El periodista Manuel Malaver aseguró este jueves que Nicolás Maduro no negociará nada en México que le reste poder, incluyendo elecciones presidenciales adelantadas para el 2022 con un CNE independiente. Si eso es condición para lograr un acuerdo, Maduro le dará «la patada a la mesa».
En entrevista concedida a ND, Malaver aclaró además que, pese a que no hay muchos detalles sobre el proceso de negociación, hay varios puntos que destacar, entre ellos que ninguna de las propuestas opositoras incluye «la salida inmediata de Maduro».
Asimismo, estimó que de acordarse la eliminación del gobierno interino, desaparecerá la AN/2015, que ahora existe solo a través de la Comisión Delegada, e igual suerte correrán el TSJ ad hoc, el BCV ad hoc y las embajadas, Citgo y Monómeros.
«Lo que le da legalidad a Citgo, las Embajadas y Monómeros como activos venezolanos que no pertenecen al régimen de Maduro sino al Interinato que preside Guaidó, es la presidencia de Guaidó. Si desaparece el gobierno de Guaidó es porque el gobierno de Maduro es legítimo y se le deben devolver los activos, incluidas las Embajadas».
Sobre la megaelección del 21 de noviembre, el analista cree que, al final, el G4 y Guaidó dejarán libres a los partidos de decidir si participarán o no.
«Ya hasta candidatos de partidos del G-4 como Manuel Rosales, Carlos Ocariz y Tomás Guanipa han lanzado sus candidaturas. Seguirán otros. Yo creo que la decisión final del G4 y Guaidó será dejar en libertad a los candidatos que decidan participar. Ellos correrán con sus victorias o derrotas y siempre serán un reflejo de la correlación de fuerzas de hay en este momento régimen de Maduro y oposición, entre Maduro y Guaidó».
A continuación la entrevista:
Usted planteó en un artículo de opinión que la verdadera agenda que se está discutiendo en México es, por un lado, la exigencia de elecciones presidenciales libres, designación de un nuevo CNE, habilitación de partidos políticos, y esto a cambio de levantar las sanciones y la finalización del gobierno interino de Juan Guaidó. ¿Su análisis incluye hacer las elecciones parlamentarias al mismo tiempo que presidenciales?
– No, no creo que el régimen acepté elegir una nueva asamblea cuando la electa el 6 de diciembre pasado, a pesar de haber sido acusada de iligitimidad por el Gobierno Interino y parte de la Comunidad Internacional. Esta AN nombró el nuevo CNE que convocó las elecciones para gobernadores y alcaldes del 21 de noviembre próximo y el G-4, que participa en el diálogo o negociación de México, no la ha desconocido y más bien discute participar en ellas.
– De modo que, si quieres puede llamarla Asamblea Nacional de facto, pero sus decisiones son las que están pautando la seudo legalidad que rige la estructura gubernamental. En cambio la AN/2015 podríamos llamarla paralela porque solo existe a través de una comisión delegada que no se hace sentir nacional, ni internacionalmente.
Si las parlamentarias no se incluyen, ¿qué pasaría con los diputados de 2015 que han sigo golpeados, inhabilitados, perseguidos, encarcelados? ¿Quedarían en el aire?
– Yo pienso que la fracción parlamentaria de la AN/2015 seguirá la suerte del gobierno interino, que se decidirá en las negociaciones de México. Si el gobierno interino se disuelve como parte de cualquier acuerdo se disuelve la AN/2015, pero si se mantiene se mantendrá la AN, a pesar de su precariedad.
¿Por qué no cree en la tesis de que el madurismo asiste a México para ganar tiempo?
– No he escrito, ni dicho que el régimen de Maduro no fue a México a “ganar a tiempo”. Lo que afirmó es que, resulte exitoso o fracase México, Maduro saldrá con alguna ganancia, ya que ninguna de las propuestas que lleva el G4 incluye la salida inmediata de Maduro. De modo que, esperando que se instrumente, por ejemplo, unas próximas elecciones presidenciales, Maduro siempre tendrá tiempo para revertir los acuerdos.
Si se logra este acuerdo, el interinato desaparece. Implicaría desmontar el TSJ ad hoc, el BCV ad hoc, las embajadas, y devolver el manejo de Citgo y Monómeros a Maduro. ¿Usted cree que esto sería visto como positivo o negativo por los opositores?
– Por supuesto que sí. Lo que le da legalidad a Citgo, las Embajadas y Monómeros como activos venezolanos que no pertenecen al régimen de Maduro sino al Interinato que preside Guaidó, es la presidencia de Guaidó. Si desaparece el gobierno de Guaidó es porque el gobierno de Maduro es legítimo y se le deben devolver los activos, incluidas las Embajadas. Ahora bien, la calificación que le de el conjunto de la oposición no será sino negativo, porque lo verá como una guerra o batalla perdida.
¿Qué pasará con el liderazgo de Juan Guaidó tras disolverse el interinato? ¿Mantendría la primera opción para ser un posible candidato presidencial?
– Guaidó, a pesar de que los resultados de México no lo favorezcan y tenga que abandonar la presidencia interina, puede mantenerse como un líder importante de la oposición venezolana. Ha realizado un buen trabajo, aunque no completo. Ya le tocará hacerlo. No creo que se lance como candidato en una posible elección presidencial, pero ayudará al candidato que se proponga.
¿Incluye esta propuesta (de México) que los observadores internacionales pueden observar el proceso electoral realmente y no como eufemisticamente se le ha llamado “acompañar” los procesos?
– No creó que Maduro incluya en los acuerdos de México, si se lograra algún acuerdo, una elección presidencial que, de paso, no está en la Constitución. Pero de lo que no podría escapar es de un Referéndum Revocatorio que sí está pautado para mediados del próximo año. Creo personalmente que esta podría ser una gran oportunidad para derrotar a Maduro o provocar una gran crisis política nacional.
¿Qué pasaría con las regionales? ¿Se suspenderían o se haría una megaelección: presidenciales, parlamentarias y regionales?
– Las regionales van y ya hasta candidatos de partidos del G-4 como Rosales, Ocariz y Guanipa están lanzando sus candidaturas. Seguirán otros. Yo creo que la decisión final del G4 y Guaidó será dejar en libertad a los candidatos que decidan participar. Ellos correrán con sus victorias o derrotas y siempre serán un reflejo de la correlación de fuerzas de hay en este momento régimen de Maduro y oposición, entre Maduro y Guaidó.
¿Usted cree que Maduro está obligado a negociar y que no le puede dar una patada a la mesa en este momento? ¿Qué pasaría con él si lo hace?
– Maduro aceptó negociar pero no para perder el poder sino para fortalecerse. Si lo ponen en una disyuntiva en la que pueda perder el poder, digamos unas elecciones presidenciales con un CNE independiente, es inevitable que le dará una patada a la mesa. Lo ha hecho otras veces y lo volverá a hacer. Está en su naturaleza.