Hablan los vecinos del «descuartizador Pérez Venta»

José Pérez Venta, uno de los asesinos confesos de Liana Hergueta, vivía en el piso seis del edificio Isnotú junto a su esposa, dos hijos y un gato.

Tres días pasaron hasta que los vecinos del edificio Isnotú, en la caraqueña parroquia Altagracia, supieran qué era lo que investigaba la División contra Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

Encima o debajo de sus cabezas, la señora Liana Hergueta, de 53 años, fue asesinada y descuartizada. José Pérez Venta, uno de los asesinos confesos de la mujer, vivía en el piso seis junto a su esposa, dos hijos y un gato.

El miércoles 11 de agosto, los funcionarios policiales llegaron cerca del mediodía con la esposa de Pérez Venta, reportó el portal web Efecto Cocuyo, que citó a vecinos de la localidad.

Cuando los investigadores se fueron, la mujer de Pérez venta se quedó y volvió a subir.

“Al rató llegó una camioneta y empezaron a bajar ropa, bolsas, maletas, se veía que la chama se estaba mudando y unos señores la estaban ayudando. Lo que dicen por aquí es que los dueños le pidieron que desalojara”, señaló una mujer en un edificio contiguo, siempre según el portal web.

LAS INVESTIGACIONES

“¿Aquí tienen cámaras de seguridad que den hacia la calle?”, preguntó el lunes 10 de agosto un funcionario del Cicpc se bajó de una camioneta, entró al abasto que está al lado del edificio y dijo “buenos días” antes de hacer la pregunta.

El dueño le respondió que no. El policía insistió y el hombre le indicó que las cámaras sí existen pero solo registran los pasillos del loca.

“Cuando el Cicpc vino por primera vez ya sabíamos del caso de Las Palmas, pero jamás pensamos que uno de los asesinos era nuestro vecino”, dijo uno de los trabajadores del abasto. “Después cuando me enteré, me quedé en el sitio. Imagínate, un muchacho al que uno veía todos los días, vecino, pues. Pero de eso que dicen que pasó, no escuchamos ni vimos nada. Suponemos que el crimen fue de madrugada”, agregó el hombre.

El mismo comerciante señaló que Pérez Venta y familia vivían en ese apartamento desde hace cinco meses, alquilados. “Era mi cliente, casi todos los días venía a comprar. Era amable, hablaba bien, un muchacho normal, pero nunca tuve amistad con él ni sabía a qué se dedicaba. Salía por las mañanas y llegaba en la noche. Y lo próximo que te voy a decir es conjetura mía, pero hilando los hechos: si eso ocurrió como dicen, ese muchacho aprovechó el momento porque su esposa estaba en La Guaira pasando unos días con los niños. Es decir, para ese viernes (7 de agosto), él estaba sólo aquí. Y el fin de semana no lo vimos”, relató.

“Les dimos una rumba de coñazos y confesaron. Un carajito de Nirgua le pagó al que vivía aquí para que la matara”, agregó el hombre del abasto, parafraseando al policía.

El mismo hombre sostuvo que ese martes también se llevaron a la propietaria de un apartamento del piso 1 para que declarara en el Cicpc: “Lo que se corrió aquí es que la última llamada que hizo el chamo fue a la señora, parece que eran amigos. La llamó para preguntarle si era verdad que estaban haciendo un allanamiento en su apartamento. Como él no estaba aquí, no podía saberlo. Pero no sé qué le contestaría la señora”.