La intensa persecución política en contra de la Fiscal Luisa Ortega Díaz, le costó la salida inmediata de Venezuela.
Sin embargo, Ortega Díaz ha aprovechado la salida para denunciar las atrocidades que ha cometido el Gobierno de Maduro en contra del pueblo venezolano e inclusive, los chanchullos “rojo rojitos” que se han hecho por debajo de la mesa, para que los funcionarios “a quienes no les gusta el capitalismo” se llenaran los bolsillos de dólares.
La funcionaria quien sirvió durante años al fallecido presidente Hugo Chávez, fue objeto de búsqueda luego que se opusiera a la Asamblea ilegítima Constituyente de Maduro, que cambiará la Constitución a conveniencia desde luego de los chavistas y no del pueblo. Además, aún dentro del país la Fiscal General, aprovechó para denunciar que tal asamblea se llevaría a cabo de forma ilegítima y ocasionando la ruptura del orden constitucional en el país.
Ortega Díaz junto a su esposo, el diputado Germán Ferrer debieron escapar del país ante la intensa persecución, que desde luego iniciaron los funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), y quienes comenzaron por revisar “de arriba a abajo” la vivienda de ambos, ubicada en la urbanización La Florida, en Caracas.
¿El Sebin sólo revisó la casa?
Tal parece que la revisión de la casa de Ortega Díaz no era la única orden que habían recibido los funcionarios. Pues según reveló la propia fiscal, hay funcionarios del mismo cuerpo de inteligencia “viviendo en su casa”, esto lo dijo durante una entrevista para la cadena televisiva NTN24.
“Ojalá donen todos los libros. Libros que tengo desde hace 40 años, muchos años comprando libros, obteniéndolos, recolectándolos”, dijo la fiscal, a quien además durante la primera revisión de su vivienda les fue incautado pertenencias de gran valor por los mismos funcionarios.
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