Luis Vicente León habla tras echar por tierra “aires ganadores” de la oposición

Casi simultáneamente a la filtración a los medios de un supuesto informe de la firma Datanálisis donde señala que el mandatario Nicolás Maduro sería el ganador de las elecciones del 28 de julio, con más de seis millones de votos, el presidente de la encuestadora, Luis Vicente León, publicó en sus redes sociales los argumentos que, según él, dan al traste con los sondeos que proclaman la preferencia del voto del candidato de la Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia.

Lo primero que argumenta León es que “la dinámica electoral es mucho más compleja que los jingles de campaña que usan los comandos y candidatos. La teoría y la evidencia (mundial e histórica) son contundentes: una elección representa siempre una oportunidad, pero también un riesgo para todas las fuerzas en pugna, sin excepción”.

Hace referencia a que varias encuestadoras conocidas señalan que González encabeza las preferencias del voto, pero agrega que eso no basta para declararse ganador.

“Por supuesto que ser preferido es una ventaja maravillosa para un candidato en campaña y lo convierte en favorito. Pero de ahí a concretar el triunfo hay un camino larguísimo. De los niveles de preferencia de los candidatos a los votos concretos que se obtendrán para definir el ganador, puede haber una enorme brecha, que puede ser explicada por muchas variables que no pueden dejarse de lado en el análisis y la construcción de expectativas”, argumentó.

Las variables

El experto describe que entre esas variables se encuentra la abstención.

“En una elección como la esperada el 28J, es absurdo pensar que la abstención no jugará un papel relevante, considerando que en la mañana temprano arrancamos con una abstención inducida de casi cinco millones de personas que no pueden votar por vivir fuera del país”, señala.

“Pero es que a ello hay que agregar la abstención estructural, que son los venezolanos que no votan en ningún escenario y luego están los que no van a poder votar por otras razones propias o ajenas a su voluntad. Es obvio que la magnitud de la abstención puede afectar el resultado y es un enemigo a vencer, con estrategias más allá del voluntariado y la fe”.

León menciona “otra variable clave para entender el resultado de una elección”. “la capacidad de movilización inducida de las fuerzas políticas”.

La movilización del electorado

A su juicio, más que “comparar las preferencias” es “relevante saber quién es más fuerte en mover su gente al centro de votación, en un país donde es difícil moverse”.

“¿Es que te parece que el uso de las estructuras, recursos económicos, tecnología y capacidad de estimular o presionar, no puede desbalancear las proyecciones basadas en preferencia?”, pregunta.

Y responde que a ello, se puede “agregar otras variables claves que afectan un resultado, cómo los recursos disponibles, el control de medios, el control institucional y finalmente, los costos de permanencia y salida del actor en poder, que lo pueden llevar a defenderse como sea”.

Ser el “preferido” no es suficiente

Luis Vicente León, igualmente, admite que varias encuestas señalan que EGU es “el preferido” de los electores. No obstante, aclara que esto tampoco sería suficiente para ganar el 28 de julio.

“Claro que un candidato preferido tiene una ventaja electoral y por supuesto que puede ganar. Ese es el riesgo más importante de quienes buscan retener el poder. Pero pensar que eso es suficiente para garantizar un triunfo es bastante superficial”, destaca.

Y agrega, mencionando varios ejemplos, que “en cualquier elección se puede ganar o perder, independientemente de los niveles de popularidad de los actores en pugna. Si tienen alguna duda, pueden preguntarle a la señora Le Pen, que vino de ser favorita en Francia al tercer lugar en resultados. Pero es que pueden chequear experiencias cómo la de Ortega contra Chamorros en Nicaragua, Atanas Mockus en Colombia o a los anti Brexit en Inglaterra”.

Luego aclara que, no quiere decir “que eso tiene que pasar. Lo que estoy diciendo es que es un absurdo vender la idea de que no hay forma de perder una elección, porque eres el más popular”.

Estrategias y otros escenarios

También señala que “si el objetivo de quien manda ese mensaje es crear un ambiente que induzca el desconocimiento de cualquier resultado que le sea adverso, independientemente de la forma en que este ocurra, entonces no se trata de un análisis sino de una estrategia, por cierto extremadamente peligrosa”.

Y añade que “si lo que realmente pasa es que las fuerzas se están preparando no para un proceso electoral sino para un conflicto, entonces la variable a analizar no es la popularidad, sino la fuerza bruta. Y la verdad, no creo que valga la pena explicar quién tendría la ventaja en ese plano”.

En todo caso, resalta que “falta muy poco para que veamos cuál será el escenario real. Yo estoy convencido cuál de ellos es el mejor (y coincide con el deseo de las mayorías), lo que no tengo idea es cuál de ellos realmente ocurrirá y debemos evitar que las sorpresas se conviertan en violencia, porque ese sería, por mucho, el peor de todos los escenarios para el país”.