El director de Datanálisis, Luis Vicente León, delineó las eventuales estrategias que pondrían en marcha el sector de la oposición y de la Revolución Bolivariana tras los comicios presidenciales del próximo 28 de julio.
En este orden de ideas, el también profesor explicó que, si el bloque opositor gana, “su estrategia tendría que ser iniciar una negociación con el gobierno de (Nicolás) Maduro para viabilizar ese triunfo”.
En ese escenario, acotó que del lado de la revolución se tendrían seis meses para manejar el país y su “control institucional” quedaría vigente, pues conservaría la Asamblea Nacional, Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía, Contraloría, y la mayoría de los gobiernos regionales y locales que no podrían ser reemplazados sino de manera paulatina.
A criterio del analista, la victoria presidencial para la oposición sería el comienzo “de un difícil y peligroso proceso de transición” que no finalizará con asumir el poder en enero, sino en un considerable tiempo.
Si la victoria es de Maduro, León sostiene que la situación postelectoral será también muy compleja, pues refiere que la maniobra “estaría direccionada a reaccionar al triunfo con una convocatoria inmediata a la negociación con la propia oposición moderada, a la que paradójicamente pertenece Edmundo González Urrutia, para ofrecer y poner sobre la mesa algunos sacrificios relevantes y creíbles que abran espacios reales de participación política a la oposición en el futuro”.
A juicio de León, “un Maduro ganador tendría que estar dispuesto a liberar presos políticos, a rescatar independencia de los gobiernos regionales y locales de cara a sus próximas elecciones e incluso podría negociar algunos cambios institucionales donde la oposición puede tener espacios hacia el futuro”.
Reiteró, a manera de conclusión, que salga sapo o salga rana, “no hay más alternativa que negociar”.