Una niña de dos años ingresó el martes 12 de marzo a la emergencia del hospital Raúl Leoni con difteria. La menor reside en el sector de la UD-146 en San Félix, estado Bolívar.
Este sería un nuevo caso de la enfermedad que reapareció en Venezuela en abril de 2016, siendo los primeros contagios y muertes en Ciudad Guayana.
Durante una asamblea de médicos realizada este jueves 14 de marzo, señalaron que la pequeña fue trasladada al hospital de Ciudad Bolívar, donde no se le permitió el ingreso por no tener como aislarla. La niña fue devuelta al Raúl Leoni, en él área habilitada para la atención de pacientes infantiles, donde se dejó de atender al resto de infantes por riesgo de contaminación.
A propósito de este caso, recordaron que el centro pediátrico Menca de Leoni, anexo al hospital de adultos, cumplirá el próximo 8 de abril un año de cerrado. Desde hace cinco meses fueron abandonados los trabajos de reparación y las instalaciones están siendo desvalijadas.
Esta fue una de las tantas razones que dio el gremio de la salud para exigir que la comisionada de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, incluya en su visita a los hospitales de Ciudad Guayana.
Luis Valera, médico del hospital Raúl Leoni, señaló que desde hace cuatro años han denunciado el colapso del sector salud, sin tener respuesta positiva.
El servicio de Radiología tiene un año sin funcionar, el Banco de Sangre lleva cuatro años sin funcionar regularmente, al igual que el suministro de insumos médico-quirúrgicos. De los nueve quirófanos -agregó Valera- solo funciona el de emergencias y en el laboratorio no hay reactivos.
En el hospital Uyapar en Puerto Ordaz, terapia intensiva y sala de partos llevan un año cerradas. En el tercer piso está funcionando un área para atender a las parturientas, quienes deben llevar todos los equipos e insumos para poder ingresarlas. La emergencia de adultos tiene seis meses sin aire acondicionado.
“Tuvimos que diferir el procedimiento quirúrgico, hacer un procedimiento transitorio, revertir el procedimiento anestésico de forma manual porque no se tenía el apoyo de los instrumentos de medición de los signos vitales. Afortunadamente, esto no generó consecuencias para el paciente, pero se vio comprometida su vida en ese momento”, detalló.
Aunque han estudiado acciones a tomar, como aros, huelga y hasta renuncia masiva, aseguró que el gremio continuará laborando en la medida de lo posible -pese a las carencias- para atender a los pacientes.