaría un «mayor resquebrajamiento».
Una detención de Guaidó no parece inminente, ante la advertencia estadounidense de que éste sería el «último error de la dictadura».