Ya van dos personas que saltan del barco encallado del caso Leopoldo López. Primero fue el fiscal de la causa, Franklin Nieves, quien en un vídeo desvelado recientemente denunció como una farsa el juicio y la posterior condena de 13 años y nueve meses de prisión contra el dirigente opositor venezolano el pasado septiembre.
Y ahora, con matices, se le suma la protagonista del testimonio estelar que el régimen utilizó para sentenciar al fundador del partido Voluntad Popular. Se trata de la lingüista Rosa Amelia Azuaje, publica El País.
Después de la entrevista que Nieves ofreció al canal CNN en español y a otros medios, entre ellos El PAÍS, Azuaje escribió un artículo de opinión en el diario Panorama, el medio más importante de Maracaibo, la capital petrolera de Venezuela, para rechazar que su testimonio fuese utilizado como el principal ariete del fallo.
“Tal como lo afirmé en el juicio oral, sería sumamente irresponsable que yo dijese que López señaló expresamente que había que incendiar la Fiscalía o usar métodos violentos. Ninguna de esos llamados constaba en el material que analicé”. Y más adelante afirma: “Me pregunto por qué la jueza Susana Barreiros afirmó en la sentencia que yo inculpaba a López”.
Soborno a la esposa del fiscal Nieves
En medio de la polémica por la retractación de Azuaje, el fiscal venezolano Franklin Nieves, que huyó a EE UU tras denunciar el montaje de “pruebas falsas” contra Leopoldo López, aseguró ayer a Efe que su asilo político está en “trámite” y reveló que el Gobierno de Nicolás Maduro ha intentado sobornar a su esposa para que regrese a Venezuela. Según su versión, personas cercanas al Gabinete chavista pretenden que ella “vuelva al país y monte un espectáculo, diciendo que no está de acuerdo con él”.
Lo que ha ocurrido a partir del testimonio de Nieves, quien ha escapado de la nación sudamericana para pedir asilo político en la ciudad estadounidense de Miami, es el comienzo de un deslave y la confirmación de la forma cómo opera la justicia controlada por el chavismo. Azuaje, quien también se declara víctima de persecuciones y del desprecio de sus colegas y amigos, ha citado también la disputa que mantuvo con la jerarquía del Ministerio Público, que en un primer momento consideró que su trabajo no era incisivo y sí complaciente. El director de Delitos Comunes, Nelson Mejías, la habría obligado a escribir un nuevo informe a la medida del régimen para apuntalar el veredicto.
Del artículo de Azuaje se desprende que la Fiscalía pretendía que fuese más allá del alcance descriptivo de su trabajo. “La lingüística no es una ciencia vinculante para del Derecho y no está facultada para juzgar, pues ella solo se limita a describir los hechos inherentes al lenguaje, sin emitir juicios de valor”.
En su defensa, la profesora de la Universidad de los Andes evoca el uso de los verbos condicionales en su informe técnico para concluir que su trabajo es apenas un testimonio y no una prueba para condenar al político venezolano. “El informe pericial no es categórico, sino una valoración técnica strictu sensu y, además, responde a los criterios de un lingüista, y no a la lingüística como ciencia en general”.
Fiel al régimen
El compromiso de Azuaje con el régimen estaba fuera de toda duda hasta ahora. En 2013 fue nombrada oradora de orden del acto que conmemoró en Mérida, en los Andes venezolanos, la firma del acta de la independencia.
Por aquellos días estaba muy presente en el temario de la opinión pública latinoamericana el incidente que impidió al presidente de Bolivia, Evo Morales, hacer una escala técnica en cuatro países de Europa antes de regresar a La Paz procedente de Rusia, y no perdió ocasión para condenarlo desde esa tribuna.