En 2020 los precios del rubro de comunicaciones fueron los que más aumentaron (4085,25 %), superando incluso la inflación acumulada. Las tarifas dolarizadas y fallas en servicios puntuales afectan el presupuesto y la organización en los hogares.
por CrónicaUno
De tener televisión en las tres habitaciones de su casa, compartir Internet con el vecino y tener línea telefónica fija y hasta tres celulares, en casa de Ángela Bermúdez ahora pasaron al debate, cada vez que termina el mes, de evaluar cuáles pueden costear y cuáles son imprescindibles en el momento.
Los recientes aumentos que han llevado a cabo empresas públicas y privadas de comunicaciones han puesto en jaque, cada vez más seguido, a Ángela y su esposo por lo ajustado que queda su presupuesto mes a mes. “Como él trabaja desde la casa, evitamos recargarle datos a su celular y ponerle al mío, que ando más en la calle, pero si el Internet falla ya eso cambia”, explica.
El mes pasado, solo en Internet y datos de los teléfonos gastamos entre 15 y 20 dólares. Pagamos la mensualidad de Cantv y, como estuvimos dos semanas sin servicio, teníamos que estar recargando los teléfonos a cada rato para trabajar porque la señal a veces no ayuda y se consumen datos sin necesidad”, señala Ángela.
Recientemente, la Compañía Anónima Nacional de Teléfonos de Venezuela (Cantv) volvió a ajustar sus tarifas mensuales y el plan que pagan Ángela y su esposo, por ejemplo, quedó en 18 millones de bolívares, entre cuatro y cinco dólares según la tasa del día. Sin embargo, las constantes fallas de ese y otros servicios obligan a más de uno a buscar otras opciones para poder trabajar o entretenerse.
Búsqueda infructuosa o inaccesible
En la práctica, “migrar” a otro proveedor no es algo tan amigable para el bolsillo. Si bien en los últimos dos años la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) ha habilitado nuevas empresas proveedoras de Internet, los costos por suscripción y/o instalación no bajan de los 75 dólares y las tarifas mensuales pueden llegar a costar hasta 250 dólares.
Ello ha obligado a que los usuarios vean como opción los equipos BAM o WiFi portátiles que brindan señal de empresas como Movistar y Digitel. Jeender Andrade, habitante de Catia, señala que cuando no puede ir a la oficina por falta de transporte u otro inconveniente, debe recargar el saldo del BAM, pues de ello depende su trabajo principal y otros dos más que le permiten costear los gastos.
Pero acceder a esos equipos, si bien es más económico que la Internet que proveen las nuevas empresas que han surgido, supone un gasto adicional para las familias. En tiendas de Sabana Grande, los WiFi portátiles cuestan entre 40 y 100 dólares y empresas como Movistar no solo los venden, sino que ofrecen planes exclusivos para ello de 20 gigabytes (GB) por 12 dólares.
20 GB se van en un momentico, dependiendo de qué tantos datos demande cada trabajo, calculo que cuatro o cinco días, en mi caso, si no uso mucho redes sociales o veo poco Netflix”, dice Jeender.
Pero la factura puede llegar a ser más alta si la única opción para navegar es mediante el teléfono celular. El GB adicional, o extradatos, en líneas prepago de Movistar tiene un costo de 2,8 millones de bolívares, por lo que al tipo de cambio del BCV el total a pagar por 20 GB bajo esa modalidad sería de entre 15 y 16 dólares.
La pandemia de COVID-19 produjo un auge de la permanencia en casa y dependencia de Internet para realizar tareas escolares y laborales, por lo que la falta o altos costos del servicio ahora son un “problema mayor”. “Ya es equivalente a cuando no tienes efectivo o ganas poco para ir al trabajo”, señala Ángela.
De acuerdo con cálculos del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), hasta junio de este año 63 % de los hogares venezolanos tenía acceso a Internet, pero poco más de tres de cada 10 hogares tienen banda ancha fija, ritmo que se mantiene, al menos, desde 2019. Por otra parte, 47,6 % de los hogares señalan que la calidad del servicio es de regular a muy mala.
Televisores desconectados
Rendir los datos que logran recargar mes a mes en los hogares con problemas de banda ancha fija como Cantv ha obligado a que, a su vez, tengan que buscar otras opciones para el entretenimiento, especialmente en familias con niños, y es allí donde los hogares encuentran más dificultades.
Desde la salida de DirecTV como consecuencia del sobrecumplimiento de las sanciones estadounidenses, quedó un vacío momentáneo en el mercado de televisión por suscripción que buscaron aprovechar operadoras como Supercable, NetUno y, en mayor proporción, Inter.
Esta última, desde entonces, ofrece la opción de “congelar” por un año el precio de su tarifa mensual en seis dólares para nuevos suscriptores. Maryuri Navas, habitante de El Valle, cuenta que en su casa el Internet fijo tiene “años fallando”, por lo que quedarse sin DirecTV hizo que se moviera a buscar otras opciones, sin éxito al ver los costos de instalación.
En el caso de Inter, algunos agentes autorizados ofrecen el kit de instalación (con decodificador y control) desde 80 hasta 120 dólares, dependiendo del sitio donde se adquiera y si incluye, o no, la antena satelital. “Nos quedamos así, sin televisión, hasta que llegó SimpleTV y estuvo gratis hasta diciembre”, dice Maryuri, aunque con el inicio de cobro sus dolores de cabeza no cesaron.
“Antes de eso, tenía que estar recargando saldo a cada rato por las tareas de mi hija y para que viera una que otra cosa en Netflix y ahora, con SimpleTV, el problema es que los planes buenos son los más costosos”, señala.
Maryuri y otros usuarios refieren que los precios de SimpleTV no son cónsonos con la calidad de sus planes. El más accesible, por ejemplo, tiene un costo de Bs. 3.700.000, pero solo incluye canales nacionales y un puñado de canales de películas e infantiles “con poca variedad”, como señala.
Lo estoy pagando semanal, cuando puedo hago la recarga y eso depende también de si el Internet de Cantv está fallando mucho o no, porque con esta situación, mientras menos gastos uno tenga, mejor”, dice Maryuri.
Según los indicadores del Banco Central de Venezuela, el rubro de comunicaciones ha sido uno de los que más incremento de precio ha registrado en 2021, con 364,93 % de inflación, solo precedido por servicios de vivienda, equipamiento del hogar, salud, y vestido y calzado. En 2020, por otro lado, fue el sector que más aumentó (4085,25 %, más que la inflación general), en parte debido al desfase de sus precios respecto a los internacionales.