Lo que no viste en los mensajes de Maduro anunciando la reconversión monetaria

Nicolás-Maduro

El Presidente Nicolás Maduro comenzó su cadena de este miércoles con tres reflexiones. 

La primera, que la guerra económica orquestada desde el extranjero ha sido criminal.

La segunda, que el modelo rentista “ahora sí se acabó”.

Y la tercera, que las pretendidas declaraciones de “auto crítica” de algunos factores del chavismo, no son más que un “show”, porque él sí es un verdadero crítico y auto crítico y que, por tanto, quienes han brincado en las últimas horas de muy sospechosa manera, pudieran estar buscando la destrucción en lugar de la construcción.

Envió un claro mensaje al país creyendo que lo ocultaba con promesas vacías: no van a poder con la hiperinflación y se va a agudizar en los próximos meses dejando atrás cualquier proyección.

Decía Maduro que el problema estriba en que no termina de morir lo viejo y nacer lo nuevo. Les ha tomado 20 años el parto a los revolucionarios (no terminan de nacer), con similar cantidad de tiempo para enterrar a la vituperada IV República (no termina de morir). Lo malo, fue que Freddy Bernal señaló en Táchira que la culpa no era de Carlos Andrés Pérez, sino de ellos mismos.

Después de semejante reflexión tan sesuda que los representantes de la cúpula del poder fingían anotar con interés en unas libretas como si el orador fuera una luminaria, Maduro procedió a anunciar lo que todo el país -con estupor- escuchó: que ahora no serán tres, sino cinco ceros menos al nuevo cono monetario. Que entrará en vigencia el 20 de agosto, algo que todos los economistas dudan, pues no hay capacidad para llevar a cabo la maniobra en tan poco tiempo cuando antes se hablaba de tres ceros y ahora la idea es que sean cinco. Que el nuevo cono estará respaldado “en petros”. Y que en lo sucesivo, por ejemplo, un billete de “bolívar soberano” (sic) con valor facial de 500, representará 50 millones de bolívares “fuertes” (sic). Pero, en verdad, hay que añadir los tres ceros que se quitaron en 2008 para entender el valor nominal real del billete: 50 mil millones de bolívares del año 2007.

El mensaje oculto de Maduro con esta reconversión es uno solo: que la hiperinflación que está por venir es, por decir lo menos, monstruosa, y que por tanto, la decisión de haber cambiado a cinco ceros es el anticipo de la tragedia que padecerán todos los venezolanos en los meses siguientes, pues el régimen ha sido absolutamente incapaz -quizás deliberadamente incapaz- de preservar el valor interno y externo de la moneda, echando al 90% del país a la pobreza.

Los pronósticos del Fondo Monetario Internacional se van a quedar otra vez cortos. La resta de cinco ceros volverá a ser inútil en febrero de 2019, según estimaciones del diputado José Guerra. Y el verdadero quid del asunto estriba en el proyecto de Ley de ilícitos cambiarios que pasará por las manos de Diosdado Cabello. Al conocer el contenido real del precitado instrumento, sabremos exactamente hacia dónde camina Nicolás Maduro con el tema cambiario: si a la reincidencia en el error, o a la despenalización del libre cambio de divisas en un país cuyos habitantes que dependen del envío de remesas comienza a subir de manera alarmante, igual que en Cuba.

reseñado por Danny Leguízamo/El Cooperante