“Hay desánimo. La mayoría de las cosas que nos robaron fueron (compradas) con autogestión, poquito a poco (…) ¿Para qué vamos a recoger (dinero) si no tenemos solucionado lo de la seguridad interna?”, publica Correo del Caroní.
Los seis robos que cuenta la Unidad Educativa Nacional Lloyd Peterson en lo que va de año, han plagado de desánimo a su personal docente y obrero. Este lunes, la escuela ubicada en la vía a Río Claro se encontró con otro ataque más del hampa, en el que rompieron una pared del preescolar para robarse un ventilador “que no sabemos si funcionaba”.
La directora del plantel, Xiomara Moreno, está desanimada. Cuenta que este sería el tercer hurto que sufrió la escuela durante vacaciones. En el primero asaltaron (por segunda vez en el año) la dirección para sustraer un congelador y un filtro de agua.
Luego, el 10 de septiembre, consiguieron violentada la oficina de deportes en donde resguardaban una licuadora industrial, dos bombonas de gas y dos calderos.
El mismo desánimo corre por toda Ciudad Guayana ante los constantes embates de la inseguridad. La crisis socioeconómica ha favorecido el repunte de hechos delictivos que aquejan al transporte público, comercios, viviendas y también las instituciones educativas que sobreviven con la autogestión de padres, representantes, profesores y trabajadores ante la desatención estatal.
En los tres robos anteriores, la profesora Moreno recuerda que los ladrones cargaron con alimentos y utensilios del Sistema de Alimentación Escolar (SAE) y equipos de la dirección. “Ahorita nos dejaron sin nada. Las cosas que se salvaron están resguardadas con los consejos comunales”, comenta, pero el temor de un nuevo robo en el reinicio escolar es latente.
En un recorrido realizado esta semana por cinco escuelas de la ciudad, Correo del Caroní corroboró que todas habían robos durante 2015, dos de ellas durante este fin de semana. En los testimonios recabados, ninguno hizo referencia a “bandas paramilitares” como responsables de los hechos, como mencionó el presidente Nicolás Maduro el fin de semana pasado. De hecho, solo en una se encontraron los culpables de uno de los robos, que resultaron ser vecinos del sector.
Miguel Natera, director de la escuela José María Vargas: “Habrá menos delincuencia si tengo más alumnos en las aulas de clases. Eso es lo que estoy buscando, que se inscriban, que vengan a clases, por eso hay que cuidar las escuelas”.
Xiomara Moreno, directora de la escuela Lloyd Peterson: “El primer día de clases también vamos a tener la primera asamblea con los consejos comunales para hablar de la situación (…) ¿Para qué vamos a recoger (dinero) si no tenemos solucionado lo de la seguridad interna?”.
Raiza Peña, directora de la escuela Fe y Alegría La Victoria: “Yo creo que hay que ir al rescate de valores en la comunidad. Si la gente tuviera los valores bien afianzados y el respeto a la propiedad ajena, creo iríamos en buen camino”.
Resignación vs indignación
El pasado fin de semana robaron parte del cableado eléctrico de 220 voltios en la escuela Bachiller Felipe Hernández, ubicada en Las Parcelas de El Roble, en San Félix. Con ello, tres salones de clases de la institución que alberga 600 alumnos no podrán conectar sus aires acondicionados.
La directora Yuleidys Rodríguez confía en que Corpoelec responda la solicitud que hicieron esta semana para que se repongan los cables. Este plantel ha sido asaltado dos veces en 2015. El primer robo se registró el 17 de julio, cuando desvalijaron la dirección al llevarse computadores, equipo de sonido, un video beam, aire acondicionado, cafetera y otros objetos.
Rodríguez informó que a la semana del hecho, oficiales del Destacamento de Seguridad Urbana (Desur) de la UD-102 dieron con los ladrones, que resultaron ser vecinos de Las Parcelas de El Roble, y recuperar lo robado. Jamás se habló de paramilitarismo.
Aun así la incertidumbre persiste. Para evitar un robo durante las vacaciones -agosto y septiembre- los profesores resguardaron, como todos los años, bienes como aires acondicionados, computadores y demás artefactos entre los representantes y consejos comunales.
“Tengo cuatro años aquí y eso siempre se ha hecho”, prosigue Rodríguez, acostumbrada al ritual que impone la inseguridad en las escuelas.
Pero Luis García, vocero del consejo comunal El Legado de Chávez y miembro de la Unidad de Batalla Bolívar Chávez (UBCH) Las Américas, es más crítico. Indica que en la escuela Las Américas, “con todo y que se ha hecho coordinaciones con el patrullaje inteligente, no está funcionando como debería. En las vacaciones ya ha habido tres intentos de robo, que si no tuviéramos al vigilante que duerme aquí, se hubieran metido”.