La Asociación Venezolana de Educación Católica reportó en marzo la dimisión de 4.000 docentes en sus escuelas afiliadas, publica El Nacional
La meta de impartir 200 días de clases, como establece la ley, quedó muy lejos de lo que podrá cumplir en este período el sistema educativo venezolano: a las continuas interrupciones educativas ordenadas por el CNE hay que sumar las fallas de los servicios de transporte, de agua y de luz, que conspiran contra la cotidianidad en las aulas. Las cifras más optimistas indican que solo se podrán completar 144 días de actividades escolares, pero eso variará en cada uno de los planteles afectados, según se hayan visto afectados por la crisis. Las renuncias de profesores, la diáspora y la deserción escolar, problemas no reconocidos oficialmente, también se confabulan contra el aprendizaje.
Este año escolar puede ser el último para el colegio Promesas Patrias. Luego de 57 años de funcionamiento, la pequeña institución, localizada en Colinas de Bello Monte, afronta un cierre inminente. Una serie de problemas se han ido acumulando para que la directiva tome la decisión de no abrir inscripciones para el próximo período: una de ellas es el éxodo de profesores. En bachillerato tienen que arreglárselas con 3 docentes para cubrir todas las asignaturas, el resto renunció y ha sido imposible sustituirlos, explica Ingrid Mijares, coordinadora del plantel. “Sufrimos mucho por tener que tomar esta decisión, pero con lo que se cobra por las mensualidades es sumamente difícil pagar el sueldo que un profesional debe ganar en este momento, y no podemos seguir funcionando sin dar educación como debe ser”.
Las renuncias de docentes son apenas uno de los múltiples agujeros por donde hace agua el sistema educativo nacional. La Asociación Venezolana de Educación Católica reportaba en marzo pasado la dimisión de 4.000 de ellos en sus escuelas afiliadas. Luisa Pernalete, coordinadora del programa de Educación para la Paz de Fe y Alegría, lo reconoce como un drama que padecen todos los colegios. “Tenemos el caso de una institución donde renunciaron 5 maestros en un mes, ¿cómo sustituyes 5 maestros?”.
Mientras medios internacionales como The Washington Post recogen cifras de ONG según las cuales 48.000 docentes han renunciado a escuelas públicas y privadas, el ministro de Educación, Elías Jaua, no reconoce esto como un problema. En una entrevista concedida al canal Globovisión afirmó que no tenía reportes de deserciones masivas de profesores. “De 500.000 educadores, según las estadísticas de zona educativa, no alcanzaron a 2.000 los que renunciaron este año y eso está además dentro de lo que es el promedio regular de renuncias, no hay en Venezuela un déficit de maestros”, dijo.
También aseguró que “hay una importante reserva de maestros desocupados”, y que mediante la micromisión Simón Rodríguez han logrado incorporar al sistema 12.000 docentes que no tenían trabajo. La cifra siembra serias dudas en la investigadora Olga Ramos, miembro de la Asociación Civil Asamblea de Educación y responsable del Observatorio Educativo de Venezuela. “Maestro no es cualquiera, es el que se forma en el tiempo que corresponde, y estas micromisiones están concebidas como programas temporales y pequeños, que tienen además con un alto componente político partidista; así que no pueden formar a un profesional con las competencias que se requieren”.
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