El grotesco precio del café ha provocado que los llamado “bachaqueros” de Valencia, tengan que recurrir a indeseables prácticas que engordan el mencionado producto.
Las autoridades han determinado tras esta práctica, los inescrupulosos vendedores informales obtienes grandes ganancias al momento en que estafan a los incautos compradores.
A pesar de que un kilo del producto oscila entre los 20 millones de bolívares, los venezolanos se niegan a dejar su costumbre tradicional de tomar una taza de café todas las mañanas.
En diferentes mercados populares, dos cucharas de granos de café equivalen a un millón de bolívares. La burbuja de los constantes aumentos ha inducido a los buhoneros a incursionar en un ilícito mercado.
Por otro lado, las denuncia que procesan los efectivos policiales, señalan que el tradicional producto se vende adulterado, según lo reseñado por Notitarde.
Algunos vendedores informales han que sido detenidos, reconocen que sus proveedores habitan en el sector El Socorro donde familias enteras se han dedicado a mezclar los granos molidos de café con maíz tostado. Donde en ocasiones, le pueden añadir unos de leguminosa, mejor conocido en el país suramericano como quinchoncho.
Los amantes de la bebida precolombina reconocen al instante cuando el estimulante ha sido falsificado, ya que sostiene que el aroma y el sabor son distintos. Acotan que en la punta de la lengua se percibe un sabor a tierra.
Engordan y aliñan los granos
No obstante, otros consumidores tilda desconocer como los bachaqueros introducen aserrín, burusas y cualquier otro ingrediente en el producto, por lo que recomiendan observar la borra una ves que el café haya sido colado.
Además del clásico aromas que emana un café de calidad superior, los conocedores de esta área recomiendan observar la borra una vez que haya sido colado. Pues aseguran que en el colador se condensa una atípica sustancia pastosa que delata la presencia del maíz tostado y otro producto.
Las autoridades admiten que es un difícil demostrar una venta fraudulenta, pues las llamdas “teticas” carecen de etiquetas del envase original. Además adolecen de permiso sanitario.
Sin embargo, el café puede variar de precio si éste se compra en efectivo o mediante un punto de venta. Pues, los billetes constituyen otro lucrativo negocio. A un saco de café le pueden añadir hasta el 50% de impurezas, aseveran las autoridades.
Por su parte, expertos mantienen que resulta complejo poder detectar la presencia de elementos no deseados antes que el café “aliñado llegue a las mesas de los venezolanos.
Para ello, se requiere de una técnica conocida como cromatografía liquida, ya que el café se compone en gran medida de hidratos de carbono.