¡Horror! Intentaron violar a un manifestante que fue detenido por la GNB

Un joven venezolano cansado de aguantar los problemas que aquejan a la nación, decidió salir un día a manifestar, pero lo que jamás se imaginó era que sufriría una de las peores experiencias de su vida. Ocultando su identidad, para proteger a su familia, narró los horrores que sufrió cuando fue raptado por la Guardia Nacional.

“El lunes me levanté con ganas de manifestar. Quería saber qué se siente. Tengo veintidós años y era la primera vez que salía a protestar. Como en los días anteriores hubo tanto gas y plomo, me fui con dos amigos para no andar solo”, dijo el testigo, y continuó el relato diciendo que, “yo estaba parado cerca del puente y entonces no me fijé bien que los policías y guardias estaban montándose en las motos y que las tenían prendidas para emboscarnos. Cuando vi que ya venían, salí corriendo pero lanzaron muchas bombas lacrimógenas, una me cayó casi en toda la cara y me asfixié, no pude correr más. Cuando agarré aire y pude correr, ya los tenía encima. Entonces uno de los guardias se bajó de la moto corriendo y me emboscó tipo jugador de rugby, me emboscó violento y pegué contra el escalón de un negocio que está ahí”.

El joven, narró que recibió, por parte de veinte guardias y también había dos efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), golpes por todo el cuerpo, peinillazos, patadas y hasta lo agredieron con los cascos y con las culatas de las bombas.  No obstante, uno de los uniformados intentó violarlo metiéndole el dedo por el ano, para después trasladarlo a otro lugar, en donde recibió aun más golpes y le gritaban obscenidades de todo tipo, a la vez, que se burlaban de él, haciéndolo parar y sentar varias veces.

“En lo que agarraron a otro chamo, que empezaron a ensañarse con él, los policías se agüevonearon y ahí fue cuando me paré y salté la defensa de la autopista y me lancé para el Guaire. Rodé por un barranco y caí como de una pared de dos metros, que fue cuando me escoñeté las nalgas y la mano”, sostuvo, sin embargo, luego de luchar con las aguas sucias del río, fue nuevamente atrapado por los cuerpos de seguridad, quienes “me batuquearon contra el piso y me empezaron a dar coñazos otra vez. Me montaron en la moto y como no me quería dejar, los bichos me arrastraron por el piso y me daban coñazo”.

Tras ruletear varios entes de seguridad para presentarlo, y ser rechazado por la gravedad de su estado físico, los funcionarios se vieron obligados a trasladarlo a un hospital, y fue entonces cuando el joven vio una salida. “Los médicos no hallaban por dónde tocarme porque me dolía todo. Empezaron a quitarme la ropa y a revisarme las heridas. No sé cuánto tiempo pasó pero cuando ya estaba acostado, uno de los guardias volvió a entrar y dijo que tenía que llevarme a la Fiscalía para presentarme, que me prepararan, que me tenían que llevar”, contó, sin embargo, el personal del hospital y sus padres, impidieron que lo sacaran del recinto, pero los militares, para salirse con la suya, le hicieron firmar un documento en el que se constaba que ellos no lo agredieron y, a cambio, obtendría su libertad sin presentación.

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EC

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