Fue en el año 2009, cuando la práctica informal de ortodoncia y otros tratamientos estéticos dentales, empezaron a proliferar en Caracas.
Desde entonces, es común ver en las adyacencias de los centros comerciales o esquinas de la ciudad, un cartel en el que se ofrecen los servicios de instalación de brackets o blanqueamiento, y una persona, no profesional de la odontología, con un organizador de plástico en el que guardan los implementos a utilizar, para atender a cualquier persona que desee el servicio, según publica El Cooperante
De acuerdo con el odontólogo Luis Marcano, crítico y educador sobre esta mala praxis, la actividad comercial inició en Propatria, lugar en el que entonces trabajaba en un consultorio. “Cuando estaba en mi temporada final en ese sector, vi cómo abrieron un local en ese Centro Comercial. Era una distribuidora de insumos odontológicos dedicada exclusivamente a venderle Brackets e insumos de Ortodoncia a la población en general y, por supuesto, a los vendedores ambulantes que se dedicaban a poner Brackets en plena calle”, detalla el especialista en estética dental a través de su blog.
Según Marcano, esta actividad ilegal y altamente peligrosa para la salud de las personas, empezó dirigida por una colega que, al parecer, “olvidó muy rápidamente los sólidos fundamentos que nos dieron durante nuestra formación como odontólogos”. Poco a poco, esta práctica se sumó a la cotidianidad del venezolano, y no es extraño conseguir a estos “pega brackets” ambulantes, en las zonas populares de la ciudad capital.
Deterioro social
Andrés Nalsen, odontólogo y especialista en ortodoncia, detalló en una entrevista ofrecida a Marcano, que esta actividad, es consecuencia del deterioro social por el que atraviesa Venezuela. Para el especialista, “ellos no existieran y no pudieran poner brackets en la calle, si no existieran personas dispuestas a ponerse la ortodoncia sin medir las consecuencias que eso pueda acarrear”.
A pesar de esto, no culpa del todo la desinformación de la gente con respecto a este tema, sino que también señala a sus colegas, asegurando que, no todos son profesionales ni están capacitados, y aún así, ejercen la profesión. “Si nuestros propios colegas, sin tener los conocimientos, ponen ortodoncia ¿qué puede quedar para el resto de la población?”, sostuvo Nalsen, quien calificó ambas situaciones de “sumamente graves”, por lo que deben ser recriminadas por las autoridades del ámbito.
En este sentido, Marcano señaló que existen cinco responsables directos de esta práctica informal. Los buhoneros pega brackets, los vendedores de implementos odontológicos, las personas que acuden al servicio, las instituciones y autoridades encargadas de prohibir y sancionar a los involucrados en esta actividad, y el gremio odontológico, el cual, a su juicio, no puede actuar egoístamente y simplemente ignorar lo que sucede irresponsablemente en las calles, sino que debe sumarse a las voces de denuncia.
Venta no regulada
Tanto en las tiendas dentales donde se venden los brackets, como en los portales web, no existe ningún tipo de regulación en la que se exija que solo quienes posean una licencia pueden adquirir estos productos profesionales. El público en general, puede asistir a las tiendas y comprar todos los insumos odontológicos que desee. Asimismo, a través de internet, se puede hallar gran variedad de productos que, al alcance de un click, son enviados a cualquier lugar del país a personas totalmente anónimas.
Lo que es duramente criticado duramente por los profesionales, quienes exigen que se tomen medidas al respecto. Así lo expresó María Gabriela Luzano, especialista en ortodoncia, quien recalcó que “deberían frenarse las ventas de las casas dentales a estos pega brackets, porque facilitan la venta de estos materiales a personas sin credencial avalado por el Colegio de Odontólogos”.
¿Qué dicen las leyes?
En el Capítulo V de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se señala que el Estado deberá garantizar el acceso a la salud a todos los venezolanos, a la vez que los centros de salud, tienen el deber de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento establecidas por las leyes internacionales. Sin embargo, no hay más detalles al respecto, y tampoco en la Ley Orgánica de Salud, se hace referencia a la práctica callejera de tratamientos de salud.
Riesgos
Quienes se someten a estos procedimientos callejeros, corren graves riesgos de salud, puesto que además de contraer virus y enfermedades que se encuentran en el aire, los “pega brackets”, no utilizan guantes ni cumple un régimen sanitario para evitar contagiar a otros o contagiarse. Aunado a esto, se pueden producir daños irreversibles, debido a que quienes realizan estas prácticas no son profesionales en el área.
Marcano señala que los riesgos que existen de someterse a los “pega brackets”, son: infecciones, pérdida de tejido óseo, asimetrías faciales, daño al esmalte, fractura y pérdida de los dientes. Además, es importante recordar que, para la fijación de los brackets, los informales utilizan pega loca o pega para uñas acrílicas, por lo que al intentar removerlos, se generarán daños estéticos.
El Cooperante
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