La fundación Petróleo por Venezuela, dirigida por el economista venezolano Francisco Rodríguez, divulgó este miércoles 18 de octubre, su publicación Respuestas cooperativas a la crisis de Venezuela: una hoja de ruta para la negociación. Sus autores analizan las causas de la crisis humanitaria que padece Venezuela y las diversas propuestas para enfrentarla.
En el texto se hacen recomendaciones de política para diseñar programas humanitarios capaces de ofrecer resultados inmediatos y sostenibles a través de acuerdos entre los principales actores políticos del país.
“En el contexto de la reanudación del diálogo entre la Plataforma Unitaria y el gobierno de Maduro, Respuestas cooperativas a la crisis de Venezuela ofrece una visión de las distintas opciones que tienen a la mano los negociadores para llegar a acuerdos eficientes y sostenibles que resulten en mejoras tangibles en la calidad de vida de los venezolanos”, declaró Rodríguez, autor principal del libro.
La publicación, en la cual son coautores los economistas Giancarlo Bravo y Guillermo Guerrero, explora una gama de potenciales acuerdos cooperativos y convenios que requieren que sus partes firmantes, bien sea oposición, gobierno, sociedad civil o la comunidad internacional, se comprometan a trabajar juntos en pro de los venezolanos.
Revertir el colapso para atender la crisis de Venezuela
“Entre 2012 y 2020, el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita real de Venezuela se contrajo en un asombroso 72%, lo que marcó una de las catástrofes económicas más grandes en la historia moderna y una crisis humanitaria con poco precedente en el hemisferio occidental”, se lee en el libro. Sus autores argumentan que este colapso económico fue el motivo principal del éxodo de siete millones de venezolanos.
Señalan que hay evidencia de que las sanciones están asociadas con una pérdida significativa en la producción petrolera. Si bien, existe un amplio rango de estimaciones, consideran que una flexibilización de sanciones podría llevar a un aumento de más de 600.000 barriles diarios en la producción petrolera venezolana. Aunado a una posible caída sustancial en el descuento al que hoy se vende el petróleo venezolano, ello podría llevar a un aumento de hasta 21.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones.
Afirman que la mejor forma de asegurar que los ingresos producidos por esta flexibilización puede ser a través del diseño de un programa de intercambio de petróleo por bienes esenciales. Proponen que los ingresos generados de programas que permitan la comercialización del crudo podrían depositarse en cuentas de fideicomiso administradas conjuntamente por la administración de Maduro y una representación de las fuerzas democráticas de Venezuela, o destinarse a canjes previamente acordados de petróleo por productos.
Los autores calculan que actualmente el país ha perdido acceso a al menos 11.000 millones de dólares en activos líquidos congelados en el extranjero y 9.000 millones de dólares en financiamiento potencial de los Bancos de Desarrollo Regionales, Corporación Andina de Fomento (CAF) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de las Instituciones Financieras Internacionales globales, Banco Mundial (BM) y Fondo Monetario Internacional (FMI). Posteriormente, analizan propuestas cooperativas que permitirían crear juntas de consenso entre las partes políticas del país para acceder a estos recursos para implementar programas humanitarios.
Protección de activos en el exterior
Respuestas cooperativas a la crisis de Venezuela calcula que la deuda con acreedores de Venezuela con base legal para confiscar acciones de la compañía matriz de CITGO en Estados Unidos., PDV Holding, excede o está cerca del valor estimado de la refinadora.
En el texto se concluye que es posible que la única oportunidad tangible de evitar la pérdida de la joya de Venezuela en exterior, CITGO, es un acuerdo cooperativo entre los diversos grupos políticos del país. Esta deuda supera con creces el valor de los activos líquidos y no líquidos del país en el extranjero, de acuerdo con el libro.
Una negociación amplia e incluyente
Respuestas cooperativas a la crisis de Venezuela determina que para que las negociaciones futuras resulten en acuerdos beneficiosos para los venezolanos, estas deben enfocarse en lograr mejoras tangibles en las condiciones de vida de los venezolanos y no exclusivamente en lo político.
En este sentido, recomiendan ampliar la negociación de forma de incluir a actores de la sociedad civil, organizaciones no gubernamentales y grupos de defensa de derechos humanos.
En el texto se analiza a profundidad el diseño y el alcance de las políticas de asistencia social que ha implementado el Estado venezolano en los últimos años, entre los cuales se encuentran el programa de asistencia alimenticia Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y la plataforma de asistencia social del Carnet de la Patria.
“El norte de la negociación debe ser atender la grave crisis humanitaria y económica que golpea a los sectores más vulnerables”, declaró Rodríguez.
“La firma del acuerdo de Barbados es un paso importante, pero es necesario que exista una verdadera voluntad de reorientar este proceso de negociación para que redunde en resultados que respondan a los problemas de la gente”, agregó.
Afirman que, aunque el alcance de ambos programas es considerable, hay evidencia de que los venezolanos alineados con el partido de gobierno tienden a ser más beneficiados por estos.