Luto y angustia. Las fuertes lluvias en los Andes de Venezuela suman al menos 17 muertos e igual número de desaparecidos, además de pueblos arrasados por la corriente, aislados, sin electricidad o conexión telefónica.
Tres municipios del estado Mérida (oeste) han sido los más golpeados por los aguaceros que comenzaron el fin de semana. En el municipio Tovar «se han recuperado 11 cadáveres, en Pinto Salinas dos y en Sucre cuatro», indicó un parte de la gobernación.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran por ejemplo una fuerte corriente de agua por una calle de Tovar, arrastrando vehículos. En otras aparecen autos enterrados o atrapados entre ramas en medio de un lodazal con peñascos, escombros y muebles.
En el Valle del Mocotíes, una región agrícola que abarca esas localidades y que en el pasado fue además una zona turística, la situación «es delicada», explicó a la AFP el sacerdote José Luis Toro, de la Arquidiócesis de Mérida.
«Al tema humanitario que ya conocemos, se suma la inexistencia de servicios básicos como agua y luz producto de los aludes provocados por las lluvias», relató.
Antes que las precipitaciones golpearan esta región, había cortes eléctricos de varias horas, así como escasez crónica de combustible, un cuadro que se repite en todo el país.
En pueblos vecinos como Bailadores, por ejemplo, «el tema combustible hace imposible que pueda permanecer prendida la única planta eléctrica del lugar por largo tiempo», detalló el religioso.
Además, la estación eléctrica de Tovar «fue arrasada por un alud», dejando sin suministro la zona, lo que dificulta las comunicaciones, añade. La Iglesia católica ha emprendido una campaña para recolectar agua, ropa, medicamentos y alimentos no perecederos.
Solo vehículos rústicos pueden acceder a las zonas afectadas debido a los daños registrados en las vías. El paso está igualmente restringido a cuerpos de rescate.
En Venezuela, unas 35.600 personas resultaron «afectadas directamente por las lluvias» en 11 estados del país y más de 8.000 viviendas quedaron «destruidas», indicó el presidente Nicolás Maduro la noche del lunes durante una alocución transmitida por la televisora estatal.
Según Maduro, este año ha llovido 65% más que en períodos anteriores producto del «cambio climático».
– Comunicación difícil –
María Antonia Sánchez, habitante de Ejido, pasó varias horas para poder enterarse de la situación de sus familiares residenciados en las poblaciones vecinas de Tovar y Santa Cruz de Mora, ambas golpeadas por deslaves.
«Solo hay comunicación para quienes tienen internet satelital», comentó a la AFP, después de recibir noticias de su hermana en Tovar. «La casa de mi hermana quedó parada (en pie), pero el desbordamiento del río se llevó muchas casas» a su alrededor.
En la actualidad «no tienen agua potable, ni electricidad», y se complica la situación con los alimentos porque no hay negocios abiertos dónde comprarlos, relató preocupada.
De su hermano de Santa Cruz logró saber gracias a una sobrina que cargó su celular con la batería de un auto.
«Mi sobrina de Santa Cruz me dice que es más fuerte que las inundaciones de 2005», comentó María, al compartir detalles de la única conversación que ha podido sostener con familiares afectados.
La tragedia a la que se refiere María dejó más de 40 muertos y y unos 52 desaparecidos en Mérida en febrero de 2005. Ese año Venezuela también sufrió las consecuencias de intensas precipitaciones que dejaron más de 60 muertos en todo el territorio.
De momento, las comunicaciones entre los rescatistas presentan «demasiadas dificultades debido a la falta de electricidad», indicó la gobernación de Mérida en un boletín de prensa. En un intento de paliar la situación, se han utilizado frecuencias radiales de emergencia. AFP
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