Enrique Ochoa Antich, ex diputado e integrante de la Alianza por el Referendo Consultivo, considera que si la oposición no le arranca de las manos al madurismo la propuesta de Jorge Rodríguez, “merecería el desprecio del país entero”. Para él, la oposición debe abandonar la propuesta de “cese de la usurpación”.
Así lo dijo en una nota de prensa:
“Si esa parte de la oposición que se expresa en la Asamblea Nacional sigue empeñada con codicia política en el ‘todo o nada’ que nos conduce casi fatalmente a la violencia y la guerra, ¿a dónde vamos?, se pregunta Ochoa Antich.
“Tendremos un gobierno cercado y desconocido por 15 de los 20 países más prósperos y poderosos del planeta, sin capacidad de lograr recuperación económica alguna; un gobierno al que no le importa resistir agónicamente en el poder aún al costo de terminar de destruir lo que queda de país, sostenido en la garantía de algunos privilegios para la nueva clase burocrática, atrincherado en el poder de fuego militar, basado en un ejercicio cada vez más policial del poder, y una población desarticulada, desmoralizada, desmovilizada y sumida en la pobreza.
“Si lo que se persigue es que al final esta catástrofe desmorone al gobierno”, Ochoa Antich agrega, “se trata de un imponderable muy costoso”.
Según su criterio, es hora de que la oposición que hace vida en la Asamblea Nacional reconozca que el “cese a la usurpación a juro no nos conduce a ninguna parte”. Y pide a la AN que reformule el plan con un golpe de timón que comience por decir: “Sí, es necesario, vamos a dialogar y a negociar”.
“Ya es hora de que Maduro y Guaidó se vean las caras y se sienten a negociar directamente”, y sugiere que la ONU y el Vaticano funjan como mediadores.
Agrega que “el mecanismo que permite dirimir las diferencias políticas entre gobierno y oposición es un referendo consultivo que algunos desde la ARC hemos estado proponiendo, como quien clama en el desierto”.
“EEUU, la Unión Europea y la Fuerza Armada deberían presionar a las partes para que se midan en una consulta como ésta, en lugar de unas elecciones presidenciales o parlamentarias anticipadas, consulta que es plenamente constitucional y legítima”.
“¿Qué asunto puede ser de mayor interés nacional, como reza el artículo 71 de la Constitución, que encontrar un camino pactado para superar esta agobiante crisis política, económica y social?”, se pregunta.
Sólo una condición pone para que eso sea posible: ambos liderazgos, el del gobierno y el de la oposición, deben tener “el coraje ciudadano de sentarse a hablar”. “Mayor coraje que el que se requiere para amenazarse e insultarse”.