Los dos escenarios, según Vladimir Gessen: Militarismo del siglo 21 o Democracia verdadera

Se presentan dos grandes escenarios de cambio político en el futuro próximo, uno bajo la tutela castrense de un gobierno dictatorial, y otro, un gobierno verdaderamente democrático constituido por las fuerzas políticas que hoy se oponen a la actual administración de Nicolás Maduro. Estos escenarios, cual sea el que surja, ocurrirá en un período de 24 a 28 meses, en un continuo que va desde este mismo momento hasta finales del año 2019.

El Militarismo del siglo 21

Uno de los escenarios posible es ver a la fuerza armada en el poder constituyendo el “Militarismo del siglo 21”.

1. De presentarse una explosión social o hechos de violencia que comprometan la paz de la República, la fuerza armada tendría que hacerse cargo de la peligrosa y complicada situación asumiendo el mando del país.
Actualmente el alto mando militar está consciente que detenta el verdadero poder de la República, y que en sus manos descansa el destino de la Nación. Consideran que el mejor escenario es ceñirse a la Constitución Nacional, evitando una confrontación que lleve a una salida supra constitucional. Pero, Vladimir Padrino y el alto mando están igualmente al tanto que una conmoción nacional como una explosión social, una intentona militar de los mandos medios, o una circunstancia como el llamado “caracazo”, conllevaría la intervención de las fuerzas armadas, y podrían considerar “sumarse” a la protesta descontrolada, precisamente para controlarla, en caso de este escenario mostrarse. Para lograr restablecer el orden, su objetivo pueda ser apuntar hacia Miraflores y asumir el poder.

2. Asimismo, el alto mando militar podría activar una salida de fuerza presionado eventualmente por los mandos medios que puedan actuar por su cuenta en una insurrección armada, similar a la del 4 de febrero de 1992, para evitar lo que sería el peor escenario –la conflagración cívico militar- que pudiera presentarse.

3. Mientras el descontento hacia Nicolás Maduro y el chavismo no altere la paz de la sociedad, y no se presenten situaciones extremas o insurreccionales que ameriten la intervención militar, el alto mando ha logrado tomar control del poder político, militar y más reciente el económico, el poder petrolero y minero al constituir –con la anuencia del presidente, la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (CAMIMPEG). Empresa que se encarga de prestar servicios petroleros, de gas y de explotación minera, sin limitación alguna, conforme al Decreto presidencial número 2231. Más reciente, el alto mando logró que el presidente Maduro les delegara el mando igualmente del Sistema Nacional de Abastecimiento de Alimentos, medicinas y bienes de consumo. Con lo cual la riqueza del Estado venezolano quedó -de hecho- bajo la esfera militar, y la dependencia de vida de los venezolanos, también.

4. Mantener una legalidad y una presidencia de la República hasta cierto punto democrática porque fue electa por el pueblo, es una fórmula que permite pasar del socialismo del siglo 21 al “militarismo del siglo 21” sin mayores consecuencias. Y, en caso de diferir el revocatorio hasta el año entrante, permitiría que el presidente Nicolás Maduro nombre al hombre fuerte de Venezuela, al general Vladimir Padrino López, vicepresidente de la República, y de perder para ese entonces Maduro el referéndum revocatorio, Padrino pase a ser el presidente de la República hasta el año 2019, pudiéndose reelegir en el poder de acuerdo a la actual Carta Magna. En este escenario, se instauraría y consolidaría el militarismo del siglo 21 por una vía aparentemente democrática y constitucional.

Democracia verdadera

El otro escenario probable nos lleva al fortalecimiento de las fuerzas políticas civiles, tanto de la oposición como del oficialismo.

1. Además de las elecciones de gobernadores, de producirse el revocatorio este año, habría una elección presidencial de inmediato. De no ser así, entre el 2017 y el 2019 de igual forma habrá la elección presidencial. En este momento, una candidatura presidencial de la oposición estaría entre Henry Ramos Allup y Enrique Capriles Radonski, básicamente. Más adelante, figurarán posiblemente también Leopoldo López, Henry Falcón, Julio Borges, Antonio Ledezma y María Corina Machado.

2. Luego de la trifulca por la candidatura, la oposición tenderá a crear polos de concentración política. El nuevo presidente electo, como Rómulo Betancourt, luego de los sucesos de 1958, que llevaron al derrocamiento de la dictadura militar del general Pérez Jiménez, buscará una alianza de gobernabilidad con las fuerzas de la oposición y más allá.

3. La tendencia en el tiempo será que se constituyan tres grandes polos políticos:

– Un polo de centro izquierda, fundamentalmente socialdemócrata que integre a Acción Democrática, la cual resurgiría si Ramos Allup es el presidente, a Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Alianza Bravo Pueblo. Esta sería la semilla de un gran movimiento que se consolidaría como un partido socialdemócrata venezolano.

– Un polo de centro derecha en torno a Primero Justicia, que sume a lo que queda de COPEI, e incorpore a factores y movimientos como el que lidera María Corina Machado y otros sectores sociales.

– Un polo de izquierda democrática encabezado por el PSUV y los partidos y grupos que integran el denominado polo patriótico.

Los dos polos de centro-izquierda y de centro-derecha conjuntamente constituirían el nuevo gobierno democrático, contando con mayoría parlamentaria y de gobernadores y alcaldes.
A la postre ambos polos tomarán cada uno su propio camino.

El polo de izquierda democrática perdería las elecciones presidenciales y de gobernadores.

No obstante, fundamentalmente los tres polos, contarían con el 90 al 95 % de respaldo de los votantes. Obviamente, el polo de izquierda democrática sería el más débil en principio, dado que los polos de centro izquierda y de centro derecha, se presentarían como un solo polo en la primera elección presidencial amen de la de gobernadores, pero no podemos ignorar que este polo de izquierda cuenta con un arraigo importante en las comunidades más desposeídas, una bancada importante en la Asamblea Nacional por varios años, y líderes a futuro como Tarek El Aissami, Diosdado Cabello, Clíver Alcalá Cordones, Miguel Rodríguez Torres y eventualmente, el propio Vladimir Padrino ya incorporados a la vida civil.
Igualmente, el ejercicio de una oposición democrática de este polo puede repetir el camino del sandinismo, y reagrupado y nuevamente fortalecido en el transcurso del tiempo intentar nuevamente recuperar la perdida confianza del pueblo.

Vladimir Gessen