La reciente activación de 99 áreas de Defensa Integral (ADI) administradas por la Milicia Bolivariana genera suspicacia y preocupación entre analistas y ONG’s que preguntan cómo ellas podrán ser utilizadas por un Gobierno que pide ganar “como sea” en las elecciones del 6D.
Activadas el 24 de octubre por el presidente Nicolás Maduro para garantizar la “defensa de la patria y mantener el socialismo bolivariano”, las ADI están operativas en medio del escenario electoral que según los sondeos lucen desfavorables al Gobierno.
Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional, advirtió que el Ejecutivo creó una “ingeniería electoral” para desfavorecer a la oposición con la creación de las ADI y el decreto de estado de excepción en 23 municipios fronterizos claves para mantener su hegemonía en la AN.
El voto de los milicianos y los 30.000 efectivos militares desplazados en las cuatro entidades por el estado de excepción pueden cambiar la balanza electoral, pues ellos, dice San Miguel, operarán al margen administrativo del Plan República y votarán en cuadernos electorales dispuestos especialmente en los circuitos donde serán movilizados.
“¿Por qué estos individuos milicianos, en su mayoría pertenecientes al (partido oficialista) Psuv, van a votar en sitios diferentes?, ¿por qué estas personas van a decidir a su diputado en el Zulia y en el Táchira?”, se preguntó San Miguel en un reciente foro realizado en Caracas.
“Estamos hablando de un total de 30.000 efectivos del Plan República que pueden ser cambiados convenientemente y que no pasarán por el sedal de los circuitos electorales”, añadió.
Maduro, quien en las últimas semanas ha incrementado sus acusaciones contra la oposición -como la activación de un golpe de Estado y el desconocimiento de los resultados electorales- entregó en octubre a los milicianos 280 vehículos, 75 unidades de control de orden público, ambulancias tácticas y portatanques para apoyar sus labores de defensa.
John Magdaleno, politólogo, advierte que el Gobierno mantiene una estrategia del miedo como herramienta el 6 de diciembre, que apunta a desmovilizar e intimidar al electorado.
En una entrevista al Circuito Éxitos, el analista cree que el oficialismo tiene pocas opciones para evitar una eventual derrota en las elecciones legislativas, “y una de ellas es elevar la tasa de abstención, generando miedos y temores (…) así como crear inhibiciones y trabajar en amenazas”.
“Ese tipo de medidas obviamente genera limitaciones para hacer campaña, para que la gente se pueda movilizar, reunir con confianza, discutir los temas que normalmente se discuten”, añadió Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Pólíticos de la Ucab citado por El Correo del Caroní.
-Milicias con protagonismo-
No está claro cuántos son, pero el número dos del chavismo Diosdado Cabello, aseguró una vez que hay 120.000 personas en la milicia, un componente que ha cobrado importancia en los planes de defensa de Maduro.
Las milicias fueron creadas en 2009 por el fallecido Hugo Chávez como un componente cívico militar para neutralizar una eventual “invasión” del “imperio” estadounidense en Venezuela.
Dentro de sus filas se encuentran pensionados y trabajadores activos de ministerios y empresas del Estado. Ellos entrenan con fusiles belgas de la Fuerza Armada Nacional (FAL) en campamentos militares e instalaciones de empresas públicas como la CVG o Pdvsa.
Su rol cada vez es más notorio en labores de patrullaje y vigilancia en lugares que van desde los hospitales públicos, teatros, terminales de pasajeros hasta supermercados estatales.
En 2014, Maduro elevó su rol en los planes de defensa nacional al cambiar la ley que rige su funcionamiento.
A la milicia “le toca cumplir de aquí en adelante un papel estelar para apoyar los planes de integridad territorial de defensa de la independencia y hacer de nuestra patria un país”, dijo el jefe de Estado.
Pero San Miguel opina que a la milicia se le asignaron funciones que violan las leyes de la República: “Tenemos una Fanb partidizada en niveles impensables, eso tiene que cambiar y la fórmula perfecta para cambiarla está en la Constitución”.
El Estímulo